Menelmacar es el nombre que se da en Quenya a esta constelación, mientras que en Sindarin se conoce como Menelgavor, que puede traducirse como Espadachín del cielo.

Esta es una de las constelaciones mencionadas en El Silmarillion como puestas por Varda cuando rehace las estrellas, y que con su brillante cinturón es una señal que habla de la Última Batalla (Dagor Dagorath), que se producirá al final de los días. En las historias sobre los hijos de Húrin, se dice que Menelmacar representa a Turin Turambar, que con su espada Gurthang tomará venganza contra Morgoth y le dará el golpe final, como venganza por todas las desgracias que en especial le hizo sufrir a él y a su familia. Cuando Menelmacar y la estrella Helluin surcaban el cielo por primera vez, los Elfos despertaron en el lago Cuiviénen.

Menelmacar se correspondería con la constelación Orión, de invierno.

También fue llamada Telumehtar (en Quenya y con el significado de Guerrero del cielo), y en el Léxico Quenya se menciona como Telimektar (Guerrero del cielo, cuya forma anterior es Telimbektar); Taimondo o Taiomordo, Taimavar (Pastor del cielo) y poéticamente también fue conocida como Tamavar; todas ellas en desuso.

En el Libro de los Cuentos Perdidos, 1 se cuenta como el hijo de Tulkas subió al cielo y se hizo una constelación de él. En este libro, por lo tanto, las historias que hablan de la Última Batalla identifican a esta constelación con el hijo de Tulkas, que junto con Turin y Fionwë (que posteriormente se convertiría en Eonwë, Maia heraldo de Manwë) vencerán a Morgoth al final.