Creador(es) o propietario(s): Fanuin, Manwë.
Otros nombres: Cuerda de los Años
Según se relata en El Libro de los Cuentos Perdidos, 1, tras la llegada de los Hijos del Tiempo, éstos hilaron y tejieron en las estancias de Aulë. Cuando la luna hubo menguado y crecido 13 veces, Fanuin (que encarna el concepto temporal “año”) pidió a los Valar que el barco del sol y de la luna estuvieran en Valinor a la vez. Y necesito también su ayuda para poder mover un poderoso cable invisible con el cual anudó los bajeles de ambas naves.
Y entonces, Fanuin le dijo a Manwë:
-He aquí, oh Súlimo, Señor de los Dioses, que la obra está acabada y los barcos de la luz están sometidos a las ataduras del tiempo, que ni vosotros ni ellos podrán nunca romper, ni tampoco escapar de ellas, aunque esas ataduras son invisibles a los ojos de todos los seres que Ilúvatar ha hecho, pues nada hay que sea más fuerte.
Y cuando sus hermanos entregaron a Manwë las cuerdas que habían hecho, Fanuin le pidió que tocara el extremo del cable invisible, que después fue atado a una gran roca sobre el Taniquetil (que se llamó Gonlath).
Y entonces explicó que con la Cuerda de Fanuin se mantenían atados el Sol y la Luna y gracias a ella Manwë podía coordinar sus movimientos y entretejer sus destinos, porque esta era la Cuerda de los Años y todos los habitantes del Mundo, tanto los Valar como los Elfos y los Hombres, y las criaturas que se muevan y las cosas arraigadas estarán sujetas a las ataduras del Tiempo.
Es por ellos, los Hijos del Tiempo, de quienes proviene el trazado de los cursos inalterables del Sol y de la Luna, y el sometimiento de todas las cosas del mundo al tiempo y al cambio.