¡Lúthien, tira una trenza para trepar!

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Año 472 de la Primera Edad: Aurë Entuluva! Húrin defiende la retirada de Turgon en la Nirnaeth Arnoediad a un terrible precio
El sol se ha ocultado hoy tras un cielo gris y mudo, como si la tierra entera se negara a contemplar lo sucedido. La Nirnaeth Arnoediad —la Batalla de las Lágrimas Innumerables— se ha perdido, y con ella, parte del último aliento de esperanza en las huestes libres de Beleriand. Los ejércitos de Morgoth han roto el cerco y se extienden por Anfauglith como una marea oscura. Pero entre tanto horror y ruina, una luz se sostuvo por un instante: la de los hombres de Dor-lómin. En el Marjal de Serech, al oeste del Sirion, los últimos restos del ala... (sigue)
Año 503 de la Primera Edad: Dior recibe el Nauglamír y concluye la historia de Beren y Lúthien
Menegroth, Año 503 de la Primera Edad La gran sala de las Mil Columnas guardaba silencio cuando el mensajero verde —empapado por el viaje desde Tol Galen— presentó un cofre de abedul tachonado de plata. Al alzarse la tapa, el canturreo del Silmaril inundó el aire: el Nauglamír, forjado antaño por los artesanos de Nogrod y ahora limado por las manos de Beren, descansaba sobre un paño gris. Dior Eluchíl, primogénito de los Medio Elfos, fijó la vista en el cristal incandescente y supo que los corazones de su padre y su madre ya no latían en los campos de... (sigue)
Año 469 de la Primera Edad: regreso de Beren y Lúthien y fin del invierno de Thingol
Menegroth, primavera clara — Crónica tomada al alba Desde la caída de Beren, el reino había languidecido: Thingol caminaba encorvado, y sus cabellos, antes oscuros, se habían vuelto tan blancos como la escarcha tardía que cubría las hayas de Neldoreth. Los sirvientes murmuraban que el rey “había envejecido como uno de los Edain”, y nadie se atrevía a entonar música en los salones: se había impuesto el “invierno de Thingol”. Dos figuras, vestidas con sencillez y coronadas por la misma luz tenue que precede al alba, cruzaron sin escolta los puentes del Esgalduin. Nadie necesitó anuncio: Beren, con la cicatriz... (sigue)
Año 467 de la Primera Edad: el canto de Lúthien llega a las Estancias de Mandos
Bosque de Neldoreth — Crónica tomada a la luz de la mañana Beren Camlost fue conducido de vuelta a Menegroth sobre una litera de ramas; Huan yacía a su lado, y la procesión avanzó bajo las antorchas hasta el pie de Hírilorn, la gran haya. Cuando Lúthien vio el rostro amado —pálido ya, los labios inmóviles— lo besó y susurró que lo buscaría «más allá del Mar Occidental». Él la miró una última vez; la luz de las estrellas vaciló y su espíritu partió. Entonces Lúthien permaneció quieta, como flor arrancada que aún no se marchita; las fuerzas la abandonaron... (sigue)