Las Profecías de la Tierra Media
Un análisis del papel de las profecías en la Tierra Media, de cómo Tolkien distingue entre la verdadera predicción y el pronóstico, y de cómo la predicción puede ser una herramienta de coacción.

 

La predicción cumple un papel en las historia de la Tierra Media. De hecho, algunos defienden que Tolkien pretendía que la Tierra Media tuviera un destino o una cronología preestablecidas, dado que parece como si todas las profecías que se mencionan llegan a cumplirse. Mas, si bien son casos raros, también las falsas profecías tienen su lugar en las historias. Y aun no siendo falsas algunas de ellas, cuando menos no llegan a cumplirse.

La pregunta de si hay algún poder en las profecías o si lo hay detrás de éstas es casi imposible de resolver satisfactoriamente. Muchos opinan que la historia se despliega de acuerdo con la Música de los Ainur (lo que no es verdad, puesto que es Ilúvatar quien da su significado a la Música a través de la Visión). Pero dejando a un lado si lo que se sigue es la Música o la Visión, la realidad es que el Tiempo se despliega mucho más ampliamente de lo que los Ainur o Ilúvatar tejieron por sí mismos; pues El Silmarillion nos dice que cada edad revelaría nuevas maravillas a los Valar de las que nada conocían, y que no estaban predicha en la Música ni en la Visión. 

De hecho, mucha de la historia que se predice nunca había tenido cabida en la Música ni en la Visión. Después de detener la Música, Ilúvatar habló a los Ainur: "Y muchas otras cosas dijo Ilúvatar a los Ainur en aquella ocasión," escribe Tolkien en la Ainulindalë. "Y a causa de sus palabras y del conocimiento que cada uno tenía de la música que él mismo había compuesto, los Ainur saben mucho de lo que era, lo que es lo que será, y pocas cosas no ven. Sin embargo, algunas cosas hay que no pueden ver, ni a solas ni aún consultándose entre ellos; porque a nadie más que a si mismo ha revelado Ilúvatar todo lo que tiene él en reserva, y en cada edad aparecen cosas nuevas e imprevistas, pues no proceden del pasado."

Por consiguiente, Ilúvatar puso muchas cosas en la Visión que los Ainur no habían cantado, e incluso después de que algunos de los Ainur hubieran entrado ya en , Ilúvatar siguió revelando nuevas cosas. Su libertad para alterar Eä con un Tiempo no predicho deja a Ilúvatar como el árbitro último de la presciencia. Así pues, Ilúvatar puede (si así lo desea) invalidar la presciencia que un determinado Ainu puede haber derivado de la Música o de la Visión. Pero, ¿negaría Ilúvatar algo que se ha predicho? Esta es una pregunta interesante a la que, de momento, no puede darse respuesta.

Conocemos numerosas ocasiones en las que interviene Ilúvatar. Por ejemplo, cuando Aulë crea a los Enanos Ilúvatar habla con él y finalmente acepta a los Enanos como sus Hijos adoptivos. Ilúvatar les concede verdadera vida e independencia de pensamiento. No existe, desde luego, ningún texto que diga que la impaciencia de Aulë y la creación de los Enanos fuera o dejara de ser predicha o prefigurada en la Música y en la Visión. Pero sí se dice que Aulë forjó a los Enanos en secreto y difícilmente hubiera podido trabajar en secreto si el resto de los Ainur hubieran sabido de ello a través de la presciencia derivada de la Ainulindalë. Así pues, la creación de los Enanos por parte de Aulë y la consiguiente intervención de Ilúvatar parecen ser algo nuevo, desconocido para los Valar.

Cuando Ar-Pharazôn invadió Aman para apoderarse de la inmortalidad, se dice que los Valar cedieron su autoridad. Entonces, Ilúvatar intervino y cambió la forma del mundo retirando Aman de Arda y haciendo de lo que quedaba un mundo redondo. ¿Es posible que los Valar supieran de la rebelión de los Númenóreanos contra su autoridad? Yo, personalmente, no lo creo así, pues, de estar armados con semejante conocimiento del futuro, habrían condenado a tal multitud incontable de Númenóreanos a convertirse en malvados.

