Los últimos de todos los Eldar en llegar a Valinor fueron los Teleri: habían estado mucho tiempo viviendo a orillas del Belegaer, y cuando Ulmo fijó Tol Eressëa frente a Valinor vivieron allí felices.

No obstante, con el paso del tiempo acabaron añorando la luz que les llegaba atravesando el Calacirya procedente de Aman, y pidieron poder reunirse de nuevo con sus hermanos. Ulmo, aunque entristecido por la separación que supondría, accedió, y les envió a Ossë para que éste les instruyera en el arte de la construcción de navíos. Una vez los Teleri tuvieron suficientes embarcaciones, Ulmo les envió muchos grandes cisnes, que arrastraron los barcos en un mar calmado hasta alcanzar Valinor.

Con el tiempo los Teleri mejorarían su técnica, y en recuerdo de aquellos cisnes construyeron sus barcos con la forma de estas aves, con picos de oro y ojos de oro y azabache.

Los barcos en forma de cisne fueron usados habitualmente por los elfos en tiempos posteriores; como ejemplo más tardío, se sabe que las barcas de Lothlórien, a finales de la Tercera Edad, también tenían esa forma.