Sobre los cuentos de hadas
En definitiva, un sondeo básico sobre una población representativa como puede ser las almas que visitan este sitio, llevaría a decir a cualquier “medio de comunicación” que se precie, que el fenómeno general de los cuentos de hadas, y en particular el de la obra de Tolkien, es en sus totalidad prácticamente un fenómeno juvenil que ronda el despertar de la adolescencia.
¿Pueden ser los cuentos de hadas para adultos?. No voy a intentar, ni mucho menos, ensayar como ya lo ha hecho un erudito en el tema. Sin embargo, la mayor parte de los intentos literarios del filomito no dejan de ser tan pobres como los la Dragonlance o Los Reinos Olvidados, libros que no critico pero que me parecen pura carne de juego o vagas aproximaciones, y tampoco quiero decir que un adolescente no se pueda considerar un adulto, y mucho menos un ejemplar de veintitrés fríos inviernos, para veinticuatro en breve y con poco pelo en la cabeza; pero no deja de ser relevante que el rango del gusto por este tipo de literatura se concentre en un sector, llamémosle si se me permite, juvenil y principalmente masculino.
Lo que sí es un hecho, al igual que lo comentado anteriormente es que, el que se denomina normalmente sector culto/critico de la población, normalmente desprecia, o relega este tipo de literatura a la poco exigente juventud (entiéndase como sector que no busca calidad literaria, o que por lo menos aprecian más el contenido que la forma), y son pocos por ejemplo los que dan su apoyo incondicional a una novela como eSdlA por sus cualidades literarias. Me remito aquí al espléndido almacén de información que aparece en el primer capítulo de “Tolkien: Hombre o Mito”, en el que podréis comprobar la paradoja que significó la votación de eSdlA como mejor libro del siglo XX.
Y la conclusión parece clara: nos gusta porque somos infantiles.
La asociación razonable de los juegos de rol, y su “mala fama”, es un punto a tener en cuenta. Por mi parte creo que la literatura fantástica y estos juegos son compatibles, pero no creo que la gente busque lo mismo en ambos, yo por lo menos no puedo. El apelativo Friki (perdonar que no sepa como se escribe correctamente, pero mi primer contacto con él fue hace sólo unos meses), no creo que se amolde a mi personalidad (que por lo que es: personal, espero que nunca se pueda denotar por adjetivos tan generalizados), y de hecho no creo que haga mucho bien, pero si es un hecho, que este fenómeno es casi exclusivo de ciertos sectores jóvenes, y que en contadas ocasiones es respetado por la “opinión critica”.
Y creedme si os digo que conozco gente que ha descubierto eSdlA (y encantado), casados y con hijos y bastantes más inviernos que yo, y sin ningún contacto con este tipo de literatura a priori, pero la mayoría requirió de mi dialéctica para convencerles.
De esta forma me encuentro ante dos posiciones:
1.- Los cuentos de hadas pueden no ser para infantes, pero no tienen cabida en “adultos”.
2.- Los “adultos” tienen un grabe prejuicio para por lo menos descubrir este tipo de literatura.
La primera parece que tiene un importante número de pruebas, pero me parece casi tan triste como la segunda.
Esta reflexión no tiene mucho sentido sin más aportaciones, de hecho me parecería triste llegar en un momento dado a pensar que estudio la obra de Tolkien porque aun no he madurado, pero si es así… ¿realmente quiero madurar?.
PD: Por supuesto, en esto La Gran Pluma tendrá algo que decir (creo y espero), y el chavalín dejó de serlo ya hace… así que si tenemos un poco de suerte a lo mejor nos abre esa puertecita redonda y de color verde recién pintada que lleva directamente a dónde residen los sueños en los que los conejos llevan chaleco y siempre llegan tarde.
(Mensaje original de: Rauron)
#1 Respondiendo a: Anónimo
“Sobre los cuentos de hadas” es un magnifico ensayo, que una vez más, demuestra la maestría del profesor con una pluma en las manos, y que recomiendo a cualquiera que se lea (Árbol y Hoja de Monotauro porsupuesto), y aun estando de acuerdo en la base, el análisis objetivo de la realidad me hace dud...
Es cierto: el hecho de que Tolkien escribiera un libro que puede clasificarse entre los cuentos de hadas, destinado no a los niños, no quiere decir que quienes lo leyéramos y lo disfrutásemos, dejemos de ser, en el fondo, unos niños. ¡Y a mucha honra!
