Hijos del Tiempo

Origen: Palacios Intemporales.

Integrantes: Danuin, Ranuin, Fanuin.

Sobre Danuin, Ranuin y Fanuin, los tres "hijos" de Aluin sólo se nos habla en los primeros escritos de J.R.R. Tolkien, publicados en El Libro de los Cuentos Perdidos, 1.

Según se narra, los tres hermanos se presentaron ante los Valar y se les observa un aspecto extraño, pues parecían tener una vejez ilimitada pero con las fuerzas conservadas indómitas; Danuin es descrito como de tamaño excesivamente pequeño y bajo y tenía los cabellos cortos y una barba pequeña; Ranuin era de estatura mediana y su barba no era ni corta ni larga; Fanuin es descrito como muy largo y alto y su barba era tan larga, que al andar, barría con ella la tierra delante de él.

Los tres eran grandes artesanos y mientras permanecieron en Arda, se alojaron en una habitación cedida en la casa de Aulë, donde hilaron y tejieron en secreto.

Cuando transcurrieron 24 horas, Danuin se presentó ante los Valar y mostrando las manos (aparentemente) vacías, dijo ofrecer a Manwë el resultado de su artesanía. Cuando volvió el Barco del Sol, el anciano de pequeño tamaño puso su mano sobre el timón y le pidió a Ulmo que lo arrastrara hasta la Puerta de la Noche. Pero cuando Ulmo comenzó a arrastrar el barco, Danuin dio un paso atrás y Ulmo ya no pudo moverlo, aunque lo intentara con todas sus fuerzas. Entonces, Danuin liberó al Sol y se retiró y no volvió a aparecer hasta que Rána hubiera crecido y menguado 13 veces. Fue en este momento cuando ofreció a Manwë una cuerda delgada invisible (Cuerda de Danuin), con la que el Vala podría gobernar las idas y venidas del Sol.

Cuando transcurrieron 28 noches, Ranuin también se presentó ante los Valar mostrando las manos (aparentemente) vacías, ofreciendo a Manwë el resultado de su artesanía. Cuando la Rosa de Silpion llegó a Valinor, el anciano puso sus manos sobre una punta de vidrio y nadie fue capaz de apartar la barca de Ranuin. Y sin decir una palabra, se marchó y no volvió a aparecer hasta cuando lo hizo su hermano Danuin. Entonces ofreció a Manwë una poderosa cuerda invisible (cuerda de Ranuin), gracias a la cual el Vala podría gobernar a la inconstante luna.

Finalmente, cuando la luna hubo menguado y crecido 13 veces, Fanuin pidió a los Valar que el barco del sol y de la luna estuvieran en Valinor a la vez. Y necesito también su ayuda para poder mover un poderoso cable invisible con el cual anudó los bajeles de ambas naves. Y entonces, Fanuin le dijo a Manwë:

-He aquí, oh Súlimo, Señor de los Dioses, que la obra está acabada y los barcos de la luz están sometidos a las ataduras del tiempo, que ni vosotros ni ellos podrán nunca romper, ni tampoco escapar de ellas, aunque esas ataduras son invisibles a los ojos de todos los seres que Ilúvatar ha hecho, pues nada hay que sea más fuerte.

Y cuando sus hermanos entregaron a Manwë las cuerdas que habían hecho, Fanuin le pidió que tocara el extremo del cable invisible, que después fue atado a una gran roca sobre el Taniquetil (que se llamó Gonlath). Y entonces el anciano Ainu explicó que con la cuerda de Fanuin se mantenían atados el Sol y la Luna y gracias a ella Manwë podía coordinar sus movimientos y entretejer sus destinos, porque esta era la Cuerda de los Años y todos los habitantes del Mundo, tanto los Valar como los Elfos y los Hombres, y las criaturas que se muevan y las cosas arraigadas estarán sujetas a las ataduras del Tiempo.

Tras entregar sus cuerdas a Manwë, los tres hermanos se presentaron como los hijos del Tiempo: el Día, el Mes y el Año y desaparecieron de Valinor; y es de ellos de quienes proviene el trazado de los cursos inalterables del Sol y de la Luna, y el sometimiento de todas las cosas del mundo al tiempo y al cambio.

El Libro de los Cuentos Perdidos, 1