Cuna de la humanidad y de los Elfos, se convirtió en amenaza constante para los Pueblos Libres.
GEOGRAFÍA.
Con ese nombre genérico se conoció a todas las tierras al este de Mordor y Rhovanion. Es evidente que hasta alcanzar los Mares Interiores y el Mar Oriental, la magnitud de los territorios comprendidos era enorme, y por ello, las características geográficas y morfológicas variaban notablemente entre una región y otra. En cualquier caso, los datos recogidos en las canciones son escasos, y apenas van más allá de las tierras occidentales que en su día pertenecieron a Gondor.
De lo poco que sabemos destaca la descripción de una enorme y ancestral cordillera en el norte, las Orocarni, que en la Tercera Edad recorrían unos 1200 kilómetros, y de un gran océano interior, el Mar de Rhûn, último vestigio junto con el Mar de Nûrnen del antiguo Mar Interior de Helcar, lugar donde en su día vieron los Elfos la luz de las estrellas por primera vez. El resto del territorio, se supone, lo constituía una llanura esteparia y poco agradecida para la agricultura y el pastoreo, de ahí el constante flujo de pueblos hacia el oeste.
No podemos dejar de citar una curiosidad natural, y es la presencia en las praderas de Rhûn de la Vaca o araw'>Buey de Araw, pieza de caza favorita de muchos pueblos y tribus, y que por esa causa se encontraba casi extinta a finales de la Tercera Edad. Desde luego que no sabemos con certeza el tamaño de tan enorme e indefinida región, pero seguro que no era inferior a los dos millones y medio de kilómetros cuadrados.
HISTORIA.
A pesar de estar asociado a tristes acontecimientos, el este de la Tierra Media fue un lugar importantísimo ya que en su solar, cuando todavía no se usaba el nombre de Rhûn y su extensa llanura estaba ocupada por el Mar Interior de Helcar, los Elfos despertaron a la vida. Milenios después, cuando el mundo había cambiado y el gran mar desaparecido, con los primeros rayos del Sol despertaron los Hombres en Hildórien, en el extremo oriental de Endor.
Así pues, las tierras del este fueron testigo del advenimiento de las dos grandes razas destinadas por Eru a terminar su obra y a cumplir el hado de su música. Pero Rhûn y sus naciones fueron siempre un rumor en las tierras de los Pueblos Libres, y solo se supo de ellos ya entrada la Tercera Edad. Diversas fueron las causas que propiciaron, a partir del siglo III, las masivas invasiones y migraciones de los pueblos Orientales hacia el oeste; la severidad del clima, la dureza del terreno, la tentación de riquezas en las prósperas tierras de Rhovanion y Gondor, y (sobre todo) la maligna influencia de Sauron, estratégicamente instalado en Mordor.
La primera mención específica de una invasión de Gondor desde Rhûn data de finales del siglo V, y se habla que fue rechazada en el 550. Posteriormente los diversos pueblos Orientales se convirtieron en la amenaza número dos (la número uno fue el propio Sauron) del reino de Gondor y sus aliados. Se produjeron ataques de Orientales en el 1248, que terminó con la conquista por Gondor de las partes más occidentales de Rhûn, la gran invasión de los Aurigas entre 1849-1944, que se trató no solo de una guerra, sino del intento de migración de todo un pueblo, la de los Balchoth en el 2510, que a punto estuvo de provocar la caída de Gondor pero que en cambio significó el nacimiento de Rohan, y la nueva intentona de este pueblo en el 2545, despejada por los Rohirrim.
En la Guerra del Anillo los descendientes de todos estos pueblos casi consiguen vengar a sus antepasados, pero derrotados en Pelennor, Bosque Negro y Erebor (junto a sus aliados Orcos y Hombres de Harad y Khand) volvieron a Rhûn en donde se convirtieron en vasallos del Reino Unificado.