Samsagaz Gamyi

Raza o especie: Hobbit

Nacimiento: 2980 TE

Muerte: ¿?

Padres: Hamfast Gamyi (el Tío) y Campanilla Buenchico

Casado con: Rosa Coto

Hijos: Elanor Gamyi, Frodo Jardner, Rosa Gamyi, Merry Gamyi, Pippin Gamyi, Rizos de Oro Gamyi, Hamfast Gamyi, Margarita Gamyi, Prímula Gamyi, Bilbo Gamyi, Rubí Gamyi, Robin Gamyi, Tolman Gamyi

Hermanos: Hamson Gamyi, Halfred Gamyi, Margarita Gamyi, May Gamyi y Caléndula Gamyi

Grupos: Compañía del Anillo

Objetos: cajita de Sam, cuerda de elfos

Otros nombres: Banazîr; Ban; Sam; Samwise (Sam) Gamgee en el original en inglés

Samsagaz Gamyi

Samsagaz "Sam" Gamyi, cuyo nombre original en inglés era Samwise Gamgee, fue un hobbit de la Comarca, hijo de Hamfast Gamyi, conocido como el "Tío", y de Campanilla Buenchico. Nació en el año 2980 de la Tercera Edad (1380 según el Cómputo de la Comarca, C.C.). Vivía con su padre en Bolsón de Tirada, cerca de Bolsón Cerrado, y desde joven ejerció como jardinero, imitando la profesión de su padre y ayudándole a cuidar el jardín de Bolsón Cerrado. Posteriormente, se convirtió en jardinero y fiel servidor, primero de Bilbo Bolsón y luego de Frodo Bolsón.

Su nombre en oestron, la Lengua Común, era Banazîr Galpsi, abreviado como Ban, que significaba "medio-sagaz", "mentecato" o "simplón".

Físicamente, Sam destacaba por un aspecto rústico, joven y rollizo, pero fuerte, relativamente bajo, con el pelo castaño y muy rizado, y ojos marrones. Sus manos eran a menudo descritas como marrones y su rostro frecuentemente rojo o ruborizado, lo que podría indicar ascendencia Fuerte o ser resultado de su trabajo al aire libre. Era un hobbit sencillo al que le encantaba una buena comida y una buena historia. Poseía una mente práctica y terrenal, centrada en los quehaceres diarios, y se comportaba con gran fidelidad y devoción hacia sus superiores. Tolkien consideraba a Sam como el típico hobbit, al igual que Bilbo. Muchos ven en él un "alter ego" del autor, por su amor a las comodidades, la pipa, la jardinería y su oposición al progreso. A pesar de su vida tranquila, Sam era curioso respecto al mundo exterior. Bilbo le había enseñado las letras y había alimentado su amor por los Elfos, la poesía y la creencia en que el mundo contenía maravillas. Sam solía vagar fuera de Hobbiton, conociendo bien la zona en un radio de treinta kilómetros. Antes de su gran viaje, conversó en La Posada del Dragón Verde con Ted Arenas sobre extraños rumores en La Comarca, como la visión de un Hombre-Árbol por parte de su primo Hal y la partida de los Elfos, aunque Ted desestimó estas historias.

Sam fue uno de los "Conspiradores" convocados por Merry Brandigamo para vigilar a Frodo y el Anillo que este heredó. Siendo el más cercano a Frodo, Sam actuó como su "investigador jefe", escuchando sus conversaciones con Gandalf. Fue sorprendido mientras escuchaba una conversación crucial entre Gandalf y Frodo sobre la naturaleza del Anillo Único y la necesidad de que Frodo abandonara la Comarca. Aunque inicialmente sospechoso de espionaje, Sam fingió curiosidad inocente y rogó que lo llevaran a ver a los Elfos. Como "castigo" o porque Gandalf consideraba peligroso que Frodo viajara solo, Sam fue elegido por el mago para ser el primer compañero de Frodo en su viaje a Rivendel. Aunque al principio se mostró asustado por la perspectiva de abandonar La Comarca, pronto se recompuso.

