Ya está aquí el comienzo de la nueva trilogía con la que el director Peter Jackson vuelve a transportarnos a la Tierra Media de J.R.R. Tolkien. Se trata de una película que se nota muy trabajada, aunque se percibe demasiado que Jackson ha intentado rellenar metraje incluyendo algunas situaciones y personajes que no aparecen en la novela -tomados de Apéndices y Silmarillion-. El inicio tiene mucho de introducción para asentar la trilogía, lo que hace que cuente con varios momentos demasiado lentos. No obstante hacia la mitad la trama mejora y llegan excelentes escenas de acción -algunas realmente tremendas- que vuelven a recuperar la épica ya vista en El Señor de los Anillos. A destacar el gran trabajo de Martin Freeman que interpreta a un magnífico Bilbo Bolsón con mucha más personalidad que el conocido Frodo de Elijah Wood. Por ello uno de los mejores momentos son las escenas de Freeman con un fantástico y gesticulante Gollum digital. Ian McKellen está fenomenal como un algo inmaduro y más guerrero Gandalf y Richard Armitage es un imponente Thorin Escudo de Roble. Inmejorable también la música de Howard Shore que acompaña todo el metraje. La cinta es más infantil, más "cuento", que la anterior trilogía. Se percibe una mayor inocencia en la historia que encaja con el libro. El 3D es estupendo y los efectos especiales son espectaculares. Tan sólo cuesta acostumbrarse a la nueva calidad visual del nuevo formato High Frame Rate a 48 fotogramas por segundo, que parece textura de TV más que de cine, pero finalmente se acaba disfrutando. Gran película de aventuras y fantasía.
Nota: 7 (de 10)