Tolkien escribe que Manwë no podía obligar (ni trataría de hacerlo) a Melkor a arrepentirse, ni usaría las artimañas empleadas por el propio Melkor contra él. En el Osanwë-kenta, Tolkien indica que "si Manwë hubiera roto [su] promesa [liberar a Melkor de su prisión cumplido el plazo establecido] para sus propios propósitos, incluso aún pensando en el "bien", habría dado un paso en el camino del propio Melkor. Y es este un paso peligroso. En ese momento y actuando de esa manera habría dejado de ser el viceregente del Único, convirtiéndose, por el contrario, en un rey que toma ventaja sobre el rival que ha conquistado por la fuerza."

Igualmente, Manwë evitó la coacción en lo que se refiere a Sauron. A éste se le había ordenado presentarse ante Manwë para ser juzgado, pero cuando Sauron no apareció los Valar no fueron a apresarlo. La primera guerra para tomar prisionero a Melkor se llevó a cabo por el bien de los Hijos. La segunda guerra el final de la Primera Edad tuvo lugar por un propósito similar. No era la intención de Manwë obligar a Melkor o forzar al Tiempo a seguir un determinado camino.

Por consiguiente, la declaración de predicciones, como la que los Valar impusieron a los Noldor cuando los expulsaron de Aman, (que, de hecho, era una maldición) no era un acto de los Valar para forzar una elección específica o alterar las acciones de los Hijos. Cuando los Valar maldijeron a los Noldor no podían estar obligando a los Noldor a cometer maldades como las que éstos llevaron a cabo, sino que más bien estaban liberando a los Hijos de cualquiera de las gracias que su relación con los Valar les hubiera concedido. Los Valar retiraron su influencia sobre los corazones de los Noldor que habían empezado a dar los primeros pasos por un camino que únicamente podía conducir (tal como dedujeron de manera razonable) a su autodestrucción.

Pengoloth escribe en el Osanwë-kenta: "Estas cosas pueden parecer similares pero, dado que son de naturaleza enteramente diferente, deben ser diferenciadas. La predicción como previsión, y el pronóstico como opinión extraída de la evidencias presentes por medio del razonamiento, pueden ser idénticas en cuanto a lo que predicen, pero son enteramente diferentes en modo y, por tanto, los maestros de tradición deben diferenciarlas incluso cuando el lenguaje cotidiano tanto de los Elfos como el de los Hombres les dan el mismo nombre como ámbitos del conocimiento."

El Osanwë-kenta dice que "los Valar entraron en Eä y en el Tiempo por libre voluntad, y ahora están en el Tiempo mientras este perdure. No pueden percibir nada fuera del Tiempo excepto por la memoria de su existencia anterior al comienzo de éste: pueden recordar la Música y la Visión."

La primera nota adjunta al comentario sobre la Athrabeth Finrod ah Andreth se centra en la libertad de Ilúvatar frente a las limitaciones de los Valar: "Los Eldar afirman que Eru era y es libre en todas las etapas, y que en la Música demostró Su libertad al introducir, después de que surgiera la discordancia de Melkor, los dos nuevos temas que representaban la llegada de los Elfos y los Hombres, ausentes en su primer anuncio. De este modo ... puede introducir cosas directamente que no estaban en la Música y que por tanto no son completadas por los Valar. No obstante, en general no es erróneo considerar que son los Valar quienes completan Eä a través de  su mediación."1

La mediación de los Valar en la creación (o subcreación) de Eä y su recuerdo de la Música y de la Visión les proporcionan un complejo conocimiento de Eä y del Tiempo por medio del cual pronostican lo que puede suceder. Pueden además prever cosas que aún no han sido reveladas, pero solo si Ilúvatar les proporciona tal conocimiento. Su propia mediación les proporciona presciencia, pero no predicción. Ilúvatar conversó con los Ainur mientras les mostraba la Visión, y les habló de muchas cosas que no estaban incluidas en la Visión.

