"Pero Meglin le dijo a Melko que ni todas las huestes de Orcos y de Balrogs con toda su crueldad podrían apoderarse de las murallas y las puertas de Gondolin, ya fuese atacándolas o sitiándolas, aunque lograran llegar al valle que se extendía fuera de ellas. Por tanto, le aconsejó a Melko que, con sus poderes de brujería, creara algo que le sirviera de ayuda a sus guerreros en esa empresa. Le dijo que recurriera a la plétora de sus metales y a su dominio sobre el fuego para crear bestias parecidas a las serpientes y los dragones cuyo poder fuese irresistible y pudieran atravesar las Colinas Circundantes y sumir a la planicie y la hermosa ciudad en el fuego y la destrucción."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
Leyendo este fragmento de "La Caída de Gondolin" que encontramos en los Cuentos Perdidos, no hay lugar a dudas de que Meglin propone a Melko la construcción de unas máquinas de metal con las que poder destruir Gondolin. Un poco más adelante, se puede leer lo siguiente:
"Entonces llegó el momento en que Melko congregó a sus mejores herreros y brujos, y con hierro y llamas forjaron una hueste de monstruos jamás vista hasta entonces y que nunca se volverá a ver hasta el Gran Final. Algunos de ellos eran de hierro y sus piezas estaban unidas con tal maestría que podían deslizarse como lentos ríos de metal o enroscarse en los obstáculos que les salían al paso o serpentear por encima de ellos, y en lo más profundo de sus cuerpos llevaban un sinnúmero de los Orcos más siniestros armados de cimitarras y lanzas; otros eran de bronce o de cobre y tenían corazones y espíritus de fuego abrasador, y quemaban todo lo que encontraban con sus horribles bufidos o aplastaban a quienes lograban escapar con su resuello ardiente; y también había otros hechos sólo de fuego y que se retorcían como sogas de metal fundido y destruían cualquier objeto que estuviese cerca, y el hierro y la piedra se derretían a su paso hasta licuarse, y en ellos cabalgaban cientos de Balrogs; y éstos eran los monstruos más espantosos que Melko creó para atacar Gondolin."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
En este texto también está más que claro que Melko crea con la ayuda de expertos herreros unas criaturas aparentemente inanimadas y que le servirán para el transporte de Orcos, otras para quemar y aplastar y, por último, un tercer tipo, que servirán de cabalgaduras para los Balrogs.
Sabemos que este relato, "La Caída de Gondolin", es el primero de los escritos por Tolkien, y que fue redactado mientras éste se encontraba bajo los influjos de los acontecimientos vividos en la Primera Guerra Mundial. Siendo así, no sería extraño que la inspiración para estos dragones "mecánicos" proceda justamente de ahí, de los carros de combate y de la aparición de los primeros tanques, que en la época impresionaron a los propios soldados que participaron en estos acontecimientos bélicos y que llegaron a describirlos como "bestias que escupían fuego".
Ciertamente, puede parecer curioso, pero las primeras criaturas que se describen en este texto, podrían ser interpretadas como una especie de transporte blindado destinado al traslado de las tropas de orcos, pero que combina, a la vez, una capacidad ofensiva, pues estos dragones también sirven para aplastar cualquier resistencia y vencer los obstáculos encontrados en el camino, además de para ayudar a romper los muros de Gondolin:
"Entonces decidieron conservar lo que ya habían conquistado mientras las serpientes de bronce, capaces de aplastar con sus enormes patas, se trepaban lentamente sobre las serpientes de hierro y llegaban a las murallas para abrir una brecha que pudieran atravesar los Balrogs montados en los dragones de fuego."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
Los dragones descritos en segundo lugar, encajarían bastante bien en la descripción de los primeros tanques con motor, que podríamos interpretar como su "espíritu de fuego abrasador" y que además necesitaban repostar cada poco tiempo:
"(...) pero sabían que debían darse prisa para hacerlo, porque el calor que despedían los dragones no era eterno y sólo podían llenarlos nuevamente de fuego en los pozos que había construido Melko en el bastión de sus propias tierras."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
El tercer tipo de criaturas, las que sirven de montura a los Balrogs, son de fuego, y a su paso funden las piedras y el metal... por tanto, otra arma de considerable potencial para el ataque a Gondolin...
Hasta este momento, no parece haber dudas al respecto. Según lo descrito por Tolkien, estos dragones serían maquinaria bélica concebida y preparada para llevar a cabo el ataque a la ciudad de Gondolin. Sin embargo, llama la atención que una de estas criaturas, que se suponen inanimadas, un dragón de fuego, es herida por Tuor:
"(...) pero Tuor le enterró el hacha a la criatura en una de las patas, de modo que le comenzaron a saltar llamaradas por la herida y el dragón lanzó un chillido mientras daba latigazos con la cola."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
¿Ésta sería la reacción de una máquina ante un ataque? Más bien parece la reacción de una criatura con vida, por lo que pensamos que Tolkien tiene una concepción doble al respecto, los dragones de Gondolin, en este cuento, podrían ser evidentemente, maquinarias de guerra, pero con un "toque mágico" de vida.
