Situación: noroeste de la Tierra Media (entre las Montañas Azules y las Nubladas)

Época:

Otros nombres:

Región del noroeste de la Tierra Media situada entre las Montañas Nubladas (Hithaeglir) al este y las Montañas Azules (Ered Luin) al oeste. Al norte limita con las tierras heladas de Forodwaith, y al sur con los ríos Gwathló (Aguada Gris) y Glanduin.

El nombre de Eriador proviene del Sindarin y significa “tierra solitaria” .

GEOGRAFÍA

Física

Además de dos de las mayores cadenas montañosas del noroeste de la Tierra Media (las Montañas Azules y las Montañas Nubladas), Eriador contaba con un terreno accidentado. Desde las Montañas Azules y hacia el este, estaban las Colinas de Evendim (Emyn Uial) y, al sur de éstas, las Colinas de la Torre, las Colinas Lejanas y las Quebradas Blancas. Más hacia el este encontramos las Quebradas del Norte, las Colinas Verdes, las Colinas de los Vientos (a cuyos pies brotan los Pantanos de Moscagua), las Quebradas de los Túmulos y las Quebradas del Sur. Ya en las faldas occidentales de las Montañas Nubladas se sitúan las escarpadas tierras de las Landas de Etten y el Bosque de los Trolls.

Los principales ríos que atraviesan esta región son: el Lune (Lhûn), situado entre las Montañas Azules y las Colinas de Evendim, recibiendo afluentes de ambas; el Brandidivino (Baranduin) que nace en el Lago Evendim (Nenuial) en las faldas orientales de las Emyn Uial; el Aguada Gris (Gwathló), que surge de los diferentes afluentes procedentes de las Montañas Nubladas y que antes de unirse al Glanduin en la tierra pantanosa de Nîn-in-Eilph recibe el nombre de Mitheithel o Fontegrís. Todos ellos desembocan en el Belegaer.

Eriador se encuentra con el mar hacia el norte por la Bahía de Hielo de Forochel. En el oeste, el Belegaer se abre paso a través de las Montañas Azules dando lugar al Golfo de Lhûn, donde desemboca el río del mismo nombre. Los otros dos grandes ríos de Eriador también conforman cabos en sus costas, destacando Eryn Vorn en la desembocadura del Baranduin.

De las grandes zonas boscosas que cubrían todo Eriador en los Días Antiguos sólo quedaban a finales de la Tercera Edad y principios de la Cuarta (debido a la tala intensiva de los númenóreanos y a la destrucción provocada por Sauron durante su guerra contra los Elfos en la Segunda Edad del Sol): el Bosque Viejo (entre el río Brandivino y las Quebradas de los Túmulos) y el Bosque de los Trolls (entre los ríos Fontegrís y el Bruinen).

Política

A lo largo de la prolongada Historia documentada de Eriador se nos ofrecen escasos nombres de las diferentes regiones que existieron en estas tierras. Son de destacar:

- Eregion o Acebeda: hogar de los Gwaith-i-Mírdain en la Segunda Edad del Sol, a los pies de las Montañas Nubladas entre los cauces de los ríos Bruinen-Mitheithel y Glanduin.

- Los reinos de Arnor: Arthedain (en el noroeste; limitado por el río Lune al oeste, las Colinas de los Vientos al este, con el río Brandivino y el Gran Camino del Este al sur), Cardolan (en el sur; entre los ríos Brandivino y Gwathló, lindando con el Gran Camino del Este al norte) y Rhudaur (en el noreste; limitado al norte y al este por las Landas de Etten y las Montañas Nubladas, al oeste por las Colinas de los Vientos y los cursos del Sonorona y el Mitheithel al sur).

- Minhiriath: región del suroeste de Eriador, entre los ríos Baranduin y Gwathló. Pasó a formar parte del más extenso reino de Cardolan.

