26 de abril de 2941 de la Tercera Edad: Una marca en la puerta
A primera hora de esta mañana, varios vecinos de Hobbiton vieron llegar a un forastero por el camino que sube hasta Bolsón Cerrado. No era cualquier forastero, sino Gandalf el Gris, mago errante conocido por sus fuegos artificiales y su tendencia a aparecer donde menos se le espera. Su última visita a La Comarca, según recuerdan algunos ancianos, fue durante los tiempos del Viejo Tuk.
“El sombrero azul y la barba larga no dejan lugar a dudas”, declaró un parroquiano en la puerta de la tienda. “Si eso no es Gandalf, yo soy un elfo del Bosque Negro”.
El objetivo de su visita parecía claro: la puerta verde del señor Bilbo Bolsón. Testigos afirman que ambos mantuvieron una conversación breve pero tensa en el umbral. “El señor Bolsón parecía incómodo”, comentó un jardinero que pasaba por allí. “Le oí decir que no quería saber nada de aventuras. Que eran cosas peligrosas que hacían llegar tarde a la cena”.
Poco después, Gandalf se marchó... pero no sin antes lanzar una última mirada a la puerta de Bolsón Cerrado, donde se acercó e hizo una marca extraña en la puerta. Algunos aseguran haberle oído murmurar algo mientras se alejaba colina abajo, aunque nadie pudo entender sus palabras. ¿Algún tipo de conjuro?
Lo que ocurra a partir de ahora está por ver. De momento, Bilbo Bolsón ha regresado a su rutina, probablemente convencido de que ha esquivado un encuentro peligroso con lo desconocido. Pero quienes conocemos a Gandalf sabemos que rara vez visita un sitio sin un propósito claro... y que los hobbits, por muy ordenados que sean, tienen más de una sorpresa en sus bolsillos.
Seguiremos atentos.