De las 5 películas de Jackson y su tropa sobre la obra de Tolkien, es la primera vez que salgo del cine sintiendo una brutal decepción. Un viaje inesperado no llegaba a la suela de los zapatos a la superproducción de El Señor de los Anillos, pero mantenía el espíritu del libro (al que se ceñía durante la mayor parte del metraje), estaba bien montada, y sus errores (entre los que destacaban su excesivo metraje para una historia bastante simple), pasaron desapercibidos entre los aciertos. Ahora no es así.
Quiero avisar a quien esté leyendo de que, si no ha visto La Desolación de Smaug (o el resto de las películas sobre la Tierra Media) y tiene previsto verlas, le recomiendo que deje de leer esta crítica, porque van una serie de SPOILERS:
Antes de que alguien me diga lo de que cuando adaptas un libro, tienes que cambiar cosas para hacerlo más cinematográfico, creedme: lo sé. Entiendo que Boromir, en La Comunidad del Anillo, sujete un momento la cadena del Anillo Único para enfatizar el poder que ejerce este objeto sobre los mortales. Pero lo que no puedo justificar es que se cambie el espíritu del libro, como pasó en el momento culminante del libro de El Retorno del Rey, cuando el mal triunfa (y, por tanto, Frodo reclama el Anillo, arrebatándoselo Gollum), pero el mal se destruye a sí mismo (Gollum tropieza, ciego de alegría por recuperar su tesssoro y cae a la lava). En la película cambiaron completamente el sentido de esta escena: el bien triunfa, porque el heroico Frodo es el que acaba con el malvado Gollum, arrojándose los dos a la lava y, posteriormente, agarrándose a un risco tras una cabriola en el aire tan imposible que ni se atrevieron a filmarla (¿os habéis fijado en que caía de espaldas a la pared?
¿CÓMO SE AGARRÓ FRODO?
Vayamos con La Decepción de Smaug. Bueno, no tanta decepción, porque sólo por ver al inteligente, magnífico, filósofo y parlanchín dragón, mereció la pena ir a los Multicines de Viveiro (Lugo) a ver la película. Por esto, y por la impresionante banda sonora de Howard Shore, los paisajes de Nueva Zelanda y los efectos especiales (como siempre, de 10). Y ya. Ahora, vamos con lo malo:
¿A qué viene la escena de Bree? ¿Es que allí siempre llueve? ¿Es que el personaje-cameo de Peter Jackson es un habitante eterno de la aldea de las afueras de la Comarca? ¿No se da cuenta de que el chiste de la zanahoria sólo lo entienden Fran Walsh, Philippa Boyens y él?
Vale que en el libro sólo se menciona la lucha contra el Nigromante de Dol Goldur, y que, de alguna forma, habría que abordarla, y en general está bien planteada, pero no me quito de la cabeza que Azog es el Jar Jar Binks de Peter Jackson, un personaje que él adora y cree que todo el Planeta Tierra desea verlo poner en aprietos a los buenos, pero este orco es un malo genérico que no le llega a la suela de los zapatos a Saruman.
Legolas no pega ni con cola, igual que Galadriel, o el clon de Grima que aconseja al Gobernador (Stephen Fry bordó su personaje, por cierto), y Tauriel... en fin, igual su actriz es la que aconsejó a los guionistas que la película no tuviese final, porque NO LO TIENE. No hay final. Cuando dice "Dirigida por Peter Jackson", tenía que haber puesto LOST, porque al menos sabríamos a lo que atenernos. Lost es una serie en la que no sabes lo que te esperas, y aquí nadie esperaba que en una saga donde hasta ahora cuidaban tanto los detalles, se les ocurriese que uno de los personajes más importantes iba a viajar sobre una carretilla de METAL sobre un río de ORO LÍQUIDO. A mí me enseñaron en el colegio que el metal conduce bastante bien el calor, así que a los 0,25 segundos Thorin debería haberse abrasado, por no hablar de las quemaduras que la radiación infrarroja le deberían haber hecho a su cara o a sus ojos. No se quedó ciego porque, en fin, es una película. Ésa es la explicación: "es una película". No muy buena, por cierto (y la explicación, tampoco).
Lo de los barriles. Vale que es madera élfica y todo eso. Pero si se llenan de agua, se hunden. Punto. Pero había que tenerlos abiertos para añadir un pegote de acción en el que JarJar Binks y sus orcos acababan salvando a Oin, Bifur y demás enanos intercambiables entre sí del malvado Thranduil, para que Fili (o Kili, ya no me quedó claro) recibiese un flechazo con un arma de Morgul y que los fans de las primeras películas piensen: "Oooooh, se ha quedado sin ideas y hace un guiño con una escena de La Comunidad del Anillo. Nos ha gustado tanto que vamos a comprar los huevos de chocolate esos que tienen figuritas de la peli".
No estoy en contra de que se hagan guiños a los fans, no me entendáis mal. La mención a Gimli no sólo fue apropiada, sino necesaria para quien no haya leído los libros, igual que la escena de Las Dos Torres (ed. Extendida) en la que Gimli le explicaba a Eowyn que las mujeres enanas son indistinguibles de los varones (por la barba). Pero cuando se hace sin venir a cuento, sobra, al menos si quieres hacer una buena película, que obviamente no es el caso.
No me ha molestado especialmente el amor entre KiliFili y KateLost, una idea que posiblemente le hubiese gustado al propio Tolkien, de no ser por el tufillo a guiño a Arwen-Aragorn, y lo cursi de muchas escenas.
¿Con qué sensación he salido del cine? Ufff..., es difícil de decir. Yo diría que esto me recuerda una mezcla de las sensaciones que tuve al terminar de ver otras secuelas como Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, Vaya Santa Claus 2, Piratas del Caribe en Mareas Misteriosas o Parque Jurásico III.