Raza o especie: Elfo Noldo
Nacimiento: Primera Edad
Muerte: 1697 SE
Padres: Curufin
Grupos: Gwaith-i-Mírdain
Objetos: Tres Anillos de los Elfos; Elessar
Otros nombres: Telperinquar (en Quenya)
Durante la Segunda Edad, en Eregion, se creó el Pueblo de los Orfebres (Gwaith-i-Mírdain), los más hábiles herreros Elfos de toda la historia, dejando aparte el talento del mismísimo Fëanor. De entre ellos, Celebrimbor destacaba por encima de todos. Según se dice, habría vivido en Gondolin mucho tiempo antes, donde se hio muy amigo de Enerdhil, a quien algunos textos apuntan como el autor de la joya que fue llamada Elessar. Sin embargo, según otros textos, el creador de dicha joya no habría sido otro que el propio Celebrimbor.
Entre 1350 y 1400 de la Segunda Edad Sauron influyó activamente en los Mírdain y especialmente en Celebrimbor, enseñándoles gran parte de sus conocimientos. Fue así como, alrededor del año 1500 de la Segunda Edad, los herreros de los Elfos, siguiendo las instrucciones de Sauron forjaron los Anillos de Poder. Mientras Sauron estaba fuera, Celebrimbor forjó los Tres Anillos de los Elfos, para los cuales utilizó los conocimientos que había adquirido de Sauron pero sin que éste interviniera en la creación. Sin embargo, Celebrimbor se enteró entonces de que el Señor Oscuro estaba forjando en secreto un Anillo Único, para someter a todos los demás Anillos. Entonces el Noldo huyó a Lórien, donde, tras deliberar con Galadriel, acordaron ocultar los Tres Anillos Élficos. Sauron, conocedor del arrepentimiento y de los hechos de Celebrimbor montó en cólera y reunió a sus ejércitos para invadir Eregion. Pese a la feroz defensa de Elrond y Celeborn, Sauron finalmente llegó a la Casa de los Mírdain, donde se apoderó de todos los trabajos de los orfebres élficos, entre ellos, de los Nueve Anillos. Y Celebrimbor fue capturado y torturado hasta que confesó el paradero de los Siete Anillos, pero no lograron sacarle ni una sola palabra acerca del paradero de los Tres Anillos. Entonces Sauron mandó matar al orfebre y portó su maltrecho cadáver colgado de una pértiga, como estandarte de batalla.