11 de Enero de 3019 de la Tercera Edad. La Compañía intenta cruzar el Paso del Cuerno Rojo y enfrenta la furia de Caradhras
A los pies de Caradhras. Tras dos días de arduo viaje desde Acebeda, la Compañía del Anillo ha llegado al pie del Paso del Cuerno Rojo, conocido como Caradhras, con la esperanza de cruzarlo durante la noche. Sin embargo, el intento resultó infructuoso debido a las condiciones extremas y lo que muchos consideran la voluntad hostil de la propia montaña.
El día comenzó con el campamento establecido en un claro protegido en la base de la montaña. Aragorn, líder de la expedición, consultó con Gandalf y Legolas sobre las posibilidades de un cruce nocturno para evitar las tormentas que suelen desatarse durante el día. "El paso es peligroso, pero cada momento que esperamos nos acerca más al peligro del Enemigo," declaró Aragorn a nuestro corresponsal.
Con el anochecer, la Compañía comenzó su ascenso. Sin embargo, apenas habían avanzado unas horas cuando la tormenta se desató con furia. Vientos helados, acompañados de una densa nieve, dificultaron el avance y amenazaron con separar al grupo. Gandalf, con su vara iluminada, lideraba el camino intentando mantener al grupo unido. "La montaña parece rechazar nuestra presencia," dijo el mago en un momento de descanso forzado. "Este no es un simple cambio de clima; hay algo más aquí."
Legolas, cuya agilidad le permitía moverse con relativa facilidad sobre la nieve, confirmó las sospechas: "El aire está cargado de maldad. He oído historias sobre Caradhras, pero ahora las veo hechas realidad." El elfo también señaló que, incluso con su vista aguda, no podía detectar el final del paso debido a la intensidad de la tormenta.
Mientras tanto, Gimli, expresó su frustración y determinación en una entrevista con nuestro reportero: "Esta es una montaña testaruda y cruel, pero no será ella quien detenga a un enano. Hemos sobrevivido a cosas peores que esto en los salones de Khazad-dûm."
Frodo y los hobbits, en cambio, luchaban por mantenerse de pie ante el viento y el hielo. Sam Gamyi, visiblemente preocupado por su amo, declaró: "Esta nieve no es natural. Algo o alguien no quiere que sigamos. Si no fuera por Gandalf y Aragorn, habríamos retrocedido hace rato."
Finalmente, tras varias horas de lucha contra los elementos, Aragorn decidió que continuar era demasiado peligroso. "Estamos perdiendo fuerzas y arriesgando demasiado," declaró a la Compañía. Con pesar, el grupo retrocedió al campamento base.
Gandalf cerró el día con palabras de advertencia: "El Enemigo tiene muchas formas de detenernos, pero no debemos perder la fe. Hay otras rutas, aunque también están llenas de peligros."
La Compañía permanece en el campamento, recuperando fuerzas y planificando su próximo movimiento. Aragorn y Gandalf discuten si intentar el paso una vez más o explorar alternativas. Los Pueblos Libres observan con atención esta misión crucial, cuyas decisiones podrían determinar el destino de toda la Tierra Media.
Seguiremos informando sobre los avances y los retos que enfrenta la Compañía del Anillo.