Raza o especie: Elfo Teler
Nacimiento: Edad de los Árboles
Grupos: Falathrim
Otros nombres: "Hacedor de Barcos", "Carpintero de Barcos", "Guardian de las Naves", Nowë
Círdan era un Elfo de los Teleri que nació durante la Edad de los Árboles. Mucho se ha hablado acerca de su aspecto, definido en El Señor de los Anillos como ...muy alto, de barba larga, y todo gris y muy anciano, salvo los ojos que eran vivos y luminosos como estrellas. El hecho de tener barba, según lo dicho por Tolkien era algo propio de los Elfos que habían alcanzado su tercer ciclo de vida. Círdan
fue uno de los más longevos sobre la Tierra Media, y el hecho de estar alejado de Aman, implicó una evidente pérdida de la juventud.
Se cree que Círdan fue uno de los primeros Elfos que pisaron la Tierra Media, de aquellos que despertaron en el Cuiviénen. Era pariente directo de Elwë y Olwë, los dos grandes reyes de los Teleri. Durante su larga vida, Círdan se convertiría en un verdadero experto en el arte de construcción de embarcaciones para el mar. De ahí que su nombre original, Nowë, pronto quedara en desuso y se le conociese como Círdan, el "Carpintero de Barcos".
Durante el Gran Viaje tuvo lugar el extravío de Elwë en los bosques de Nan Elmoth en 1130 de la Edad de los Árboles. Larga fue la espera de los Teleri, que sólo pudieron observar como sus hermanos Noldor y Vanyar atravesaban el Gran Mar con ayuda de la Isla Flotante de Ulmo. En la búsqueda de Elwë, los Teleri se impacientaron y Círdan mejoró sus habilidades en la construcción de barcos. Lamentablemente, durante la búsqueda regresó Ulmo con la Isla y se llevó a los Teleri de Olwë. Círdan sólo pudo contemplar con tristeza cómo sus parientes se alejaban más y más, así como su sueño de contemplar por una vez el Reino Bendecido. Lleno de desdicha y melancolía, Círdan observaba la luz menguante de Eressëa y dijo: Seguiré esa luz, y si nadie me acompaña lo haré solo, porque el barco que he estado construyendo está casi terminado. Sin embargo, una voz de los Valar le advirtió sobre la inutilidad de tal intento. Ni toda su habilidad le permitiría cruzar el Gran Mar. El destino de Círdan era otro, pues tardarían muchos años en llegar a construirse un barco que pudiese con el terrible Mar. Las palabras fueron proféticas: Espera que llegue ese momento, porque entonces tu trabajo tendrá un valor incalculable y será recordado en las canciones durante muchas edades. Círdan obedeció, y en ese momento tuvo una visión, un gran barco brillante hacia el Oeste que atravesaba el aire. Fue un presagio del barco de Eärendil, que con la ayuda del mismo Círdan logró alcanzar las costas de Valinor muchos años después.
La humildad, la dureza de la renuncia, le supusieron un nuevo don, pues Círdan fue capaz de recibir presagios de todos los acontecimientos importantes que tuvieron lugar sobre la Tierra Media.
Tras la partida de los Teleri de Olwë, Círdan y los suyos siguieron esperando el regreso de su rey Elwë. Los Elfos se fueron diseminando poco a poco por toda Beleriand; unos en el noroeste, otros en las tierras boscosas del interior, mientras que un tercer grupo se estableció en las costas al Norte de la Bahía de Balar, en la región conocida como Las Falas. Círdan se convirtió en su señor, y al igual que él, añoraba las tierras de Valinor. Por ello, los Elfos de este pueblo fueron llamados los Eglath ("Abandonados"), también llamados Falmari o Falathrim. En el año 1152 de la Edad de los Árboles reapareció Elwë, ahora llamado Elu Thingol, con Melian. Unificó los pueblos élficos de Beleriand bajo el nombre de Sindar. Círdan continuó siendo el señor de Las Falas, aunque reconocía a Thingol como su Rey. En 1495 de la Edad de los Árboles, Morgoth regresó a Beleriand, seguido por los Noldor exiliados. El imprevisto ataque de Morgoth provocó el retroceso de Círdan hacia las costas, y los puertos de Brithombar y Eglarest fueron sitiados hasta la llegada de los vengativos Noldor.
