Lugar de origen o emplazamiento habitual: olvar de Arda.
Otros nombres: alalmë (quenya), lalf (pl. lelf-leilf en sindarin “noldorizado”), lalven (pl. lelvin en sindarin clásico) y alm en nandorin; (elm en la v.o. en inglés).
Especie de árbol caducifolio, creado por Eru y los Ainur junto con todo el olvar de Arda.
El olmo es llamado alalmë en quenya, lalf (pl. lelf-leilf) en el sindarin “noldorizado”, lalven (pl. lelvin) en sindarin clásico y alm en nandorin; (elm en la v.o. en inglés).
Los olmos eran árboles comunes que crecían en todo Arda y era común ver grandes valles y bosques de olmos por todos los continentes; por referencias de Bárbol, existían grandes bosques de olmos en Ossiriand, por los que solía pasear.
Otras referencias en la obra de Tolkien, sitúan la presencia de olmos en La Carroca, en el Arroyo de Cepeda, en el Bosque Negro y en Númenor; además, según relata Sam sobre el “hombre-árbol-gigante” que refiere haber visto su primo Hal en la Cuaderna del Norte, éste era del tamaño de un olmo.
Mencionar también la existencia de Alalminorë, la Tierra de Olmos, donde, según El Libro de los Cuentos Perdidos, esta región es considerada el centro de la isla de Tol Eressëa, donde estaría ubicada la Cabaña del Juego Perdido, y donde Meril-i-Turinqi moraba en un Korin (muro circular de cualquier material, espinos, piedras, arboles, etc. que rodea un prado verde) de olmos.
También en estos relatos, se menciona al gigante Gilim, del cual se decía que tenía el cuello más largo que muchos olmos.