Erebor

Situación: Eriador, al este del Bosque Negro.

Época: finales de la Tercera Edad

Otros nombres: Reino bajo la montaña; Montaña Solitaria

Enanos de Erebor
Sede de un reino majestuoso. Meta de la primera gran gesta jamás emprendida por ningún Hobbit.

GEOGRAFÍA.

Montaña, que como su nombre indica, se alzaba en solitario al norte de Rhovanion. Es muy probable que Erebor formase parte de las ancestrales Ered Engrin, y que fruto de los cataclismos y la erosión quedase aislada en medio de la llanura. No obstante, su distancia de las Montañas Grises (176 kilómetros al norte) y de las Colinas de Hierro (136 kilómetros al este), restos de las Montañas de Hierro en la Tercera Edad, no parecen confirmar esta suposición. De cualquier modo, la Montaña Solitaria se levantaba como una mole de unos 1500 metros de altura, con un diámetro de unos 16 kilómetros, con seis espolones que le daban la planta de una estrella. A pesar de no ser muy alta, su cima estaba casi a 2500 metros sobre el nivel del mar, ya que la zona en la que se erguía, formaba parte de las tierras altas del norte que anunciaban la proximidad de las Ered Mithrin. Esto, y su latitud septentrional, hacían que su cima estuviese eternamente nevada, y que en épocas anteriores su actividad glaciar fuese importante: el Lago Largo se formó a consecuencia de un glaciar de la montaña, cuyo último vestigio lo constituía el río Rápido, que nacía directamente de las entrañas de la montaña por su cara sur. Precisamente, en esta cara se abría un próspero valle, donde una cultura humana fundó una colonia. El espolón occidental era conocido como Colina del Cuervo, y era el mayor promontorio de todos los de Erebor. La riqueza mineral de la montaña era enorme (y éste es quizá el mayor argumento para emparentarla con las Ered Mithrin y las Colinas de Hierro), y de sus entrañas se extraían todo tipo de gemas, algunas desconocidas en nuestros días, y mucho oro. En su interior, los Enanos excavaron unas notables mansiones, en las que residió su Reino de la Montaña. A pesar de que la montaña entera estaba horadada en decenas de galerías, pasillos y estancias, solo se conocen la Puerta Principal, la Cámara de Thrór y la Celda Más Profunda o Salones Inferiores. De aquí partía una galería de unos 3 kilómetros, que comunicaba con la Puerta Secreta que se abría en una de las laderas occidentales. A esta se accedía por la Senda Secreta desde el valle oeste, y por la Senda Superior desde el espolón norte, que probablemente condujese a otra “puerta secreta”, enterrada y olvidada bajo la nieve.

HISTORIA.

La Montaña Solitaria, por sus características geológicas, estaba predestinada a ser explotada y colonizada por los Enanos, pero no serían los Barbiluengos los primeros en vivir directamente relacionados con Erebor. En algún momento de la Primera Edad, una fracción de los Edain que viajaban hacia Beleriand decidió establecerse en el fértil valle meridional de la montaña, a la vera del río y con Eryn Galen relativamente cerca. Miles de años después, los descendientes de aquellos Edain, cuya lengua era muy próxima al Adûnaico, habían prosperado fundando la ciudad-reino de Valle.

En el año 1999 de la Tercera Edad, tras el abandono de Moria por parte del pueblo de Durin, un grupo liderado por Thráin, llegó hasta Erebor, y sin interferir en las actividades de los Hombres de Valle, empezaron a excavar unas mansiones al modo de Moria. Pronto descubrieron que el corazón de la montaña era literalmente una “mina de oro”, y así fue establecido el Reino Bajo la Montaña. Pese a su riqueza, el establecimiento del Reino de Durin en las Montañas Grises, restó importancia a Erebor durante unos siglos, e incluso, y a pesar de iniciarse el comercio con los Hombres de Valle y los Elfos del Bosque Negro, muchos de sus habitantes emigraron hacia las Ered Mithrin. La más famosa fue la migración liderada por Thorin I en el siglo XXIII.