En el año 20 de la Primera Edad tuvo lugar la Mereth Aderthad, en la cual se reunieron muchos de los señores élficos largo tiempo separados. Entre ellos se encontraba Círdan. Seiscientos años de guerras interminables jalonaron Beleriand e inexorablemente fueron minando la resistencia de los Elfos. Al principio todo parecía estar del lado de los Elfos, incluso los Noldor reconstruyeron los puertos de Círdan, destruidos con la primera embestida de Morgoth. En 462 PE, durante la Dagor Bragollach, las fuerzas de Fingon, rey de los Noldor, se vieron superadas por las fuerzas de Angband en las llanuras de Hithlum. Círdan mandó sus barcos por el estuario de Brengist y, cayendo por el flanco del enemigo, consiguieron derrotarlo. En 473 PE tuvo lugar la quinta y más desastrosa batalla de las Guerras de Beleriand, la Nirnaeth Arnoediad ("lágrimas innumerables"). Sólo Gondolin, Doriath y la férrea defensa en los bosques de Brethil impidieron la derrota total de los Elfos. Todos aquellos que huyeron sin remisión se refugiaron en las Falas. Pero Morgoth ya se había fijado en el pueblo de Círdan, y sobre él concentró todos sus esfuerzos. Las Falas fueron destruidas, los puertos en ruinas, y la gente de Círdan fue muerta o esclavizada. Círdan y los restos de su pueblo huyeron entonces con sus embarcaciones a la Isla de Balar y a las Bocas del Sirion. Entonces Turgon, Rey de Gondolin, pidió a Círdan que se esforzase en la construcción de barcos que pudieran alcanzar las costas de Valinor y así solicitar el perdón y la ayuda de los Valar. Siete navíos llegó a construir Círdan, y, poniendo rumbo al Oeste, ninguno logró regresar, salvo el séptimo, gobernado por Voronwë de Gondolin. Ulmo lo salvó de la tormenta para que guiase a Tuor hasta Gondolin. Finalmente, cayeron los últimos reductos de los Elfos, los habitantes de Brethil, Doriath, y hasta la mismísima Gondolin. Sólo algunos grupos de Elfos sobrevivieron en los refugios de Círdan: Gil-Galad (ahora Rey de los Noldor tras la muerte de Turgon) en Balar; y Eärendil en las Bocas del Sirion. Sin embargo, por fin había llegado la tan ansiada hora, aquella esperada largamente por Círdan. Sus profundos conocimientos, junto con la habilidad de Eärendil, permitieron la construcción de Vingilot, el más bello de todos los barcos. Con esta portentosa nave se pudieron alcanzar las costas de Valinor, recibir la ayuda de los Valar y derrotar finalmente el poder de Morgoth. Sin embargo, el fin de El Señor Oscuro y el comienzo de la Segunda Edad no supusieron el viaje de Círdan hacia su ansiada Valinor. Su responsabilidad como constructor de embarcaciones todavía no había concluido.
A comienzos de la Segunda Edad del Sol, en las costas del Golfo de Lhûn los Elfos construyeron nuevos puertos, y los llamaron Mithlond, o Puertos Grises. Desde allí los Eldar, cansados de la Tierra Media, regresaban a Valinor. Círdan sería desde entonces el Señor de los Puertos y el encargado de construir y preparar las naves que llevarían a los Elfos a Occidente. Pero también muchos Edain que viajaron a Númenor aprendieron las técnicas de Círdan en la construcción de sólidas embarcaciones. En 1695 de la Segunda Edad regresó el poder de Sauron, lugarteniente de Morgoth durante la Primera Edad. Los Puertos Grises fueron muy importantes en la defensa de Lindon hasta la llegada de los barcos de Númenor en su ayuda. Fueron las días de la forja de los grandes Anillos de Poder, en los que Celebrimbor tuvo un gran protagonismo. En el final de la Segunda Edad, hacia 3430, y tras muchos años de oscuridad, se formó la denominada Última Alianza entre los Elfos y los hombres, Gil-Galad y Elendil. Antes de partir Gil-Galad cedió el Anillo Rojo Narya a Círdan. Diez largos años terminaron con el asedio y la destrucción a la Torre Oscura de Mordor. Círdan formó parte de esta última batalla, y cuando Isildur se apoderó del Anillo Único, Elrond y el mismo Círdan le recomendaron su destrucción en el Monte del Destino.
Cuando habían pasado mil años de la Tercera Edad, el poder de Sauron resurgió y la oscuridad se hizo en el Bosque Negro. Entonces llegaron, desde más allá de los mares, los Istari, comandados por Saruman el Blanco. Sin embargo, Círdan, que veía más lejos que ninguno y que era capaz de leer los corazones, apreció la sabiduría y el grandioso espíritu del mago menos imponente de todos: Gandalf. Tras una sentida reverencia, Círdan le cedió el Anillo Narya para ayudarle en su complicada misión. Círdan participó activamente ayudando en numerosas ocasiones al Reino del Norte, asediado continuamente por las fuerzas del Rey Brujo en Angmar. Tras la caída del Reino del Norte, Círdan participó menos en la lucha contra la Oscuridad. Formó parte del Concilio Blanco, que se fundó en 2463 de la Tercera Edad. Durante la Guerra del Anillo, Círdan protegió los Puertos Grises y los barcos que debían llevar a los últimos elfos. En una de sus últimas misiones, recibió en los Puertos Grises a los Portadores del Anillo junto con Gandalf, Elrond y Galadriel.
Nada se sabe de la partida final de Círdan. Era consciente de que el último barco debía ser el suyo. Pero nadie dejó constancia de cuándo partió ese Último Barco, quizá porque nadie estaba allí para verlo zarpar, para ocupar el lugar que Círdan había ocupado en incontables ocasiones desde que viera partir la isla flotante que lo apartaba de sus parientes.