Origen: Ilúvatar
Este Don de los Hombres seria la Muerte, por la cual abandonan los círculos del Mundo en busca de un destino, el Destino de los Hombres, que nadie, salvo Manwë y Mandos, conoce.
Debido a este Don, los deseos y destinos de los Hombres se extenderían más allá del diseño preestablecido de la Ainulindalë, pudiendo forjar su destino fuera de la Música con que se creó el Mundo, que su espíritu no esté encadenado a la Tierra y que la puedan dejar, al momento de morir; al contrario que los Ainur y los Elfos que están atados a Eä.
De ese modo, a diferencia de los Elfos, los Hombres envejecen y mueren por completo respecto a Eä, pero esta muerte es el medio para alcanzar una mayor libertad; libertad que hasta los mismos Valar envidiarán con el paso del tiempo.
Se comenta como Melkor pervirtió el significado de este don para que fuera tomado como algo oscuro y terrorífico entre los Hombres, en contra del sentido original de liberación que Eru quería que tuviese; este fue el origen del miedo a la muerte entre los Hombres.
Textualmente:
“…pero a los Atani les daré un nuevo don. Por tanto quiso que los corazones de los Hombres buscaran siempre más allá y no encontraran reposo en el mundo; pero tendrían en cambio el poder de modelar sus propias vidas, entre las fuerzas y los azares mundanos, más allá de la Música de los Ainur, que es como el destino para toda otra criatura; y por obra de los Hombres todo habría de completarse, en forma y acto, hasta en lo último y lo más pequeño.”
El Silmarillion – Del principio de los días.