Pero a partir del año 2590, la devastadora aparición de Dragones en las Montañas Grises acabó con el reino de los Enanos, y obligó a su rey, Thrór, a exiliarse en Erebor. Desde entonces, y durante dos siglos, Erebor y Valle se convirtieron en dos de los reinos más prósperos de la Tierra Media. Los Enanos fundaron Esgaroth, en el cercano Lago Largo, y se estableció un triángulo comercial entre el reino de Thranduil, los Enanos y los Hombres, que utilizaba la colonia del lago como punto de distribución de los productos de la zona hacia los grandes reinos del sur y el oeste. Todo esto acabó en el año 2770. Atraído por la fama de las riquezas de Erebor y sus reinos, el Dragón Smaug invadió la Montaña, expulsando a los Enanos, destruyendo Valle y asesinando al último rey, Gilión, y reduciendo Esgaroth a cenizas. El rey Thrór huyó con los suyos hacia el sur, y los Hombres de Valle, de manera osada, reconstruyeron Esgaroth, donde se exiliaron los supervivientes de la familia real. Desde entonces, Esgaroth pasó a conocerse simplemente como la Ciudad del Lago.

Hasta el año 2941 estuvo Smaug instalado en Erebor, custodiando el tesoro de los Enanos. Ese año, Thorin II, llamado Escudo de Roble, al frente de sus doce compañeros Enanos, el Mago Gandalf, y con la decisiva y valiosa ayuda del Hobbit Bilbo Bolsón, consiguieron penetrar en la montaña y perturbar al Dragón. Smaug, terriblemente indignado realizó una batida sobre la Ciudad del Lago, pero allí Bardo, descendiente de los antiguos reyes de Valle, al corriente de cual era el único punto vulnerable de la bestia, le clavó la emblemática Flecha Negra, herencia de sus antepasados, dándole muerte. La caida de Smaug trajo consigo la toma de Erebor por parte de Thorin y Compañía y la restauración del Reino Bajo la Montaña. No obstante, tanto los Hombres de la Ciudad del Lago, como los Elfos del Bosque Negro, reclamaron su parte del tesoro. La intransigencia de Thorin a punto estuvo de provocar un conflicto entre Pueblos Libres, ya que ambos, Elfos y Hombres, mandaron sendos ejércitos a reclamar sus derechos. Por su parte, Thorin recabó el auxilio de sus parientes de las Colinas de Hierro, que acudieron prestos con un ejército para ayudarle. Durante el viaje a la Montaña Solitaria, Gandalf había matado al Gran Trasgo, así que los Orcos, aliados con los Huargos, y sabedores de la muerte de Smaug, utilizaron la excusa de la muerte de su líder para atacar Erebor y hacerse con sus riquezas. Los cinco ejércitos se encontraron frente a la montaña, y gracias a las argucias de Bilbo, los Pueblos Libres juntaron sus fuerzas para combatir al ejército combinado de Orcos y Lobos malignos. La Batalla de los Cinco Ejércitos supuso un gran triunfo para los primeros, que contaron con la ayuda de las Águilas y los Beórnidas. A pesar de la victoria, los Enanos perdieron a Thorin, que cayó en la batalla, pero se eliminó la amenaza de los Orcos, al norte de las Montañas Nubladas. Tras la batalla, Dáin Pie de Hierro, se convirtió en Rey Bajo la Montaña, mientras que los Hombres de la Ciudad del Lago descendientes de los antiguos habitantes de Valle, volvieron a levantar la ciudad, restaurando el reino, cuya corona recayó en Bardo como descendiente de Gilion, y como caudillo y líder natural que era.

Durante 78 años, los reinos de la Montaña Solitaria volvieron a prosperar, y una estrecha amistad surgió entre Enanos y Hombres, amistad reforzada por la especial relación de ambas casas reales. Pero en el 3019 estalla la Guerra del Anillo, y Erebor no escapó a la avaricia de Sauron. El 15 de marzo un ejército de Orientales atacó Valle. Los Bárdidos resistieron heroicamente, pero a pesar de contar con la ayuda de los Enanos, para el día 17, tras la muerte en combate de Dáin y de Brand, tercer rey de Valle, los maltrechos restos de ambos ejércitos fueron obligados a replegarse dentro de la montaña, que fue sitiada. Una semana después, el Anillo y su Señor fueron destruidos, momento que aprovecharon los sitiados para, liderados por Bardo II, romper el cerco de Orientales, a los que derrotaron completamente. Durante la Cuarta Edad, ambos reinos permanecieron independientes, bajo la protección y amistad del Reino Unificado.



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