Acerca de las vías de comunicación que cruzaban las tierras de Eriador, las más importantes son:

- Camino del Norte: camino númenóreano que unía los reinos de Arnor y Gondor, por Tharbad y los Vados de Isen.

- Gran Camino del Este: camino númenóreano trazado desde los Puertos Grises a Rivendel, atravesando la Comarca.

HISTORIA

Días Antiguos: Edades de las Lámparas y Edades de los Árboles

Se habla poco de estas tierras en las historias de los Elfos, donde Eriador se muestra sólo como una región salvaje y despoblada situada entre las Ered Luin y las Hithaeglir, obstáculos primero de los viajes de los Ainur (sobre todo de Oromë) y más tarde de la larga marcha de los Eldar hacia el Oeste. Es de destacar que en esta marcha dentro del pueblo de los Teleri hubo algunos que, siguiendo a un tal Lenwë, se demoraron en los Valles del Anduin y con el paso de los años llegaron a Eriador a través del paso que se abre entre las Montañas Nubladas y las Montañas Blancas. A estos elfos se les conoció con el nombre de Nandor. Al final de la segunda edad del Encadenamiento de Melkor, las criaturas malignas empezaron a agitarse en el norte y a hostigarles. Guiados por su señor Denethor decidieron abandonar tan peligrosas tierras hacia el Oeste, donde recibieron la protección de Thingol de Doriath.

Acerca de los Enanos se nos dice que tres de sus Padres despertaron en las grandes cordilleras de Eriador: el de los Barbafogosa y el de los Grandgarrotes en las Montañas Azules; y Durin, Padre de los Barbiluengos, en las Montañas Nubladas. En esta época los Enanos se dieron a conocer a los Elfos de Beleriand, gobernados por Thingol de Doriath. Asentados en las faldas orientales de las Ered Luin fundaron los reinos de Nogrod (Tumunzahar) y Belegost (Gabilgathol) y establecieron un fructífero comercio con los elfos de Beleriand. En el este, en el corazón de las Hithaeglir, el Pueblo de Durin construyó las estancias de Khazad-dûm.

En estos Días Antiguos también puede hablarse de los Ents, que vagarían por los extensos bosques junto con los Moriquendi. Es probable que durante el largo Sueño de Yavanna, Iarwain Ben-adar y la Dama del Río con sus Hijas llegaran a estas tierras y decidieran asentarse en los bosques que crecían en torno al río Tornasauce, afluente del Brandivino.

Primera Edad del Sol

Se tiene constancia de que fue a principios del siglo IV PE cuando los Edain de la Casa de Bëor entraron en Beleriand, siendo seguidos en los años posteriores por el pueblo de los Haladin (la tribu más oriental del pueblo de los Gwathuirim) y el de Marach. Los Hombres Cetrinos llegaron a Beleriand aproximadamente un siglo después, permaneciendo en Eriador aquellos emparentados con la tribu de Bór. Por el hecho de que accedieran a Beleriand a través de las Montañas Azules se puede suponer que, tras el Despertar, algunos de los pueblos de los Hombres se desplazaron hacia el Oeste y accedieran a Eriador a través de pasos de las Hithaeglir o las llanuras existentes entre esta cordillera y las Montañas Blancas. Muchos de los Hombres que llegaron a Eriador se asentarían en estas tierras y desistirían de su avance hacia el Oeste, e incluso algunos de ellos pudieron establecer relaciones con los elfos oscuros que ya vivían en ellas. De estos antepasados de los Edain se dice que establecieron grandes reinos en Eriador, aunque el único rastro de su presencia sean las tumbas de sus reyes, erigidas en las Quebradas de los Túmulos (Tyrn Gorthad), que fueron respetadas y veneradas por los posteriores pobladores.

Tras la Ruina de Doriath (c. 505 PE) el ejército de Nogrod fue aniquilado y muchos Enanos de Belegost decidieron marchar hacia Khazad-dûm para evitar posibles represalias.