Durante el viaje a Rivendel, Sam vio cumplida su gran ilusión de ver Elfos al encontrarse con un grupo errante guiado por Gildor. Esta experiencia lo dejó sin palabras y la consideró uno de los eventos más importantes de su vida, sintiéndose cambiado y consciente de que su tarea se extendía más allá de la Comarca. En Cricava, se reveló su papel en la "conspiración" junto a Merry y Pippin para acompañar a Frodo. 

En el Bosque Viejo, donde el Viejo Hombre Sauce lanzó un hechizo de somnolencia, Sam demostró ser el más resistente, salvando a Frodo de ahogarse en el Tornasauce y de ser atrapado por el árbol. Fueron rescatados por Tom Bombadil, en cuya casa Sam fue el único hobbit que durmió plácidamente. 

Tras atravesar las Quebradas de los Túmulos, llegaron a Bree, donde conocieron a Trancos (Aragorn). Sam desconfió inicialmente del montaraz, incluso después de leer la carta de Gandalf. Antes de abandonar Bree, la compañía compró un poney a Bill Helechal, al que Sam amó, cuidó y llamó Bill. Al partir, Sam lanzó una manzana a Bill Helechal en respuesta a sus burlas. 

En la Cima de los Vientos, Sam recitó un poema sobre Gil-galad que Bilbo le había enseñado. Después de que Frodo fuera herido por un Espectro del Anillo, la desconfianza de Sam hacia Trancos aumentó. Cuidó de Frodo durante el resto del viaje a Rivendel, lavándole la herida y conduciendo el poney Bill. Cerca del lugar donde los trolls de piedra habían sido petrificados, Sam cantó "El Troll de Piedra", una composición suya. Al llegar a Rivendel, Sam permaneció junto a la cama de Frodo mientras este se recuperaba, apenas saliendo de allí. Cuando Frodo despertó, Sam lo condujo a unirse al resto del grupo y escuchó su conversación con Bilbo hasta quedarse dormido.

Sam asistió escondido al Concilio de Elrond y, al enterarse de que Frodo sería el Portador del Anillo, se reveló y se ofreció como su acompañante, siendo aceptado como miembro de la Compañía del Anillo. Fue el único que permaneció junto a Frodo durante toda la misión. Sam fue un infatigable compañero, siempre ayudando a organizar el funcionamiento de la compañía, aprendiendo cosas nuevas, observando el paisaje, conduciendo al poney Bill (insistió en llevarlo) y participando en la defensa y la vigilancia, ofreciendo siempre una palabra de aliento. 

En el enfrentamiento con los lobos en Acebeda, luchó a la par de los grandes. Se sintió muy triste al tener que dejar a Bill frente a las Puertas de Moria, lamentando no haber traído cuerda. Salvó la vida de Frodo cuando el Guardián del Agua intentó atraparlo. En la Cámara de Mazarbul, luchó valientemente, matando a varios orcos y rompiendo la lanza del jefe orco que había herido a Frodo, recibiendo él mismo una herida en el cuero cabelludo por una flecha orca. Una enorme tristeza lo embargó cuando Gandalf cayó al abismo con el Balrog.

Al llegar a Lothlórien, reino de Galadriel y Celeborn, Sam fue el único hobbit que durmió sin problemas en el flet de los Elfos. Se maravilló con la luz del día en el reino élfico. Allí, Sam presintió la actitud de Boromir y su deseo por el Anillo. Expresó que se sentía dentro de una canción y desarrolló un profundo amor y admiración por la Reina Galadriel. Miró en el Espejo de Galadriel, donde vio con horror y tristeza cómo destruían Hobbiton y talaban árboles, reemplazando el Viejo Molino por un edificio de ladrillo rojo. Aunque consideró regresar, por consejo de la Dama decidió continuar con Frodo. Al despedirse, recibió como regalo personal de Galadriel una cajita de madera gris con tierra de su jardín y una semilla de mallorn.

En Amon Hen, cuando la Compañía se disolvió y Frodo decidió ir solo a Mordor tras escapar de Boromir, Sam intuyó su marcha. Corrió hacia el río y, viendo alejarse un bote, se lanzó al agua sin dudarlo a pesar de no saber nadar. Frodo lo rescató y, tras una discusión en la que Sam se opuso firmemente a ser dejado atrás, Frodo aceptó llevarlo consigo. Así, Sam continuó el viaje con Frodo hacia Mordor, siendo el único miembro original de la Compañía que permaneció con él hasta el final.

