Batalla de Amon Sûl

Lugar: Amon Sûl

Protagonistas: Dúnedain de Arthedain y el ejército del Rey Brujo de Angmar

Año o época: 1409 de la Tercera Edad

Batalla librada en el año 1409 de la Tercera Edad entre los Dúnedain de Arthedain y el ejército del Rey Brujo de Angmar en Amon Sûl.

Sucedió que en los días de Argeleb no quedaban descendientes de Isildur en los demás reinos de Arnor, y por tanto, el Rey de Arthedain, volvió a reclamar la unión de todos los reinos bajo su poder para recuperar la gloria perdida del antiguo Reino de Arnor. Sin embargo Rhudaur se opuso puesto que los Dúnedain allí eran pocos y porque el reino estaba bajo el poder de un jefe malvado de los Hombres de la Colina, que además tenía un pacto secreto con el Rey Brujo de Angmar. Ante tal situación el Rey Argeleb no tuvo más remedio que fortificar las Colinas de los Vientos para preservar la Torre de Amon Sûl, que era donde se encontraba la palantir principal del reino. Pese a las medidas adoptadas Argeleb murió en una batalla contra el ejército de Rhudaur en el año 1356 T.E.

Más tarde, Arveleg, hijo de Argeleb, ayudado por los Dúnedain de Cardolan y por los Elfos de Lindon expulsó al enemigo invasor de las Colinas, y se dice que por muchos años Arthedain y Cardolan se mantuvieron firmes formando una frontera a lo largo de las Colinas de los Vientos para evitar nuevos ataques de Rhudaur y Angmar.

Dicen las Crónicas que en el año 1409 T.E. un gran ejército salió de Angmar y penetró en Cardolan rodeando la Cima de los Vientos. Este poderoso ejército derrotó a los Dúnedain en la Batalla de Amon Sûl, y el Rey Arveleg fue muerto. La Torre de Amon Sûl fue quemada y arrasada por el enemigo, pero la palantír se salvó y fue llevada en la retirada de los Dúnedain a Fornost. En este tiempo Rhudaur fue ocupada por Hombres malvados al servicio de Angmar, y los pocos Dúnedain que allí quedaban tuvieron huyeron o fueron muertos.

En esta época Cardolan también fue arrasada, salvo un reducto de los Dúnedain que se refugiaron en Tyrn Gorthad. Tan dramática era la situación que Araphor, hijo de Arveleg, pese a no haber alcanzado todavía la edad madura, se puso al mando de los restos de su ejército y con la ayuda de los Elfos de Círdan consiguió rechazar al enemigo de Fornost y de las Quebradas del Norte, devolviendo así la paz a su reino por algún tiempo.