La libre voluntad no está en conflicto con las acciones o intenciones de los Valar, excepto con las de Melkor, que desea forzar a todas las cosas vivas para que le obedezcan. Quería ser adorado por los Hijos como lo debía haber sido Ilúvatar. Melkor trató de incluir un tipo de coacción que eliminara o redujera la libertad de la voluntad. Tolkien se esforzó por explicar esta privación del Don de Ilúvatar concedido a todos los Encarnados Racionales en los ensayos que tratan el origen de los Orcos.

En su ensayo final sobre los Orcos, Tolkien escribió: "Es cierto, por supuesto, que Morgoth tenía a los Orcos en una esclavitud calamitosa; porque en su corrupción, éstos habían perdido toda posibilidad de resistir el dominio de su voluntad. De hecho, tan grande era la presión que ésta ejercía sobre ellos antes de la caída de Angband que, cuando Morgoth volvía el pensamiento hacia ellos, sentían el "ojo" dondequiera que estuviesen;2 y cuando Morgoth fue expulsado de Arda los Orcos que sobrevivieron en el Oeste estaban dispersos, sin guía y casi sin voluntad, y durante un tiempo erraron sin control o propósito."

La coacción de Melkor sobre otras voluntades puede reducirse a una mera influencia, pues influencia es lo que parece haber ejercido en las elecciones hechas por los hijos de Hurin. Cuando Melkor apresó a Hurin sobre Thangorodrim, le dijo: "Todavía he de tenerte a ti y a los de tu maldita casa; y te quebrantará mi voluntad aunque estuvieras hecho de acero... ¡Mira! La sombra de mi pensamiento estará donde quiera que vayan [tus hijos], y mi odio los perseguirá hasta los confines del mundo."

Dado que Túrin fue criado en Doriath bajo la protección de Melian, es improbable que Melkor hubiera podido tener demasiada influencia sobre su vida. Pero Saeros, con su orgullo, se abrió al mal. A Melkor solo le hizo falta deducir que allá donde fuera Túrin éste se encontraría con alguien que tuviera mancha alguna de la oscuridad. En tales condiciones, la elección de Túrin podría ser pre-influenciada para que no confiara en lo que era correcto. Una semilla tan pequeña podría no germinar ni en 100 intentos, pero solo es necesario que de fruto una vez. Es decir, la historia de los Hijos de Hurin pudo haberse venido abajo en las muchas ocasiones en las que fueron tentados a escoger malamente, pero no fue así. Al final, los elementos clave de la historia de los Hijos de Hurin se resumen en las elecciones que los llevaron al destino que Melkor quería para ellos. Esto es todo lo cerca que estuvo Tolkien de imponer sobre uno de sus personajes algo parecido a un destino predestinado. Y aunque Hurin reveló a los espías de Melkor la localización aproximada de Gondolin, Melkor tenía que contar con engaño y aprovecharse de las circunstancias para alcanzar sus metas. No podía sencillamente decretar que Hurin traicionara a Turgon. De ser posible, una traición semejante hubiera dado fruto mucho antes y hubiera precisado de disposiciones más sencillas.

Por consiguiente la maldición de Melkor, al igual que la de los Valar a los Noldor, no era ninguna profecía, y realmente no impuso ninguna limitación a la libertad de las voluntades. Eran, sencillamente, actuaciones de seres poderosos, poseedores de un gran conocimiento y comprensión, y capaces de una considerable intuición de las motivaciones y probables elecciones de las criaturas con las que estaban tratando.

Las verdaderas profecías sólo tienen lugar en unas pocas ocasiones, y siempre ensombrecidas por la previsión. Si somos capaces de distinguirlas, debemos concluir que la previsión es solamente un conocimiento intuitivo de que algo puede o va a pasar. Por ejemplo, cuando la Compañía del Anillo está debatiendo qué camino tomar en Eregion, Aragorn advierte a Gandalf en contra de escoger el camino de Moria. Aragorn no tiene una idea clara de porqué se siente obligado a advertir a Gandalf en contra de este camino. Y en realidad Gandalf no siente tal destino. Pero la premonición de Aragorn resulta ser acertada: encuentran al Balrog y Gandalf se separa de sus compañeros.