Segunda Edad del Sol

El cataclismo consecuente a la Guerra de la Cólera que dio lugar al Hundimiento de Beleriand, tuvo también su repercusión en Eriador. El Belegaer avanzó hacia el este y se dibujaron nuevas costas en el occidente de la Tierra Media. A nivel del desaparecido río Ascar, las Montañas Azules se derrumbaron y dieron paso a un brazo de mar que conformaría el Golfo de Lhûn; el río Lhûn modificó asimismo su curso y acabó desembocando en este golfo.

Tras el Hundimiento de Beleriand, aquellos Elfos que decidieron permanecer en la Tierra Media y no regresar a las Tierras Imperecederas fundaron el reino de Lindon (último vestigio de Beleriand, que extendió sus dominios a ambos lados de las Ered Luin) y los Puertos Grises (Mithlond, en la desembocadura del río Lhûn) bajo el gobierno de Gil-galad, que fue reconocido como Alto Rey de los Elfos del Oeste.

Muchos Enanos abandonaron las ciudades de Nogrod y Belegost y se dirigieron a Khazad-dûm, aunque las Montañas Azules nunca fueron abandonadas del todo por los Naugrim.

A mediados del s. VIII SE, Noldor guiados por Celebrimbor fundaron a los pies de las Montañas Nubladas, entre los ríos Mitheithel y Glanduin, el reino de Eregion (Acebeda) debido a la presencia de mithril en Khazad-dûm. Grandes herreros y orfebres, estos elfos recibieron el nombre de Gwaith-i-Mírdain y entablaron muy buenas relaciones con los Enanos vecinos, de lo que resultó una gran fortuna y prosperidad para ambos pueblos.

Mientras tanto, Sauron, recuperado del desastre de Thangorodrim y al considerar que los Valar se habían retirado de la Tierra Media, empezó a agitarse en el Este (ca. s. VI SE).

A finales del siglo VII SE, Vëantur, Capitán de la flota de Númenor, reinicia contactos con las costas de la Tierra Media en nombre del rey de Tar-Elendil. Estas relaciones (en principio con los elfos de Lindon y los Puertos Grises, además de un encuentro con doce Hombres de Eriador en las Colinas de la Torre) se intensificaron con Tar-Aldarion, nieto de Vëantur y cuarto rey de Númenor, entrando en contacto con los pueblos de los Hombres que permanecieron en Eriador durante esta Edad (tanto los descendientes de los Gwathuirim como aquellos de los pueblos de los Edain que no llegaron a Beleriand o que la abandonaron durante las guerras contra Morgoth). La necesidad de la flota de Númenor de madera llevó a la ocupación y aprovechamiento intensivo de las zonas boscosas de Eriador centralizadas en el puerto y astilleros de Vinyalondë (más tarde conocido como Lond Daer), en la desembocadura del río Gwathló. Esto llevó a un enfrentamiento entre los númenóreanos y los nativos que acabó por empujar a los segundos hacia el norte y al este, aunque sin llegar a invadir las tierras de Gil-galad. De este resentimiento hacia los “Hombres del Mar” y sus aliados, los Elfos, se aprovechó Sauron apoyando a los eriadorianos en sus ataques contra los puertos y almacenes de los númenóreanos, pero no se arriesgó todavía a un enfrentamiento abierto. Sin embargo, y a pesar de los ruegos de Gil-Galad, tras el reinado de Tar-Aldarion los Señores de Númenor se ocuparon poco de los asuntos de la Tierra Media, hecho que aprovechó Sauron para extender su dominio.

