Senderos de los Muertos
GEOGRAFÍA.
Trayecto subterráneo de unos treinta kilómetros, en las Montañas Blancas, que atravesaba las entrañas del Dwimorberg, el Monte de los Espectros, desde las cercanías del Sagrario hasta el valle del Morthond, en Gondor. Era bastante ancho y practicable, lo suficiente incluso como para mover un ejército, y en algún punto de su trayecto surgía de las rocas el manantial que daba origen al río Morthond.
HISTORIA.
Seguramente que aprovechando formaciones naturales, los primitivos habitantes de las Ered Nimrais, Drúedain y Dunlendinos, construyeron desde tiempos inmemoriales numerosos pasadizos en las entrañas de la gran cordillera. Una de ellos eran los senderos subterráneos que unían el Sagrario con la Piedra de Erech. Durante los Años Oscuros de la Segunda Edad, Sauron consiguió controlar a estas gentes, las cuales le rendían culto y obediencia ciega.
Cuando se constituyó el reino de Gondor a finales de la Segunda Edad, los Dunlendinos de la zona juraron fidelidad al los Númenóreanos, pero cuando fueron convocados a la guerra de la Ultima Alianza, traicionaron a Elendil e Isildur, y fueron condenados a vagar eternamente hasta cumplir su promesa. Desde entonces hicieron de los Senderos de los Muertos el lugar más maldito y temido de todas las Montañas Blancas. Los habitantes del vecino valle del Morthond tenían un verdadero pavor a las zonas altas de su comarca, y por supuesto jamás pisaban, ni de día ni de noche, la Piedra de Erech y sus alrededores, las historias que contaban sobre los Hombres Sombra ayudaban a ser más precavidos aún; no menos miedo sentían los Rohirrim del otro lado de las montañas, aunque su carácter más arrojado que el de los tranquilos granjeros de Gondor, les hizo cometer alguna osadía. Como el príncipe Baldor, hijo del rey Brego y heredero al trono de Rohan, que durante la fiesta por la conclusión de Meduseld juró que recorrería los Senderos de los Muertos, algo que cumpliría posteriormente, en el 2570 de la Tercera Edad.
449 años después, Aragorn, al mando de la Compañía Gris, desafió a los Muertos del Sagrario y atravesó los Senderos de los Muertos: allí encontraron los restos del osado principe de Rohan, en una postura que mostraba el terrible pánico que debió sufrir antes de morir. En ese instante, cuando el terror embargaba a todo el mundo, Aragorn invocó a los espíritus y les convocó a la Piedra de Erech, y estos, reconociendo en el Dunadan al Heredero de Isildur, le siguieron cumpliendo así su promesa rota miles de años atrás.