Sobre Danuin, Ranuin y Fanuin, los tres "hijos" de Aluin se nos habla en los primeros escritos de J.R.R. Tolkien, publicados en El Libro de los Cuentos Perdidos, 1.
Fanuin (el Año), al igual que sus otros dos hermanos, tenía un aspecto extraño, pues parecía tener una vejez ilimitada pero conservando indómitas las fuerzas. Era muy largo y alto y su barba era tan larga, que al andar, barría con ella la tierra delante de él.
Estos tres Ainur eran grandes artesanos y mientras permanecieron en Arda, se alojaron en una habitación que les fue cedida en la casa de Aulë, donde hilaron y tejieron en secreto. Cuando la luna hubo menguado y crecido 13 veces Fanuin pidió a los Valar que el barco del sol y de la luna estuvieran en Valinor a la vez. Y necesito también su ayuda para poder mover un poderoso cable invisible con el cual anudó los bajeles de ambas naves. Y entonces, Fanuin le dijo a Manwë:
-He aquí, oh Súlimo, Señor de los Dioses, que la obra está acabada y los barcos de la luz están sometidos a las ataduras del tiempo, que ni vosotros ni ellos podrán nunca romper, ni tampoco escapar de ellas, aunque esas ataduras son invisibles a los ojos de todos los seres que Ilúvatar ha hecho, pues nada hay que sea más fuerte.
Y cuando sus hermanos entregaron a Manwë las cuerdas que habían hecho, Fanuin le pidió que tocara el extremo del cable invisible, que después fue atado a una gran roca sobre el Taniquetil (que se llamó Gonlath). Y entonces el anciano Ainu explicó que con la cuerda de Fanuin se mantenían atados el Sol y la Luna y gracias a ella Manwë podía coordinar sus movimientos y entretejer sus destinos, porque esta era la Cuerda de los Años y todos los habitantes del Mundo, tanto los Valar como los Elfos y los Hombres, y las criaturas que se muevan y las cosas arraigadas estarán sujetas a las ataduras del Tiempo.
Después de esto, Danuin, Ranuin y Fanuin se presentaron como los hijos del Tiempo: el Día, el Mes y el Año, y se marcharon de Valinor; y es de ellos de quienes proviene el trazado de los cursos inalterables del Sol y de la Luna, y el sometimiento de todas las cosas del mundo al tiempo y al cambio.