Por otro lado, Elrond, predice ciertos aspectos relativos al viaje de Frodo: "No alcanzo a ver cuál será tu camino y no sé como cumplirás esta tarea. La Sombra se ha arrastrado ahora hasta el pie de las montañas y ha llegado casi a las orillas del Fontegrís; y bajo la Sombra todo es oscuro para mí. Encontrarás muchos enemigos, algunos declarados, otros ocultos, y quizá tropieces con  amigos, cuando menos los busques."

¿Quién pone en duda que Boromir era uno de esos enemigos enmascarados, o que Faramir era uno de esos amigos que no buscaría? Pero la predicción de Elrond es enturbiada por la Sombra, aun cuando pareciera que está viendo el viaje de Frodo como si éste estuviera desplegándose ante sus ojos. ¿Cómo podría la Sombra (presumiblemente la influencia o la voluntad de Sauron y Saruman) impedir de esa manera la visión de Elrond? La Nota 6 al Osanwë-kenta ofrece alguna sugerencia al respecto: "Pengolodh trata aquí (aunque no es necesario para su argumentación) el asunto de la "previsión". Ninguna mente, afirma, conoce lo que no está en ella. Todo lo que ha experimentado se encuentra en ella, aunque en el caso de los Encarnados, al depender directamente del hröa, algunas cosas pueden ser "olvidadas", no estar inmediatamente disponibles para el recuerdo. Pero ninguna parte del "futuro" se encuentra ahí, pues la mente no puede verlo o haberlo visto; esto es, una mente está ubicada en el tiempo. De la misma manera solamente puede aprender del futuro a partir de otra mente que lo haya visto. Pero esto es en última instancia por medio de Eru, o de otra mente que haya visto en Eru alguna parte de Su propósito (como es el caso de los Ainur que son ahora los Valar de Eä). Un Encarnado solamente puede, por tanto, conocer el futuro por medio de la instrucción derivada de los Valar, o por medio de una revelación venida directamente de Eru. Pero cualquier mente, ya sea de los Valar o de los Encarnados, podría deducir por medio de la razón qué ocurrirá o qué podría llegar a ocurrir. Esto no es previsión, aunque puede ser más claro en términos e incluso, de hecho, más exacto que destellos de la propia previsión. No siempre, cuando está formada por visiones, se ve en sueños, que es lo que generalmente se entiende por "previsión", sino que también se presenta con frecuencia en la mente."

La previsión de Elrond no puede ser una deducción basada en el conocimiento. El no sabía quién traicionaría a Frodo, ni quién podría cruzarse o se iba a cruzar en el camino de Frodo. Elrond ni siquiera sabía por qué ruta se acercaría a Mordor. Aunque se puede argumentarse que Elrond y Gandalf habían pasado largo tiempo hablando de por donde podía ir la Compañía y de quiénes habitaban a lo largo del camino, la eliminación de Gandalf en Moria proporciona un límite a la influencia de Gandalf en el pensamiento de Elrond.

Por tanto, Elrond debe haber recibido una sutil sugerencia de parte de uno de los Valar, o quizá  del mismo Ilúvatar. De la misma manera, los sueños que Faramir y Boromir experimentaron exhortándolos a ir a Rivendel, no pueden ser el producto de su razonamiento. Sencillamente no sabían lo suficiente como para deducir tales posibles acontecimientos. Podrían haber oído hablar algo sobre Imladris cuando eran niños y haberlo olvidado, e indudablemente sabían  que la espada de Elendil había sido rota. Pero no podían saber sobre un Mediano que poseía un objeto de gran poder, o que en Imladris tendría lugar un concilio en el que se tendría que escoger un gran destino.

