Casas de Curación
Las Casas de Curación en Minas Tirith de Gondor son las hermosas y apacibles estancias que están destinadas al cuidado de los enfermos graves de la ciudad. En tiempos de guerra, en las Casas también se atienden a los heridos y moribundos de las batallas.
Se encuentran en un lugar próximo a la vertiente sureste de la muralla del sexto círculo de la ciudad, no lejos de la puerta de acceso a la Ciudadela de Minas Tirith. Las Casas de Curación disponen de varios edificios de piedra que contienen las habitaciones bien aireadas de los convalecientes, así como distintas salas de servicio. Alrededor se extiende un apacible jardín con un extenso prado verde salpicado de árboles. Las Casas y los jardines están rodeados por un murallón; desde el tramo sureste se tienen magníficas vistas sobre los Campos de Pelennor y el río Anduin.
El hospital está gestionado por el Mayoral de las Casas de Curación, cuyas estancias dan al este. Un herborista se encarga de gestionar las innumerables plantas curativas recolectadas por todo Gondor, que se encuentran almacenadas en una dependencia de las Casas. El cuidado de los pacientes es responsabilidad de los Curadores, ayudados por numerosas mujeres que actúan de enfermeras. A lo largo de toda la Tercera Edad, el arte de la medicina, heredado de Númenor, se mantiene en Gondor, y los Curadores son eruditos de gran experiencia y talento.
Tras la batalla de los Campos de Pelennor, el 15 de marzo de 3019, las Casas reciben a los heridos en combate, de entre los cuales destacan Faramir, Éowyn y el hobbit Merry. Los Curadores poco pueden hacer ante las lesiones provocadas por las armas de los Nazgûl, y ni siquiera los cuidados de Imrahil y Gandalf consiguen aliviarles de la enfermedad del hálito negro. En ese momento es cuando Ioreth, la mayor de las mujeres de las Casas, declama su famosa profecía, “Las manos del rey son manos que curan”. Por la noche, Aragorn llega de incógnito, y tras solicitar y disponer de la hierba Athelas, sana a los heridos.
Durante los días siguientes, los tres enfermos se recuperan paseando en los jardines de las Casas. Faramir se enamora de Éowyn, que permanece lánguida y deseosa de seguir combatiendo junto a Aragorn. El 25 de marzo, los dos presienten la caída de Sauron desde el muro este. Pocos días más tarde, Éowyn se rendirá ante la petición de mano de Faramir. Definitivamente sanados, el Mayoral les libera de sus cuidados, pero Éowyn permanece en las casas de Curación hasta el regreso de su hermano Éomer.