En los inicios del segundo milenio (c. XIII SE) y bajo la agradable forma de Annatar, Sauron se infiltró entre los elfos de Lindon para intentar ganarse su favor, pero la desconfianza de Gil-galad le hizo desistir. Más suerte tuvo entre los Gwaith-i-Mírdain de Celebrimbor, los cuales alcanzaron una gran maestría en sus trabajos gracias a los conocimientos de Annatar. Fue durante esta época cuando fueron forjados los Anillos de Poder (ss. XVI-XVII) y Sauron finalmente fue descubierto con la creación del Anillo Único, hecho que desencadenó la Guerra de Sauron y los Elfos (1693 SE) y la invasión de Eriador. Ofreciendo la primera resistencia en Ost-in-Edhil, capital de Acebeda, Celebrimbor y gran parte de los Noldor cayeron. Todos los Grandes Anillos, salvo los Tres (y posiblemente el que le fue entregado a Durin III) se perdieron en manos de Sauron (1697 SE). La ayuda venida de Lindon y comandada por Elrond Medio Elfo fue insuficiente y tuvo que retirarse a Imladris con los escasos supervivientes de los Mírdain. Los Enanos de Khazad-dûm y los Elfos de Lórinand atacaron la retaguardia del ejército de Sauron permitiendo un respiro a Elrond, pero el contraataque siguiente obligó a Khazad-dûm a cerrar sus puertas. Sin ninguna oposición efectiva hasta las Montañas Azules Sauron asuela Eriador y se dirige a Lindon, dejando atrás un destacamento que mantuviera el sitio de Imladris. En ayuda de Gil-galad, Tar-Minastir de Númenor envió una gran flota que consiguió derrotar a Sauron y hacerle abandonar las tierras de Eriador (1700-1701 SE), que por un tiempo se ven libres de la Sombra.

Pero Sauron no fue derrotado y todavía ejerció cierta influencia sobre los Hombres en el interior evitando las costas, dominadas por los elfos en Lindon o númenóreanos (en las tierras del sur). En estos tiempos, llamados los Días de la Huida por los elfos, los habitantes de Eriador que vieron sus tierras arrasadas por la guerra fueron perseguidos por las fuerzas de Sauron. Muchos abandonarían sus hogares y marcharían al otro lado de las Montañas Nubladas o buscarían refugio cerca de Lindon o en el recién creado Imladris, que es fortificado. En las Montañas Nubladas comenzaron a proliferar los Orcos que a partir de entonces no dejaron de hostigar a los Enanos de Khazad-dûm, rebautizada desde esa época como Moria.

Durante los siglos siguientes y a consecuencia de la creciente represión sufrida, algunos Fieles empiezan a abandonar la isla de Númenor y asentarse en las colonias de la Tierra Media o pedir asilo en los reinos élficos de Eriador. En su huida de la Caída de Númenor (3319 SE), Elendil (con cuatro barcos) y sus dos hijos Isildur y Anárion (con tres y dos barcos, respectivamente) abandonaron la isla antes del hundimiento, pero la tormenta que siguió a la catástrofe arrojó a Elendil hacia las costas de Lindon donde fue acogido por Gil-galad, mientras que sus hijos se debieron desviar hasta Pelargir.

Una vez instalado en la Tierra Media, Elendil organizó desde las tierras del norte de Eriador los que se convertirían en los Reinos en el Exilio de los Dúnedain: Arnor y Gondor. El reino de Arnor ocuparía la mayor parte de Eriador (todas las tierras al norte del Gwathló desde el río Lune a las Montañas Nubladas) y sería gobernada por Elendil; de las grandes ciudades y fortalezas que se fundaron en aquellos tiempos están: Annúminas, la corte de Elendil junto al Nenuial; Fornost, en las Quebradas del Norte; Elostirion, en las Colinas de la Torre, cuyas torres que se dice fueron erigidas como regalo de parte de Gil-galad; y Amon Sûl, en las estribaciones meridionales de las Colinas de los Vientos. De las reliquias rescatadas de Númenor es de destacar la presencia de tres de las Palantíri (guardadas en Elostirion, Annúminas y Amon Sûl).

