Arroyo de Eregion que nace en la vertiente oeste de las Montañas Nubladas, por encima y al sur de la Puerta de Acebeda de Moria. Tras fluir impetuoso por un valle poco profundo, cae en cascada por un desnivel de unos nueve metros de alto, llamado los Saltos de la Escalera. El Sirannon continua su trayecto en un profundo canal por medio de las anfractuosas estribaciones de las montañas, para dirigirse luego rumbo al sudoeste hasta afluir por el norte en el río Glanduin. En su tramo inicial, el lecho del arroyo está cubierto de piedras manchadas de color rojo.
A partir de 700 de la Segunda Edad, un grupo de Elfos Noldor y Sindar fundan Eregion, que el Sirannon atraviesa en diagonal. Desde 750, con la creación de Ost-in-Edhil, y gracias a las buenas relaciones comerciales que se entablan entre Elfos y Enanos de Moria, se levanta una calzada de piedra que une a las dos ciudades y que corre en paralelo al norte del río. En los Saltos de la Escalera, unos escalones tallados en la roca permiten sortear el desnivel. Pero tras la desaparición de Eregion en 1697, y el cierre de las Puertas de Moria, el camino deja de ser transitado, y cae en ruinas.
A finales de la Tercera Edad, un acontecimiento de origen desconocido bloquea el curso del Sirannon en los Saltos de la Escalera, lo que provoca que sus aguas se embalsen cubriendo el valle de su nacimiento. El arroyo se convierte entonces en un hilo de agua que apenas si circula por medio de su profundo lecho entre los riscos. En el lago de aspecto ominoso, que cambia de nivel según las estaciones, se instala una criatura proveniente de lo más profundo de las montañas, el Guardián del Agua. La laguna, cuya superficie es de color verdoso, acaba tapizada por musgo y hierbas, que crecen sobre piedras viscosas y resbaladizas.
En 2994, Oin el Enano explora desde Moria la laguna, pero es capturado por el Guardián. El 13 de enero de 3019, la Compañía del Anillo descubre el Sirannon, y llegan al lago por el camino al anochecer. Rodeando las aguas por el norte, y tras cruzar a pie una caleta poco profunda, se plantan ante las Puertas de Moria, flanqueadas por acebos. Justo cuando Gandalf consigue abrirlas, el Guardián surge de las aguas y captura a Frodo con un tentáculo. Aunque la Compañía logra huir por los túneles, el monstruo cierra los batientes, y parte de la ladera de la montaña se derrumba bloqueando para siempre la salida.