Otros ejemplos de previsión entre los Elfos y Hombres incluyen las profecías de Malbeth el Vidente (relativas al nombre de Arvedui y al viaje de Aragorn por los Senderos de los Muertos), la predicción de Glorfindel de que el Señor de los Nazgûl no caería por la mano de ningún hombre, y la de Isildur de que la guerra con Sauron no terminaría rápidamente.

La deducciones intuitivas de los Lossoth (la de que el navío Élfico enviado para rescatar a Arvedui no era seguro) y las de los Drúedain (la de que Númenor no se sentía segura bajo sus pies, y la de que estaba sobreviniendo un cambio poco antes de la Batalla de los Campos del Pelennor), parecen estar más próximos al razonamiento que hay detrás de la previsión; aunque estos (primitivos) pueblos pueden haber armonizado más estrechamente con las sutiles señales proporcionadas por Ilúvatar (o los Valar).

¿Y qué hay de la preocupación de Elrond por la Comarca, y su deseo de enviar de vuelta a Merry y a Pippin como mensajeros? Tolkien no revela cuanto sabe (o ha aprendido) Elrond de las maquinaciones de Saruman en Eriador. Pero Aragorn y Gandalf eran conscientes del creciente interés por la Comarca; Gandalf le pidió a Aragorn que aumentara una vigilancia sobre la misma. Luego si ellos sabían que alguien pretendía hacer algo, Elrond debía saber también lo que estaba pasando. Y las explicaciones de Gandalf sobre Saruman habrían ayudado a Elrond a llegar a la conclusión de la que la Comarca ya no estaría más a salvo de influencias extrañas. Su inquietud es sumamente vaga, auque demostró no ser infundada.

La advertencia de Celeborn a Aragorn es otro ejemplo de previsión Élfica, y de hecho es un poco más directa que la previsión de Elrond. Celeborn explica la disposición de las tierras a la Compañía del Anillo en función del curso que han escogido, y les da más tiempo para pensar en la decisión que tendrán que tomar proporcionándoles unos botes para que puedan continuar hacia el sur por el Anduin. Pero al final señala que tendrán que escoger entre ir al este o al oeste; y le recuerda a Boromir que los cuentos de viejas pueden recordar más de lo que lo hacen los Sabios en lo que se refiere a ciertos asuntos. Quizá la advertencia de Celeborn de que permanecieran fuera de Fangorn puede ser un indicio de verdadera previsión mediante la cual los Valar o Ilúvatar pudieran estar sugiriendo de manera vaga que amenazaban dificultades.

La incapacidad de Elrond para ver claramente lo que podía ocurrir en las tierras donde se extendía la Sombra implica una limitación para la fuente de su previsión. Pero, si Ilúvatar le estaba proporcionando alguna visión, entonces ¿por qué las interrumpió bruscamente? Malbeth parecía estar bien enterado de los asuntos de estado y de la situación catastrófica, su previsión es similar a la presciencia, y parece como si estuviera obteniendo su visión de Ilúvatar, o tal vez de Manwë.

Pero Tolkien indicó que Ilúvatar únicamente intervino después de la muerte de Gandalf. Es en este momento cuando falla el plan de los Valar para derrotar a Sauron. Por tanto durante dos mil años los Valar habían estado dirigiendo el espectáculo. ¿Cuánto sabían, pues, de lo que iba a suceder y cuánto únicamente suponían? Debían de estar suponiendo algunas cosas, de lo contrario, ¿por qué la traición de Saruman y la aparición del Balrog cogieron a Gandalf desprevenido? La incertidumbre del plan de los Valar implica que no podían prever el final del conflicto, y la intervención de Ilúvatar implica claramente que él quería que acabara de una determinada manera.