Temiendo el poder de los Dúnedain en la Tierra Media, Sauron fortificó Mordor y atacó Gondor con un ejército integrado tanto por criaturas malignas como por Hombres de Harad, Rhûn y Umbar (3429 SE). Isildur y su familia debieron escapar de Minas Ithil y refugiarse en Annúminas, mientras Anárion defendía Gondor desde Ithilien. Desde el norte Gil-galad y Elendil organizaron lo que se denominó la Última Alianza entre Elfos y Hombres. Dos años tardaron en reunirse los efectivos de Lindon, Mithlond y Arnor. Recorriendo todo Eriador se reunieron en Imladris, donde permanecieron tres años (3431-3434 SE) tras los cuales cruzaron las Hithaeglir y avanzaron hacia el sur (recibiendo más efectivos de Hombres del Norte, Elfos del Bosque Verde y Lórien y Enanos de Moria). La guerra, que culminó con la muerte de Elendil, Gil-galad y la derrota de Sauron (3441 SE), puso fin a la Segunda Edad del Sol.

Tercera Edad del Sol

Pero el Anillo Único, que fue arrebatado al Enemigo de su misma mano por Isildur, no fue destruido sino llevado como heredad de los Dúnedain al reino de Arnor, donde Isildur pensaba dirigirse y continuar el gobierno de su padre. Sin embargo, sus deseos no se vieron cumplidos, pues cayó en los Campos Gladios junto con los hombres que le acompañaban y sus tres hijos mayores (2 TE). El Anillo se perdió en el Anduin.

Valandil, el hijo menor de Isildur, se convierte en rey de Arnor, reino que como tal perduraría durante siete generaciones más cuando, tras la muerte del rey Eärendur (861 TE) y por disensiones entre sus hijos, se divide en tres: Arthedain (con las grandes ciudades de Annúminas, Fornost y Elostirion), Cardolan (con Lond Daer y Tharbad) y Rhudaur. Fue en Arthedain el único reino donde se mantuvo la línea de Isildur, que no tardó en perderse en los reinos de Cardolan y Rhudaur debido a disputas entre ellos, principalmente motivadas por la presencia de la Palantír de Amon Sûl en la frontera entre ambos reinos.

Fue durante el reinado de Beleg de Arthedain cuando los primeros Hobbits, de la tribu de los Pelosos, cruzan las Montañas Nubladas y se asientan en Eriador (c. 1050 TE) huyendo de la Sombra creciente de Dol Guldur. Aproximadamente un siglo después, los Albos (por los pasos septentrionales de Rivendel) llegan al oeste de Eriador. En esta misma época los Fuertes, por el Paso del Cuerno Rojo, se establecen en el Ángulo o en las Tierras Brunas.

Aprovechando la decadencia del reino de Arnor, la sombra de Sauron se extiende hacia el norte: las criaturas malignas se multiplican, los Orcos aumentan en las Montañas Nubladas y hostigan sin cesar a los Enanos de Moria. En los riscos norteños de las Hithaeglir el Rey-Brujo, Señor de los Nazgûl, funda el reino de Angmar, desde donde empieza a hostigar a los desunidos reinos dúnedain (c. 1300 TE). Rhudaur, gobernado por Hombres de las Colinas, establece una alianza secreta con Angmar. Los Hobbits debieron huir hacia el oeste y muchos de ellos se asentaron en las Tierras de Bree, donde establecieron unas cordiales relaciones con los Hombres que allí vivían.

En un intento por hacer frente a la Oscuridad, Argeleb I de Arthedain intenta reunificar los reinos de Arnor al no existir ningún descendiente directo de Isildur en los otros reinos. La oposición de Rhudaur llevó a una guerra abierta en la que murió el rey Argeleb (1356 TE) y Rivendel fue sitiada. Su hijo Arveleg I, en alianza con Cardolan, vence a Rhudaur y fortifica las Colinas de los Vientos, manteniendo durante un tiempo una paz relativa que se mantendría hasta 1409 TE, cuando el Rey-brujo invade Eriador.