Sobre estas criaturas, Christopher Tolkien, en el mismo libro, dice lo siguiente en una de las notas:
"En el Silmarillion los dragones que atacan a Gondolin son "de la estirpe de Glaurung, numerosos y terribles", mientras que los términos empleados en el cuento (pág. 217) hacen pensar que al menos algunos de esos "monstruos" eran "mecanismos" inanimados fabricados por herreros en las fraguas de Angband. Pero incluso a esos ‘objetos de hierro’ que se abrían ‘por la mitad’ para arrojar a bandas de Orcos se les llama ‘bestias despiadadas’, y gothmog'>Gothmog les ‘ordenó que se apiñaran’ (pág. 224); los que estaban hechos de bronce o de cobre ‘tenían corazones y espíritus de fuego abrasador’, en tanto que el ‘monstruo de fuego’ herido por Tuor ‘lanzó un chillido mientras daba latigazos con la cola’ (pág. 231)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
Por lo tanto, el hijo de Tolkien se encuentra ante la misma duda que nosotros nos planteamos, pues los textos de "La Caída de Gondolin" que encontramos en los Cuentos Perdidos, no nos dejan posibilidad de poder aclarar este punto.
En textos posteriores, Tolkien parece que sigue dudando sobre la verdadera naturaleza de estos dragones:
"Por fin Morgoth está listo, e inicia el ataque a Gondolin con dragones, Balrogs y Orcos."
(La formación de la Tierra Media, "El Primer ‘Silmarillion’")
Aquí se mencionan los dragones, Balrogs y Orcos en conjunto, por lo que parece que se está refiriendo, en todo caso, a criaturas vivas, como las que conocemos del resto de sus escritos. Sin embargo, en un texto algo posterior, podemos leer lo siguiente:
"Por fin, y Eärendel entonces tenía siete años, Morgoth estuvo listo, y lanzó sobre Gondolin a sus Orcos y Balrogs y serpientes; y de éstas, creó nuevos dragones de muchas y horribles formas para tomar la ciudad."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")
Según comenta Christopher Tolkien en una nota del mismo texto:
"En la referencia a la ‘creación’ (en vez de ‘crianza’) de los nuevos dragones por parte de Morgoth para el ataque a la ciudad hay incluso una sugerencia de los (aparentemente) mecanismos inanimados del Cuento."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")
Tal y como nos sugiere Christopher Tolkien, parece probable que en este momento Tolkien volviera a plantearse la creación de mecanismos complejos como maquinaria de guerra por parte de Morgoth para atacar la ciudad de Gondolin. Sin embargo, en "Los Primeros Anales de Beleriand" podemos leer lo siguiente:
"207. Este año Morgoth lanzó una hueste de dragones sobre las montañas del Norte y el valle de Gondolin fue tomado y la ciudad, sitiada."
(La formación de la Tierra Media, "Los Primeros Anales de Beleriand")
Y, por último, en El Silmarillion publicado, la historia de la caída de la Ciudad Escondida de Gondolin aparece brevemente reseñada, y acerca de los dragones sólo podemos encontrar esto:
"Por último, en el año que Eärendil cumplió siete años, Morgoth estuvo preparado, y lanzó sobre Gondolin a Balrogs y Orcos y Lobos, y con ellos iban dragones de la estirpe de Glaurung, numerosos y terribles."
(El Silmarillion, "De Tuor y la Caída de Gondolin")
Pero este último texto de El Silmarillion nos parece el más clarificador al respecto pues no sólo se nos dice que en este ataque participaron dragones, sino que se deja constancia que éstos eran de la estirpe de Glaurung.
En definitiva, podríamos decir que la pregunta que nos planteamos tiene dos respuestas posibles. Por un lado, si nos ceñimos tan sólo al texto que aparece en El Libro de los Cuentos Perdidos, podríamos decir que, aparentemente, se trataría de criaturas inanimadas, verdaderas máquinas de guerra en realidad, pero a las que Tolkien dota, en cierto sentido, de un toque de "magia" con el cual en algunos momentos acaban reaccionando como criaturas vivas. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que cuando Tolkien escribe la primera versión de la Caída de Gondolin aún no había surgido Glaurung, y mucho menos había desarrollado aún la idea de que éste fuera el "padre de los dragones". Por lo tanto, y si además nos basamos también en el resto de escritos de Tolkien, sí podríamos afirmar que los dragones que atacan Gondolin, al menos los que aparecen en El Silmarillion publicado, son, sin lugar a dudas, criaturas con vida: dragones, descendientes del gran gusano Glaurung.
© Las FAQ de ElFenómeno, 2003