Desde el primer momento que vi al dragón dormido quise conocer a su creador. Una de las personas que dibujaron mi imaginación visitó la pasada semana la ciudad de Valencia con motivo de la exposición “Swiss Design in Hollywood”, producida por Pro Helvetia (Fundación Suiza para la cultura) y organizada por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que podrá verse hasta el día 28 de marzo y que nos brindó la oportunidad de ver una selección de dibujos originales en acuarela y tinta (tan familiares ya para mi), entre otros, así como también al autor de los mismos en una conferencia que tuvo lugar el viernes 6 de marzo de 2009. El caballero al que me refiero no es otro sino John Howe.
De puntillas, saqué mi ejemplar de El Hobbit, edición de bolsillo, de la estantería superior. No se lo digáis pero está ya viejo el pobre, páginas amarillas con manchitas de humedad, algo arrugadas sus cubiertas. No me juzguéis mal, no es descuido, tan sólo ha sido -es- un libro muy querido. Miré una vez más la portada: los ojos de Smaug permanecen cerrados, pero su boca dibuja una plácida y aviesa sonrisa; sabe que alguien lo observa. Guardé mi libro en un bolso de cuero marrón y me dirigí a la conferencia.
El acto tuvo lugar en el Paraninfo, sala del Rectorado de la UPV y los ponentes fueron C. Scheuer, P. Schaer y J. Howe, por este orden. En las charlas de los dos primeros ponentes presentaron trabajos de gran calidad y muy amplia variedad de técnicas en relación con la ciencia ficción. Pierre Schaer, responsable del proyecto, narró a grandes rasgos la evolución histórica de la ciencia ficción a través de una fugaz visita al museo suizo en el que colaboraban, la Maison d’Ailleurs, uno de los dos únicos que existen sobre esta temática, cosa que no dejó de sorprenderme. Se observa una informatización progresiva ya no sólo en las intervenciones en cine sino también de las ilustraciones.
Llegado su momento, John Howe subió a la tarima. Se presentó diciendo entre otras cosas que no iba a dar un discurso, que preguntáramos y él respondería tan bien como pudiera. Salvada una timidez inicial de la sala, que a algún corazón sensible pudo hacer temer que el Sr. Howe diera por finalizada su intervención, se pudo saber que uno de los motivos que lo indujeron a que aceptara participar en este evento fue la proximidad de Valencia y Albaida, localidad esta última en la que se halla el museo del artista valenciano José Segrelles (1885-1969) ilustrador de revistas o libros como Los Nibelungos o Don Quijote, muy admirado por él y cuyas pinturas originales no había podido ver hasta entonces; afirmó que la visión de las obras originales es muy importante en estos tiempos en que puede tenerse acceso a cualquier obra tan fácilmente a través de la red. Los materiales que más habitualmente utiliza son acuarela y tinta (sí, así es, aunque la armadura de sir Lancelot sea más real cuanto más te aproximes a ella, hasta el punto de poder oír el acero chocar), pero no descarta la utilización futura de la informática en sus ilustraciones que, según confesó, es una asignatura pendiente para él. No obstante, habló de que está tratando de aparcar la ilustración e introducirse en la escritura “y hacérselo pasar mal a otros ilustradores”, pues actualmente trabaja en un libro titulado Lost Worlds, que trata sobre veinticuatro mundos perdidos, como el título mismo indica: doce mundos arqueológicos que ya no existen y doce mundos mitológicos. En cuanto su relación con Tolkien, a quien considera “una inspiración, no una influencia”, dijo que la primera vez que leyó su obra lo hizo en el orden incorrecto (Las Dos Torres, El Retorno del Rey y La Comunidad del Anillo), por lo que no la comprendió demasiado bien, pero que fue creciendo su admiración por el autor y tras varios intentos fallidos, por fin, en una fiesta de Navidad, persiguió al editor de Tolkien que, según sus palabras “había bebido demasiado” y consiguió convencerlo para hacer el calendario de El Señor de los Anillos de 1987 que fue todo un éxito. En cuanto a la pregunta inevitable, su intervención en la próxima adaptación cinematográfica de El Hobbit… “Next question” (“siguiente pregunta”). Ruega disculpas pero no puede adelantar nada. Nada de nada. No.
Nada más que añadir sobre el particular, a parte de recomendar encarecidamente que se visite la exposición, siguiendo el consejo dado por el artista de no perder la oportunidad de observar un trabajo original cuando se tiene la ocasión. Pocas veces ocurre. ¡Ah! Lo olvidaba:
To John Howe, my very best wishes, Miriam.