Espléndida reflexión, Rauron (no parece tuya, jajaja XD XD ). Un abrazote.
#1 Respondiendo a: Anónimo
“Sobre los cuentos de hadas” es un magnifico ensayo, que una vez más, demuestra la maestría del profesor con una pluma en las manos, y que recomiendo a cualquiera que se lea (Árbol y Hoja de Monotauro porsupuesto), y aun estando de acuerdo en la base, el análisis objetivo de la realidad me hace dud...
Me parece que una de las cosas que Tolkien quiso expresar con ese ensayo fue algo tan sencillo como lo que sigue: si los cuentos de hadas, y la literatura fantástica buena en general, maravilla y encanta a los niños pero deja indiferentes a los adultos... esto no ocurre por algo que aún no han aprendido los niños, sino más bien al contrario: por algo que han olvidado los adultos. Y no es en demérito de los niños, sino más bien al revés, en demérito de los adultos.
Los niños guardan aún ese sentido de "maravilla", como comentamos el domingo en la reunión del Smial; pueden ver un árbol, una montaña, y quedarse extasiados por su belleza y su "singularidad". Un "adulto" que haya asumido el comportamiento de este mundo moderno, verá ese mismo árbol y rápidamente lo clasificará, lo analizará, y dirá "Bah, un vulgar roble de la familia de los bla, bla". En ese momento, dejará de "sorprenderle"; lo tendrá clasificado, y, como tal, poseído. Es la diferencia entre quiense emociona con una mariposa que ve volando, y quien la desea tener en una caja con una etiqueta encima.
Los niños, digo, y dice Tolkien, aún no han perdido ese sentido de la maravilla; el mundo aún es, como algo ajeno, un milagro para ellos; no se creen que sean capaces de "poseerlo" ni de "comprenderlo"... y, en la opinión de Tolkien, están correctos en ello; pues, por mucha sabiduría y mucha ciencia que el hombre pueda aspirar a tener, jamás podrá intentar crear desde cero un árbol, ni siquiera una margarita; podrá manipular elementos, pero no "crear" nada de cero. Y en ello, como "cosa creada", está al mismo nivel que todo el resto de "cosas creadas"; al mismo nivel que la naturaleza... y, como tal, tiene que volver a aprender eso que los niños aún no han olvidado: que la natrualeza es algo fantástico, algo maravilloso, algo que contemplar con deleite y con emoción.
Los cuentos de hadas y la literatura fantástica, transportándonos a mundos que "no son pero que podrían ser", nos ayudan precisamente a eso; a recuperar esa "visión clara" de las cosas. Los niños no están atados por nuestras estrechas percepciones de "cómo son las cosas", y por eso van a "qué son", y admiten también otros posibles "qué pueden ser".
Y si los adultos lo hemos olvidado, ya es hora de que empecemos a intentar recuperarlo.
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"El corazón del hombre no está hecho de engaños,
y obtiene sabiduría del único que es Sabio,
y todavía lo invoca. Aunque ahora exiliado,
el hombre no se ha perdido ni del todo ha cambiado"
J. R. R. Tolkien
#3 Respondiendo a: Eleder
La cosa es esa
Me parece que una de las cosas que Tolkien quiso expresar con ese ensayo fue algo tan sencillo como lo que sigue: si los cuentos de hadas, y la literatura fantástica buena en general, maravilla y encanta a los niños pero deja indiferentes a los adultos... esto no ocurre por algo que...
Eleder, sabio entre los sabios y una personalidad que he tenido el placer de conocer y reconocer en varias ocasiones dice bien, sin embargo me gustaría añadir algo (si se me permite):
Las intenciones del ensayo de Tolkien son claras (y mejor que él no creo que nunca sea capaz de expresarlas), pero sin embargo, eSdlA no es un libro que se le pueda dar a leer a un niño, ni siquiera se le podría leer antes de que se duerma. Pero tampoco parece que sea un libro que le pueda recomendar a mi padre (gran lector). ¿por qué?.
