En la historia de Rohan, pocos nombres evocan tanto respeto como el de Helm Mano de Hierro. Su vida, marcada por una fuerza imponente y una valentía inquebrantable, quedó grabada en la memoria de los Rohirrim como un ejemplo de resistencia frente a la adversidad. Sin embargo, también fue un periodo de enormes pérdidas personales y tragedias familiares que culminaron con el fin del primer linaje de los reyes de Rohan.
El apodo de Mano de Hierro
Helm nació en el año 2691 de la Tercera Edad como hijo del rey Gram. Desde su juventud, destacó por su fortaleza física y un carácter indomable que le harían ganar el respeto de sus contemporáneos. Sin embargo, su temperamento también le valió el apodo que lo inmortalizaría.
En 2754, durante un consejo real, Freca, un rico terrateniente con ascendencia dunlendina, intentó forjar una alianza matrimonial ofreciendo a su hijo Wulf como esposo para la hija de Helm. El rey, sintiéndose insultado por la propuesta y por las maneras arrogantes de Freca, rechazó de plano la oferta. Después del consejo, Helm respondió al insulto de Freca con un único y demoledor puñetazo que acabó con la vida del noble. A partir de ese momento, Helm fue conocido como "Mano de Hierro".
La hija de Helm: un misterio
De la hija de Helm, apenas se sabe nada. Aunque no se conoce su nombre ni su destino, su figura jugó un papel en las tensiones políticas de Rohan, ya que Freca planeaba casarla con su hijo Wulf para acceder al trono. La obra de Tolkien no ofrece más detalles sobre ella, pero su existencia refuerza la imagen de Helm como un rey protector, dispuesto a rechazar alianzas que consideraba indignas.
Curiosamente, la reciente película La Guerra de los Rohirrim introduce a esta hija bajo el nombre de Héra, otorgándole un papel protagonista. Aunque esta interpretación no forma parte del canon de Tolkien, muestra el interés por explorar las historias y personajes que rodean a Helm.
La invasión de Wulf y el Largo Invierno
En 2758, Wulf, buscando vengar a su padre y cumplir sus ambiciones de poder, reunió un ejército de Dunlendinos con apoyo de los Corsarios de Umbar. Los invasores atacaron Rohan desde el oeste, logrando conquistar Edoras tras la muerte del hijo mayor de Helm, Haleth, a las puertas de Meduseld. Mientras tanto, Helm y los restos de su corte se refugiaron en la fortaleza de Cuernavilla, que protegía el acceso al Abismo de Helm.
El Abismo de Helm, una profunda garganta situada al pie del pico Thrihyrne, ofrecía un refugio estratégico y difícil de conquistar. Cuernavilla, la fortaleza erigida por los Númenóreanos en la Segunda Edad, cerraba la entrada al desfiladero, reforzando las defensas naturales del Abismo. Durante el asedio, la fortaleza resistió gracias a sus imponentes murallas y la posición elevada que dominaba el Valle del Folde Oeste y el Paso de Rohan.
El asedio coincidió con el Largo Invierno, una estación implacable que azotó a Rohan con fríos extremos y hambruna. Fue en este periodo cuando Háma, el hijo menor de Helm, lideró una expedición desesperada en busca de provisiones, pero pereció junto a sus hombres en la nieve.
El Cuerno de Helm: un eco que infundía terror
Devastado por la pérdida de sus hijos y consumido por la desesperación, Helm comenzó a realizar incursiones solitarias a los campamentos enemigos. Vestido de blanco y armado únicamente con sus manos desnudas, atacaba a los invasores bajo la nieve, sembrando el pánico entre ellos. Antes de cada incursión, hacía sonar su gran cuerno desde la torre de Cuernavilla. Su eco resonaba en todo el Abismo de Helm, provocando que sus enemigos huyeran aterrorizados.
Con el tiempo, esta práctica se convirtió en leyenda. Se decía que los ecos del cuerno seguían retumbando en el Abismo, incluso después de la muerte de Helm, como un recordatorio de su valentía y del terror que inspiró a sus enemigos.
Fréaláf y el renacimiento de Rohan
Con la muerte de Helm y sus hijos, el reino quedó sin un heredero directo. Fue entonces cuando Fréaláf Hildeson, sobrino de Helm, emergió como el salvador de Rohan. Hijo de Hild, la hermana menor del rey, Fréaláf había buscado refugio en El Sagrario durante el asedio. En la primavera de 2759, aprovechando el deshielo que había convertido las praderas en un cenagal, descendió de las montañas con un pequeño ejército y retomó Edoras en una audaz incursión que terminó con la vida de Wulf.
Con la ayuda del Senescal Beren y las tropas de Gondor, Fréaláf expulsó a los invasores y comenzó la reconstrucción de un reino devastado por la guerra y el invierno. Fue coronado como el primer rey del segundo linaje de Rohan, iniciando una nueva era marcada por la recuperación y el renacimiento. Su reinado también estuvo marcado por la llegada de Saruman, quien ofreció ayuda en la reconstrucción de la Marca, un gesto que sería visto con buenos ojos por Rohan y Gondor en su momento.
El legado de Helm Mano de Hierro
Helm fue enterrado en el noveno túmulo al este del camino de Edoras, donde las Simbelmyne florecieron densamente, un recordatorio de su sacrificio. Su historia y la de su familia se convirtieron en una advertencia de los peligros de la división y la traición, pero también en una fuente de inspiración para los futuros reyes de Rohan.
El trágico reinado de Helm consolidó el espíritu indomable de los rohirrim y estableció el marco para que Fréaláf restaurara la gloria de la Marca. Su memoria persiste, no solo en las leyendas de su pueblo, sino también en el eco de su cuerno que, según se dice, aún resuena en el Abismo de Helm en las noches más frías.