Tras perderse en las Emyn Muil, donde comprobaron la utilidad de la cuerda élfica, capturaron a Gollum, quien los seguía desde Moria. Sam desconfió de Gollum desde el principio y durante todo el trayecto, aunque este juró guiarlos hasta la Puerta Negra. La soga élfica también sirvió para amenazar a Gollum, quien le temía. Gollum los guio con destreza por la Ciénaga de los Muertos. Sam empezó a notar los cambios en Frodo, que caminaba más fatigado y encorvado por el peso del Anillo. La vigilancia constante de Sam sobre Gollum lo llevó a presenciar una conversación entre sus dos personalidades, dándose cuenta de que ambas deseaban el Anillo pero no querían que cayera en manos del enemigo. Al encontrar la Puerta Negra cerrada, Gollum les propuso un camino alternativo por las Escaleras de Cirith Ungol.

De camino, en Ithilien, la frondosa vegetación alegró a Sam. Mientras Frodo dormía, Sam, con ganas de comer, encargó a Gollum conejos y prendió un fuego para cocinarlos, aunque sin patatas. El humo atrajo la atención de los Montaraces de Ithilien, liderados por Faramir, hermano de Boromir. Allí, Sam tuvo la oportunidad de ver un olifante. Sam se plantó firmemente ante Faramir en dos ocasiones, defendiendo a Frodo, y en «la ventana del sol poniente» reveló accidentalmente la existencia del Anillo y el propósito de su búsqueda. Afortunadamente, Faramir, los liberó. 

Sam comenzó a preocuparse por la escasez de provisiones, pensando ya en el viaje de regreso. Durante el ascenso por los senderos hacia el paso de Cirith Ungol, Sam tuvo que sostener y alentar a su amo en numerosas oportunidades, compartiendo su ración de comida. En la boca del túnel que conducía al Antro de Ella-Laraña, Sam reflexionó con Frodo sobre ser protagonistas de una gran historia, cuya culminación dependía de ellos, demostrando una profunda conciencia de su misión.

Gollum los traicionó, guiándolos al Antro de Ella-Laraña, esperando que la monstruosa araña se deshiciera de los hobbits para él recuperar el Anillo. Aunque la primera vez lograron alejar a la bestia usando el frasco de Galadriel y a Dardo, Frodo fue finalmente picado por Ella-Laraña en el cuello. Cuando Sam intentó advertirle, fue atacado por la espalda por Gollum. Tras una reñida lucha, Sam puso en fuga a Gollum. Al ver a Frodo aparentemente muerto y a la araña a punto de llevárselo, Sam se lanzó contra ella con Dardo y el frasco de Galadriel. Clavó la espada en una garra, luego en los ojos y finalmente dos veces en el cuerpo del monstruo, invocando a Elbereth, lo que hizo que Ella-Laraña huyera mortalmente herida.

Creyendo muerto a Frodo, Sam, desolado, decidió continuar la misión. Tomó el Anillo para continuar como portador, junto con Dardo y el Frasco de la Dama. Durante el tiempo que lo poseyó, el Anillo Único lo tentó con visiones de un gran jardín solo para él, pero siendo humilde, Sam nunca cedió a las tentaciones. Pronto averiguó por unos orcos que encontraron el cuerpo de Frodo que su amigo no estaba muerto, sino dormido por el veneno de la araña. Los siguió hasta la Torre de Cirith Ungol, decidido a rescatarlo. Para vencer a los Centinelas de la torre, que le impedían entrar con su poder maligno, Sam levantó el Frasco de Galadriel y la luz de Eärendil venció su resistencia. 

Encontró que bandas rivales de Uruks y Orcos de Morgul se habían amotinado y matado entre sí por la posesión de la cota de malla de mithril de Frodo. Encontró a Frodo prisionero en la almena más alta, le devolvió el Anillo (Tanto Bilbo como él fueron los únicos que alguna vez entregaron el Anillo voluntariamente, y solo Sam lo entregó fácilmente), y huyeron disfrazados con ropas orcas, justo cuando un Nazgûl llegaba a la torre.