Es claro que la inocencia infantil es un tesoro que canjeamos por la capacidad de crítica, “Y si los adultos lo hemos olvidado, ya es hora de que empecemos a intentar recuperarlo” (Eleder), pero ¿qué sentido tiene leer eSdlA sin esta capacidad de critica puramente adulta?, ¿seríamos capaces de apreciar las bellas sutilezas lingüisticas y estralingüisticas con las que Tolkien nos deleita. Sinceramente Eleder, ¿apreciarías tanto eSdlA, si no fueras capaz de analizar el Namarie (que lo cante, que lo cante!!!! –de nuevo me quito el sombrero y toco con mi frente el frío suelo-), o darte cuenta de la riqueza histórica de su trasfondo?. Yo no se hasta que punto renegaría de mi “adultez” por esa magia de la infancia (además ahora los niños nacen sabiendo los muy…). Humildemente pienso que eSdlA es un libro para “adultos” sobre un tema que los “adultos” no apecian, y no porque se crea que sea para niños sino porque o piensan que la irrealidad no es más que eso, y no merece más de nuestro tiempo, o porque terminan por asociarlo a una alegoría personal que estaba muy lejos de las intenciones del libro.
¿Quiero ser un niño?
¿Quiero ser adulto?
Me consuela pensar que si estoy loco, somos muchos, muchisimos los que perdimos la cordura, aunque siempre se ha dicho que… mal de muchos…
(Mensaje original de: Rauron)
#1 Respondiendo a: Anónimo
“Sobre los cuentos de hadas” es un magnifico ensayo, que una vez más, demuestra la maestría del profesor con una pluma en las manos, y que recomiendo a cualquiera que se lea (Árbol y Hoja de Monotauro porsupuesto), y aun estando de acuerdo en la base, el análisis objetivo de la realidad me hace dud...
Nadie se imagina a un señor de cuarenta o cincuenta, con su trabajo serio, su familia, soñando con hobbits en sus confortables agujeros, o con los hogares de los elfos en las copas de enormes árboles, o a dragones que escupen fuego por sus fauces, y más, y más.
Es más lógico pensar que los "no adolescentes", se relajen con, sencillamente, otro tipo de lectura.
Yo ya estoy casado, y tengo un trabajo muy serio, y ya no soy tan adolescente, pero me sigo emocionando con mis libros de fantasía (con los buenos, que también hay malos, como en todo), y también con los que no son de fantasía.
Este tipo de literatura es casi siempre con el que los más jóvenes comienzan, como ejemplo más claro está el gran éxito que las aventuras de Harry Potter está teniendo en la actualidad. Sin embargo, también es cierto, que con la edad, estos jóvenes lectores van apreciando la calidad y ya no se leen cualquier libro de temática fantástica que cae en sus manos, aprenden a apreciar y a diferenciar; y poco a poco leen otro tipo de libros, al igual que a medida que crecen se interesan por otras cosas en todos los aspectos de la vida, aunque no deberían despreciar lo que en su juventud apreciaron, ni pensar que es cosa de chavales.......
Aunque como yo siempre digo: "Todo es cuestión de gustos", y hay tantos como personas.
Saludos.
PD: No es cuestión de madurar, porque si es así, tengo la impresión de que no maduraré nunca.
#4 Respondiendo a: Anónimo
La cosa es esa
Eleder, sabio entre los sabios y una personalidad que he tenido el placer de conocer y reconocer en varias ocasiones dice bien, sin embargo me gustaría añadir algo (si se me permite):
Las intenciones del ensayo de Tolkien son claras (y mejor que él no creo que nunca sea capaz de expr...
Lo que pasa es que hay testimonios, y seguramente los habrá por este mismo foro, de personas que han leído el SA a los trece años, por ejemplo. Pero el SA es también una rara avis dentro del género; para niños más pequeños tienes el mismo Hobbit, por ejemplo

Y creo que ambos comparten ess misma riqueza del "trasfondo"... y que los niños no son inconscientes ante ella. A un niño le gusta que en un cuento se le hable de países lejanos, extensos reinos, tiempos pretéritos... porque así se le abre la opción de poder sumar, a lo que se le está contando, lo que "se le podría contar".
Y eso es, precisamente, el "trasfondo". Nosotros lo advertimos explícitamente... en muchos casos, porque el propio Tolkien lo advirtió. Los niños lo advierten implícitamente; pero no estoy seguro de que muchos adultos, tras una primera lectura del SA, realmente situaran este "trasfondo" como una de las principales causas de la atracción del libro... Más bien me aventuro a creer que no, que para ellos es igualmente implícito. Y en eso, nuevamente, nos igualamos

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"El corazón del hombre no está hecho de engaños,
y obtiene sabiduría del único que es Sabio,
y todavía lo invoca. Aunque ahora exiliado,
el hombre no se ha perdido ni del todo ha cambiado"
J. R. R. Tolkien
#1 Respondiendo a: Anónimo
“Sobre los cuentos de hadas” es un magnifico ensayo, que una vez más, demuestra la maestría del profesor con una pluma en las manos, y que recomiendo a cualquiera que se lea (Árbol y Hoja de Monotauro porsupuesto), y aun estando de acuerdo en la base, el análisis objetivo de la realidad me hace dud...
