Primera Batalla de los Poderes

Lugar: Arda.

Protagonistas: Melkor y los Valar.

Año o época: Edades de las Lámparas.

La Primera Batalla de los Poderes se inicia tras la concreción de ante los ojos de los Ainur. Melkor la codició y comenzó una disputa con los Valar que habían decidido apoyar a Manwë en el embellecimiento del nuevo mundo para esperar la llegada de los Elfos.

Así, cuando los Ainur llegaron a Arda, Melkor se enfrentó a los otros Valar, que no le aceptaron como señor, porque ése era el puesto que estaba reservado para Manwë. Hubo guerra entre los Valar y Melkor, y durante eones, antes de la llegada de los Elfos, las guerras entre los Valar y Melkor dieron forma a Arda.

Fue así que comenzó la Primera Batalla de los Poderes, en el año 1 de las Edades de las Lámparas, y duró años incontables. Todo lo que los Valar construían de hermoso, Melkor lo destruía o lo convertía en algo horroroso, para luego ser reconvertido por los Valar nuevamente.

Aun así, Melkor se iba sobreponiendo sobre sus enemigos, hasta que llegó Tulkas, en el año 1500 de las Edades de las Lámparas. Tulkas, desde el Vacío Intemporal, había contemplado esta disputa y decidió corporizarse para tomar parte en ella. Con un inmenso poder y furia El Vala ahuyentó a Melkor, quien, temeroso abandonó Arda, comenzando así el periodo conocido como la Primavera de Arda.

Textualmente:

“Se dice no obstante entre los Eldar que los Valar se esforzaron siempre, a pesar de Melkor, por gobernar la Tierra y prepararla para la llegada de los Primeros Nacidos; y construyeron tierras y Melkor las destruyó; cavaron valles y Melkor los levantó; tallaron montañas y Melkor las derribó; ahondaron mares y Melkor los derramó; y nada podía conservarse en paz ni desarrollarse, pues no bien empezaban los Valar una obra, Melkor la deshacía o corrompía. Y, sin embargo, no todo era en vano; y aunque la voluntad y el propósito de los Valar no se cumplían nunca, y todas las cosas tenían un color y una forma distintos de como ellos los habían pensado, no obstante la Tierra iba cobrando forma y haciéndose más firme. Y así la habitación de los Hijos de Ilúvatar fue establecida al fin en los Abismos del Tiempo y entre las estrellas innumerables.”

El Silmarillion, "La música de los Ainur"