Al hablar de la negativa de los Valar de intervenir en Beleriand antes del final de la Primera Edad, Tolkien sugiere que "la última intervención en la que los Valar utilizaron la fuerza física, que acabó con el quebrantamiento de Thangorodrim, no puede considerarse renuente o retrasada con exceso, sino calculada con precisión. La intervención tuvo lugar antes de la aniquilación de los Eldar y los Edain. Morgoth, a pesar de triunfar localmente, había descuidado la mayor parte de la Tierra Media durante la guerra; de hecho por ese motivo había disminuido, en poder y prestigio (había perdido uno de los Silmarils y no fue capaz de recuperarlo), y sobre todo en mente. ... La guerra fue un éxito y la ruina se limitó a la pequeña (pero hermosa) región de Beleriand."

Así pues, los Valar no actuaban siempre  en base a la presciencia o previsión, pero al menos en algunas -especialmente cuando ya había transcurrido mucho Tiempo- lo hicieron en base a sus propias deliberaciones. Fueron calculando cuándo y cuánto podían intervenir en la Historia. Su conocimiento de lo que aún habría de venir era incompleto, y se hacía más incompleto conforme pasaban las edades. Mas al final erraron en sus cálculos (de hecho lo hicieron más de una vez, aunque Ilúvatar sólo tuvo que intervenir directamente en al menos dos ocasiones para preservar el orden natural).

Aquello que parece profecía en muchos casos deriva de la coacción, cuando ésta es producto de una voluntad maligna como la de Melkor o Sauron; o del pronóstico, el cálculo de lo que debe o puede llegar a suceder en base al conocimiento de los eventos y personas; o de la presciencia, que se deriva de la Música, de la Visión, o del propio Ilúvatar. Únicamente esto último es verdadera predicción profética, aunque la profecía no es simple predicción. Profecía, en su más amplio sentido, es revelación. Es cuando los Valar revelan algo a los Elfos o los Hombres cuando están impartiendo verdadero conocimiento profético o previsión.

La limitación en cuanto al pronostico puede explicar por qué Tom Bombadil no pudo ofrecer a los Hobbits más consejos sobre su camino, el no pensaba que los Nazgûl pudieran molestarlos por mucho tiempo (de hecho se equivocaba, los Nazgûl ya estaban vigilando Bree cuando Frodo y sus compañeros llegaron). Aparentemente Tom confiaba en su conocimiento de las tierras y de las criaturas que conocía. Su experiencia con los Nazgûl era limitada, y por tanto no era muy bueno prediciendo lo que éstos podía hacer. De ahí lo que les dijo a los Hobbits.

La imprecisión de las predicciones de Tom son comparables a las imprecisiones de lo que revela el Espejo de Galadriel. Su pequeño cuenco lleno de agua está claramente revelando cosas, luego las visiones que  Frodo y Sam perciben en él son visiones proféticas. Pero Galadriel les advierte que no es fácil discernir cuando lo que se revela pertenece al pasado, al presente, o al futuro; e incluso puntualiza que no todo lo que el espejo "predice" llega a suceder. Luego ¿de dónde obtiene el Espejo sus visiones? ¿es la magia de Galadriel captando los pensamientos aleatorios de Ainur dormidos, o es Ilúvatar repartiendo visiones como si de galletitas de la fortuna se trataran?

Dentro de la Historia del Tiempo, la profecía juega diferentes papeles en lo que se refiere a informar y clarificar, pero no en lo que se refiere a dominar. En manos equivocadas es tanto un instrumento de coacción como la evidencia misma de la coacción. Por el contrario, en las manos correctas es una muestra del interés continuo y de la intervención de Ilúvatar, el único que conoce como resultarán todas las cosas. Aunque, no obstante, él permite a todos sus hijos, sean Ainur o Encarnados, tomar sus propias decisiones.


1.-   [N. del T.] Por algún motivo, en la edición en castellano de El Anillo de Morgoth ha desaparecido la parte final de esta frase, que se incluye aquí entre corchetes.

2.-   [N. del T.] En la edición en castellano se traduce erróneamente en singular "donde quiera que estuviese"; cuando en la versión original está claro que se refiere a los Orcos, y no a Morgoth: "wherever they might be".