Durante esta guerra Arveleg I cayó y Rhudaur fue arrasada y ocupada por Hombres aliados de Angmar. Amon Sûl es destruida pero la Palantír se salva y es llevada a Fornost donde Araphor, hijo de Arveleg, inició la resistencia junto a los elfos de Círdan de Mithlond. En la asolada Cardolan, los dúnedain se retiran pero se hacen fuertes al oeste de las Quebradas de los Túmulos. Fue la ayuda de los elfos de Lindon, Rivendel y Lórien comandadas por Elrond consiguió someter a Animar en esta ocasión. En este clima de constantes guerras, los Fuertes de El Ángulo (y también de las Tierras Brunas) huyen al oeste o regresan a Rhovanion.

En el periodo de calma que siguió a esta derrota de Angmar muchos Hobbits emigran de Bree y se asientan, guiados por los hermanos Marcho y Blanco, en las tierras más allá del río Brandivino cedidas por el rey Argeleb II, la futura Comarca (1601 TE). Aproximadamente tres décadas después, Fuertes de las Tierras Brunas se unen a ellos.

Pero las desgracias no habían abandonado los reinos dúnedain del norte, pues durante el reinado de Argeleb II llegó desde tierras del sur la Gran Plaga (1636-1637 TE), que causó una elevada mortandad en la población de Eriador, sobre todo en Cardolan que quedó prácticamente deshabitada. Fue en esta época cuando espíritus malignos venidos desde Angmar y Rhudaur ocupan los túmulos de las Tyrn Gorthad. A lo largo los siglos siguientes, sólo Arthedain y los reinos élficos de Eriador harían frente a los ataques de Angmar con fuerzas menguantes.

Durante el reinado del rey Araphant, la muerte del rey Ondoher de Gondor y sus dos hijos en la guerra contra los Aurigas (1944 TE) motivó un debate en torno a la sucesión del trono de Gondor. La propuesta de Arvedui hijo de Araphant y sucesor por línea directa de Isildur fue rechazada a favor del heroico capitán Eärnil, pero esta reclamación no sería olvidada. Desde Gondor, el recién coronado rey Eärnil ofreció no obstante ayuda en caso de que Arthedain se viera en apuros.

En 1974 TE Angmar dirigió el ataque definitivo contra los restos del reino de Arnor. El Rey-Brujo arrasó Eriador y rechazó a los dúnedain hasta más allá del Lune. Arvedui, el Último Rey, debió ocultarse en abonadonadas minas enanas de las Ered Luin y después huir a Forodwaith, donde fue acogido por los Lossoth. Murió a su regreso en una tormenta en el mar donde se perdieron las Palantíri de Arnor. Respondiendo a los mensajes de ayuda Gondor envió auxilio tardíamente a la resistencia de Eriador. Al mando del Eärnur, heredero de trono del sur, una gran flota de gondorianos apoyados por caballería de Rhovanion se unió a las fuerzas de Lindon y Arnor guiadas por Círdan. Tras la batalla de Fornost (1975 TE) las fuerzas del Rey-Brujo fueron derrotadas y el reino de Angmar desapareció como tal, pero también el reino de Arnor: Aranarth, hijo de Arvedui, reuniría los restos del pueblo de los Dúnedain del Norte (que probablemente se asentarían en la región de El Ángulo) que se convirtieron en los protectores de Eriador en la clandestinidad. Fueron apoyados en sus trabajos por Rivendel (recibiendo Elrond las heredades de la casa de Isildur en custodia), donde fueron criados los miembros de la casa real, en adelante llamados tan sólo Capitanes.