He leido esdla en distintas etapas de mi vida, desde que era un chaval hasta hoy. ¿Cambios? Pues sí que ha habido en mis interpretaciones, pero pocas veces se pisaban unas y otras. Más bien eran dudas o hipotesis que se iban sumando, pero para nada formaba una teoría que anulase las anteriores. Esto es solo un caso personal, está claro, pero comprender ese mundo paralelo no es más que ir adaptandolo desde nuestras bases, lo que somos.
Literatura juvenil... Quizá el termino debería centrarse en la edad a la que empiezas a leerla, pero para nada debería ser una cota para edades más avanzadas. Tolkien escribe para adultos... ¿O no? Siempre me he preguntado si un libro se escribe para una determinada edad o si se escribe porque salé de uno, sin importar que lo que se diga puede no ser muy acertado para ciertas edades. Por ejemplo, la obra de Julio Verne está catalogada como "literatura juvenil" pero alguien se cree que el autor pensará en la juventud mientras escribía el libro¿?.
Desgraciadamente (y es solo una opinión) todo esto viene por el edadismo (termino con el que se designa a la tendencia de clasificar actitudes con edades). Fantasear, para la sociedad actual, es propio de la juventud y la niñez, pero no propio de adultos, no propio de la mano de obra. Interesa que el trabajador no fantasee, interesa que no piense, y es por ello que la lectura cae en el olvido, cubriendo la falta (si es que se puede suplir esa carencia) con absurdos programas de televisión, videojuegos y otros "quehaceres" que nos impiden culturizarnos.
La fantasía, como adelantaba antes, se amarra en nuestras bases, y es a partir de ahi desde donde crece, nos invade. La escuela actual no potencia la fantasía, es por ello que llegada la edad adulta no hay una base fantasiosa; es por ello que no comprendemos un mundo como la Tierra Media. El único modo de crear esa base es dedicando parte de nuestro tiempo a fomentarla, pero desgraciadamente esa dedicación suele ser en soledad, en una casa plagada de objetos que piensan por nosotros y que, de seguro, será más facil compartir con los amigos de modo que ellos te acepten como chico "guay".
En definitiva, estamos, desde que nacemos, solos ante el reto de descubrir que nuestra mente no es solo un objeto racional, y cada día aparecen nuevas tecnologías dispuestas a hacernoslo más dificil. Nosotros, voz de este foro, hemos tenido la suerte de destapar en nuestras bases esa parte fantasiosa. Consideremonos afortunados. Hoy por hoy, no es lo habitual.
(Mensaje original de: Nëia)
#5 Respondiendo a: Eleder
La cosa es esa
Lo que pasa es que hay testimonios, y seguramente los habrá por este mismo foro, de personas que han leído el SA a los trece años, por ejemplo. Pero el SA es también una rara avis dentro del género; para niños más pequeños tienes el mismo Hobbit, por ejemplo![]()
Y creo que ambos comp...
Me encanta lo que habéis dicho,estoy totalmente de acuerdo.
Saludos amigos.
edheldur@elfenomeno.com
#4 Respondiendo a: Anónimo
La cosa es esa
Eleder, sabio entre los sabios y una personalidad que he tenido el placer de conocer y reconocer en varias ocasiones dice bien, sin embargo me gustaría añadir algo (si se me permite):
Las intenciones del ensayo de Tolkien son claras (y mejor que él no creo que nunca sea capaz de expr...
Sólamente me gustaría decir que cuando me han llamado y me siguen llamando niño,o que soy infantil,me siento feliz,porque al igual que el fabuloso Peter Pan ¡para que kiero hacerme mayor!pues cuando eres chaval lo ves todo diferente,como más mágico,y esa ilusión no me gustaría perderla,y creo que nunca la perderé.
Así que digan lo que quieran,pero yo desde que empecé a leer literatura fantástica(o cuento de hadas,como lo querais llamar)mi vida cambió para mejor y disfruto como un enano leyéndome un buen libro.
Saludos de un sabio de la Tierra Media.
¡¡¡¡LIBERACIÓN ANIMAL!!!!