Los Anillos de Poder: la apuesta ambiciosa de Amazon Prime Video que no logró convencernos
Poster Los Anillos de Poder, temporada 2

Los Anillos de Poder, la precuela de El Señor de los Anillos, es sin duda uno de los proyectos más ambiciosos en la historia reciente de la televisión. Con un presupuesto sin precedentes, Amazon Prime Video ha apostado todo para recrear una versión del universo de la Segunda Edad de la Tierra Media, sumergiendo a los espectadores en un mundo de elfos, enanos, hombres y orcos en una época mucho más antigua, cuando se forjaron los legendarios Anillos de Poder.

La trama principal sigue el ascenso de Sauron, el gran villano de la saga, quien bajo el disfraz de Annatar, logra engañar a los habitantes de la Tierra Media para que le ayuden a crear los anillos que más tarde usará para dominarlos. Mientras tanto, personajes ya conocidos por los fans, como Galadriel y Elrond, luchan por mantener la paz en un mundo cada vez más fragmentado. La serie también introduce nuevos escenarios como Númenor, la poderosa isla de los hombres, y nos muestra los conflictos internos que llevarán a su trágica caída.

Además, Los Anillos de Poder sigue el formato de las grandes producciones épicas, con múltiples tramas desarrollándose simultáneamente. Desde los misteriosos movimientos de Sauron y la forja de los anillos, hasta las tensiones políticas en Númenor y la lenta evolución de los pelosos (los antepasados de los hobbits), la serie se presenta como una vasta red de historias que, en teoría, deberían confluir en un final espectacular.

Sin embargo, a nosotros, Los Anillos de Poder no ha logrado cautivarnos. Tras ver algunos episodios de la primera temporada, decidimos no seguir viéndola. Aunque entendemos que hay un público que disfruta de este tipo de fantasía y narrativas expansivas, en nuestro caso, nos resultó difícil conectar con la serie. El ritmo es lento, las tramas a menudo dispersas y algunos personajes parecen estar en un estado de espera constante, sin avanzar de manera significativa... Y luego está el tema de la imposibiilidad por parte de los guionistas de ajustarse a la historia narrada por Tolkien en El Silmarillion. El hecho de que deben contar una historia diferente, por no tener los derechos, hace que esta serie tenga que narrar unos eventos totalmente distintos a los que conocemos, cambiar las personalidades de los protagonistas y, en definitiva, desviarse radicalmente de lo que nosotros hemos conocido desde (casi) siempre.

Esto no quiere decir que no haya aspectos positivos. Según parece, la segunda temporada ha mostrado ciertas mejoras respecto a la primera, especialmente en la representación de Sauron, cuyo arco es uno de los puntos más destacados de la serie. El villano, interpretado por Charlie Vickers bajo el disfraz de Annatar, ha logrado captar la atención, particularmente en su interacción con Celebrimbor, interpretado por Charles Edwards. La relación entre ambos personajes es fundamental para la historia, ya que juntos crean los anillos de poder que definirán el destino de la Tierra Media.

Por otro lado, las tramas más alejadas de Sauron tienden a perder fuerza. Númenor, por ejemplo, que en la primera temporada impresionó visualmente, ha tenido un desarrollo más bien insulso en esta segunda entrega. La pugna por el poder entre la reina regente Míriel y su tío Pharazôn, que parecía prometer más conflicto, se siente superficial y, en ocasiones, aburrida. Isildur, otro personaje importante para los eventos futuros de la saga, pasa gran parte de la temporada sin un rol claro, lo que resulta frustrante para quienes conocen su relevancia en la historia de Tolkien.

La estructura de la serie, al estilo de Juego de Tronos, presentando múltiples personajes en diferentes lugares de la Tierra Media, parece haber sido una espada de doble filo. Si bien este enfoque permite explorar distintos rincones de este vasto mundo inspirado por Tolkien, también diluye el interés en algunas tramas que simplemente no logran sostenerse por sí solas. Personajes como Nori, Poppy y el misterioso extraño que podría ser Gandalf, por ejemplo, avanzan a un ritmo tan lento como sus pasos por la Tierra Media, dejando la sensación de que se está esperando demasiado para llegar a un punto significativo en su historia.

A pesar de todo, no podemos negar que Los Anillos de Poder es una serie visualmente impresionante. Amazon ha invertido una cantidad significativa de recursos en la serie, y eso se nota en cada fotograma. Sin embargo, como sucede a menudo con las producciones de gran escala, la belleza visual no siempre compensa las debilidades narrativas.

El clímax de la segunda temporada, con la batalla de Eregion y la forja de los anillos de poder, podría ofrecer algunos de los mejores momentos de la serie hasta la fecha. La épica batalla y la conclusión del conflicto entre Sauron y Celebrimbor son seguramente emocionantes, pero aún queda la sensación de que, en conjunto, Los Anillos de Poder no ha logrado alcanzar todo su potencial.

Entendemos que haya quienes disfruten de esta adaptación, especialmente aquellos que aprecian las expansiones del universo de Tolkien, pero nosotros preferimos no seguirla. Aunque podemos reconocer los momentos interesantes de la serie, como la evolución de Sauron o la batalla final, creemos que la serie sigue estando lejos de convertirse en el fenómeno cultural que Amazon esperaba.

En resumen, Los Anillos de Poder tiene algunos puntos a su favor, especialmente en su segunda temporada, pero aún arrastra muchos de los problemas de la primera. Si bien no seguiremos la serie, sabemos que hay quienes encuentran en ella una propuesta interesante.