La constante vigilancia de tan escasos efectivos no impidió los constantes ataques de criaturas malignas en Eriador, sobre todo por Lobos y Orcos. Hemos de unirle a esto la aparición del Balrog de Moria y la muerte de Durin VI y de su hijo Nain I, que obliga a los Enanos a abandonar Khazad-dûm y huir hacia el este (1981 TE). Sin enemigos haciéndoles frente en sus plazas fuertes de las Montañas Nubladas, los Orcos proliferan e inician la invasión de Eriador a partir de la década de los 40’ del siglo XXVIII TE (en 2747 tiene lugar la Batalla de los Campos Verdes, donde el hobbit Toro Bramador Tuk vence a una banda de Orcos).

El Largo Invierno (noviembre 2758-marzo 2759 TE) diezma más si cabe a las sufridas gentes de Eriador y el mago Gandalf el Gris acude en ayuda del pueblo de La Comarca. Durante el Crudo Invierno (2911-2912 TE) los ríos de Eriador se hielan y Lobos Blancos descienden del norte aterrorizando a la población. Las inundaciones que siguieron al deshielo terminaron por despoblar las tierras de Minhiriath. Todas estas catástrofes que asolaron Eriador a finales de la Tercera Edad dejaron tan sólo pequeños asentamientos poblados, de los cuales los más destacables fueron La Comarca, las tierras de Bree (con las aldeas de Bree, Combe y Entibo) y los refugios élficos de Rivendel y los Puertos Grises.

La muerte de Thrór (2793 TE) a manos del orco Azog, inicia una guerra de venganza contra los Trasgos de las Montañas Nubladas que implica a todos los Pueblos de los Enanos y finaliza con la Batalla de Nanduhirion (en 2799 TE). Tras esto, Thráin II decide conducir a su pueblo exiliado de Erebor desde las Tierras Brunas hacia las Montañas Azules, donde quedan algunos de los descendientes de las ciudades de Nogrod y Belegost. Allí el Pueblo de Durin consigue prosperar bajo el mandato de Thráin II y después de su hijo Thorin II. La nostalgia del gobernante es aprovechada por el mago Gandalf el Gris para organizar una misión destinada a recuperar Erebor de las garras del dragón Smaug, implicando para ello al Hobbit Bilbo Bolsón de La Comarca, que descubre el Anillo Único (2941-2942 TE).

Este hecho hace involucrar a las gentes de Eriador en la Guerra del Anillo. Desde el cuarto milenio TE el mago Saruman el Blanco ya había empezado a enviar espías (Dunlendinos y Medio-Orcos, además de nativos) a las tierras de Bree y La Comarca, pero no es hasta los Grandes Años (3018-3019 TE) cuando Sauron dirige su mirada hacia Eriador y La Comarca: los Nazgûl son enviados a la persecución de Frodo Bolsón, hijo adoptivo de Bilbo y Portador del Anillo que llegará a salvo a Rivendel impulsado por los consejos de Gandalf y guiado por Aragorn, Capitán de los Montaraces del Norte y heredero de Isildur. En Rivendel se convoca el Concilio de Elrond, con el que se crea la Comunidad del Anillo. La dificultosa marcha por tierras de Acebeda y los picos centrales de las Montañas Nubladas obliga a la Comunidad del Anillo a atravesar Moria. Mientras tanto Saruman envía desde Isengard a los denominados Rufianes que se harán con las tierras de La Comarca y someterán a sus habitantes. Esto desencadenará la Batalla de Delagua y la muerte de Saruman (que se había escapado de su reclusión en Isengard) con la llegada de Frodo y los hobbits de la Comunidad del Anillo.

En 3021 TE los Portadores de los Anillos Élficos y del Anillo Único parten de los Puertos Grises hacia las Tierras Imperecederas, con lo que se pone fin a la Tercera Edad.

Cuarta Edad del Sol

Bajo el reinado de Elessar Telcontar se reestablece en Eriador el reino de Arnor y nombra a La Comarca País Libre bajo la protección del Cetro Septentrional, prohibiendo a los Hombres entrar en ella. La ciudad de Annúminas es reconstruida y el rey permanece allí una temporada (15 CE).


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