Batalla librada en el año 375 de la Primera Edad entre los Haladim y los Orcos en una porción de tierra situada entre los Ríos Ascar y Gelion.
Nos cuentan los sabios que durante este tiempo los Haladim vivieron en Thargelion felices y casi sin preocupaciones. Sin embargo, Morgoth no podía soportar que ni con mentiras ni engaños provocara la enemistad entre Hombres y Elfos. Por tanto decidió dañar a los Hombres enviando una incursión de Orcos para atacar a los Haladim que vivían en los bosques bajo el dominio de Caranthir. Morgoth envió su ejército de Orcos hacia el este, evitando el cerco, para luego volver con sigilo por sobre Ered Lindon y así caer sobre los Haladim.
Se dice que por ese entonces los Haladim no vivían bajo la égida de ningún señor, ni en grupos numerosos, sino que cada uno cuidaba de su casa y por ello tardaban mucho en reunirse cuando se aproximaba el peligro. Sin embargo había entre ellos un hombre intrépido, un hombre de recursos y con dotes de mando llamado Haldad, que reunió a todos los de su pueblo que pudo haciéndolos retroceder hasta un rincón de tierra formado por los Ríos Ascar y Gelion para defenderse del ataque de los Orcos. Haldad ordenó levantar una empalizada en el ángulo extremo que iba de corriente a corriente, y tras la empalizada llevaron a todas las mujeres y niños que pudieron encontrar.
Allí fueron sitiados por los Orcos hasta que se les acabaron los alimentos. Desesperado, Haldad, fue muerto en una salida contra los Orcos, y Haldar, su hijo, murió junto a él al intentar salvarlo. Fue entonces cuando tomó el mando de su pueblo Haleth, la hija de Haldad. La situación se volvió tan desesperada que algunos prefirieron arrojarse al río para encontrar la muerte antes que seguir viviendo un sitio sin esperanzas. Fue entonces, cuando habían pasado siete días, y cuando los Orcos habían roto la empalizada para lanzar el ataque final, cuando se escucharon las trompetas que anunciaban la llegada del ejército de Caranthir. Los Orcos no esperaban su súbito e inesperado ataque y no pudieron contener su furia, siendo rechazados hacia los ríos y poniendo fin al penoso asedio de los Haladim.
Tras la Batalla del Ascar y el Gelion Haleth condujo a su pueblo hacia Estolad, hacia el oeste, donde los Haladim permanecieron por un tiempo.