Portadas de Leandro para Elfenomeno
30 de junio del año 3018 de la Tercera Edad
- Así lo haré - dijo Radagast, y se alejó al galope como si lo persiguieran los Nueve.
Gandalf se quedó pensativo, viendo cómo Radagast se perdía en la lejanía. En un principio, había pensado emprender camino directamente a Isengard, pero el cansancio pudo con él. Se encaminó a Bree para pasar allí la noche. Lo que no acababa de decidir era si al día siguiente se dirigiría a Isengard o por el contrario debía pasarse a ver a Frodo y contarle lo sucedido.
Al anochecer, Gandalf estaba fumando su pipa, en un rincón del Poney Pisador, mientras sopesaba el tiempo que le quedaba. "Frodo debe partir pronto, así pues tengo que darme prisa e ir a Isengard y solicitar la ayuda de Saruman el Blanco. Es el más grande de nuestra orden, y por el mensaje de Radagast, deduzco que ha encontrado el modo de hacer frente a los Nueve. Si quiero partir con Frodo, nos vendría muy bien un arma que haga retroceder a los Nazgul... Sí, debo darme prisa.".
Entonces Gandalf se fue a su habitación. Allí pensó redactar una carta alertándole sobre los Jinetes Negros, pero recordó que, a pesar de ser un hobbit especial, Frodo seguía siendo un hobbit después de todo. Debía animarle a partir hacia Rivendel lo antes posible. Así que decidió hablarle de la urgencia de su partida, y animarle haciéndole contar con otros aliados. Entonces recordó el poema de Bilbo y, sopesando las posibilidades de que Aragorn pudiera encontrarse con él, decidió hablarle del montaraz con palabras de otro hobbit, a fin de que supiera que tendría otros aliados en su viaje a Rivendel. "Espero que allí nos encontremos de nuevo. Si no voy, Elrond te avisará". Por tres veces Gandalf se encaminó a la puerta, y por tres veces se volvió a incluir una posdata más. Al fin, decidió entregarle la carta al buen Mantecona. Entró sin llamar en la habitación del dueño del Poney.
- Cebadilla, salgo a la mañana. ¿Quieres hacerme un favor?
- Lo que tú quieras.
- Tengo prisa y me falta tiempo, pero quiero que lleven un mensaje a la Comarca. ¿Tienes alguien a quien mandar y que sea seguro que llegue?
- Puedo encontrar a alguien, mañana quizás, o pasado mañana.
- Que sea mañana - y haciendo una pausa, añadió - Cebadilla, este amigo mío de la Comarca puede venir pronto por aquí, él y otro - dijo, acordándose del fiel Sam.
Tras hacerle una descripción más o menos fiable de Frodo, Gandalf se fue a descansar. Al día siguiente partiría hacia Isengard. Saruman les ayudaría, y Aragorn ayudaría a Frodo. Lleno de esperanza, se durmió profundamente.