Batalla librada en el año 1899 de la Tercera Edad entre el ejército de Gondor y los Aurigas en Dagorlad.
Según se nos cuenta llegó el día en que el Rey Calimehtar, hijo de Narmacil II, decidió vengar la derrota en la Batalla de los Llanos puesto que en esa batalla perdió la vida su propio padre a manos de los Aurigas, que desde entonces ocupaban las tierras al sur del Bosque Negro. A este hecho se sumó que Marhwini le advirtió que los Aurigas se proponían atacar Calenardhon cruzando los Codos y que también se estaba preparando una revuelta entre los Hombres del Norte sometidos a esclavitud que estallaría si los Aurigas decidían hacer la guerra.
Calimehtar, pensando que la ocasión era propicia, partió en cuanto pudo con un ejército desde Ithilien, asegurándose de que su movimiento fuera advertido por el enemigo. Los Aurigas, que no tardaron en enterarse del despliegue del ejército de Gondor, avanzaron con todas sus fuerzas y Calimehtar se replegó ante su avance alejándolos cada vez más de sus casas. Y fue en el año 1899 T.E. cuando se libró la que podemos llamar Segunda Batalla de Dagorlad, batalla de resultado incierto para ambos bandos, que no se decantó a favor del ejército de Gondor hasta que los jinetes que Calimehtar había enviado a los Codos, y que se encontraban sin guardar por el enemigo, se juntaron en una gran éored que conducida por Marhwini atacó a los Aurigas por un flanco y por la retaguardia. La victoria de Gondor fue abrumadora, el ejército de los Aurigas había perdido la tercera parte de sus huestes en Dagorlad, y el resto de su ejército huía en desordenada desbandada hacia el norte, en dirección a sus casas. Calimehtar decidió con tino no perseguirles, sin embargo los jinetes de Marhwini los hostigaron durante la huída matando a muchos mientras escapaban hasta que divisaron a los lejos el Bosque Negro.
Mientras, la rebelión planeada por Marhwini había estallado; los esclavos se habían rebelado incitados por los proscritos que salían del Bosque Negro. Juntos habían logrado incendiar muchas casas y almacenes de los Aurigas, y también habían destruido los campamentos donde guardaban sus carros. Sin embargo fueron muchos los que murieron en las revueltas puesto que estaban mal armados y porque los Aurigas no habían dejado sus posesiones indefensas. Era costumbre de los Aurigas que las mujeres se ejercitaran en el manejo de las armas, y en la revuelta de los Hombres del Norte lucharon con fiereza en defensa de sus casas y de sus hijos. El resultado final fue que Marhwini fue obligado a retirarse a su tierra junto al Anduin, y los Hombres del Norte nunca pudieron regresar a sus antiguos hogares.
La fuerza de los Aurigas no fue quebrantada en esta ocasión, pero si el ataque de Calimehtar no se hubiera producido a tiempo los Aurigas podrían haber destruido el reino de Gondor. El efecto principal de esta alianza se produjo en un futuro que nadie vislumbraba entonces, las dos grandes expediciones de los Rohirrim en ayuda de Gondor: la llegada de Eorl al Campo de Celebrant y la de Théoden a Pelennor, sin las cuales el retorno del Rey a Gondor no se habría producido.