Un juez de Los Angeles ha determinado que los herederos de J.R.R. Tolkien no pueden reclamar daños penales contra New Line, el estudio cinematográfico que llevó a la gran pantalla la trilogía de El Señor de los Anillos. La Tolkien Estate reclamaba unos beneficios por royalties de la recaudación de dicha trilogía, e interpuso una demanda por valor de 150 millones de dólares en compensación por haberse roto el contrato y por fraude. El juicio tendrá lugar en octubre de 2009, pero de momento parece que queda claro que la Tolkien Estate no podrá solicitar, en caso de ganar dicho juicio, que se le devuelvan (entre otras cosas) los derechos para realizar las películas que el propio autor vendió en vida.

Para entendernos mejor: Los herederos de Tolkien, aún si ganan el juicio, no podrán detener la producción de las películas de El Hobbit. Al parecer, están en todo su derecho (o al menos, el juicio sigue adelante por ello) de reclamar el dinero que, a su entender, New Line les debe, pero nada más. La Warner Bros, pues recordemos que New Line fue absorbida por la gran productora, puede seguir con la producción de El Hobbit, que en estos momentos se encuentra en una fase crítica: la escritura del guión, en la que están participando Guillermo del Toro, Peter Jackson, Philippa Boyens y Fran Walsh.