Sam y Frodo se dirigieron al Monte del Destino, primero hacia el norte por el valle del Morgai, evitando el sendero principal. La capa élfica de Sam los salvó de ser capturados en una ocasión. Más adelante, fueron confundidos con orcos desertores y obligados a unirse a una columna orca a latigazos. Consiguieron escapar, aprovechando el desorden. Sam debió redoblar sus esfuerzos para ayudar a Frodo, terriblemente agotado y hambriento por el peso del Anillo y el duro viaje, compartiendo gran parte de su escasa ración de agua y comida. El camino al Monte del Destino estaba lleno de rocas ardientes y ceniza. Cuando Frodo se derrumbó por la debilidad en las laderas del Monte del Destino, Sam lo cargó sobre sus hombros por un largo trecho. Cerca de la cima, fue atacado por Gollum, a quien derribó fácilmente debido a su debilitado estado. Gollum entonces atacó a Frodo, quien también lo derribó.

Frodo partió hacia el Sammath Naur, la Grieta del Destino. Sam, loco de furia, se dispuso a matar a Gollum, pero la piedad nacida de la súplica de este conmovió su corazón y lo dejó ir, una decisión que se revelaría crucial. Al entrar en las Grietas, Sam vio con sorpresa y dolor cómo Frodo reclamaba el Anillo como suyo en lugar de destruirlo. En ese momento, Gollum, que los había seguido, atacó a Frodo, le arrancó de un mordisco el dedo que llevaba el Anillo y, mientras bailaba de alegría al borde del abismo, tropezó y cayó con el Anillo al fuego, destruyéndolo y cumpliendo así la misión. 

La destrucción del Anillo desencadenó una violenta agitación en el Monte del Destino. Sam ayudó a Frodo a escapar de Sammath Naur y, ya afuera, Frodo volvió a ser el mismo de antes, libre del peso del Anillo. Esperaron el fin sobre un montón de escoria, semiasfixiados por las cenizas, hasta que Gwaihir, el Señor de las Águilas, junto con Landroval y Meneldor, enviados por Gandalf, los rescataron y los llevaron a la seguridad de Ithilien, donde fueron curados de sus heridas por Aragorn mientras aún estaban inconscientes.

Sam despertó después de catorce días, encontrando a Gandalf cuidándolo. Desde entonces, todo fue alegría y fiesta para Sam, considerado un héroe. Fueron llevados al Campo de Cormallen, donde fueron recibidos por una gran multitud que los elogió por su heroísmo, y asistieron a la coronación de Aragorn como Rey Elessar de Gondor y Arnor.

Tras varios meses en Minas Tirith, Sam partió con una gran comitiva de regreso a La Comarca. Participó en el funeral de Théoden, visitó a Bárbol y se encontró con Saruman. En Rivendel, se reencontró felizmente con Bilbo. Al partir, Bilbo le regaló un saquito de oro, vestigio del botín de Smaug, y le pidió que ayudara a Frodo a concluir el Libro Rojo de la Frontera del Oeste, entregándole los manuscritos. En Bree, se enteraron de los problemas en su tierra natal y se alegraron de la reaparición del poney Bill. 

Al llegar a La Comarca, la encontraron bajo el control de rufianes y hobbits hostiles, dominada por "Zarquino" (Saruman), quien había comenzado a industrializarla. Hombres grandes se apoderaban de la producción, había numerosas prohibiciones, aumento de oficiales y opositores encarcelados. A Sam le dolió especialmente la destrucción de árboles y jardines, y que su padre hubiera sido echado de Bolsón de Tirada.

En el Saneamiento de la Comarca, Sam demostró la fortaleza y madurez adquiridas en su viaje. Encolerizado por el daño, enfrentó a los responsables y convocó a Tom Coto para ayudar. Participó valientemente en la Batalla de Delagua, que culminó con la muerte de Saruman a manos de Grima Lengua de Serpiente, y la posterior muerte de este último. Después, Sam tomó muy en serio la misión de restaurar la belleza de La Comarca. Recorrió el país plantando retoños donde antes había árboles queridos, poniendo un grano de la tierra de Lórien de su cajita junto a sus raíces y esparciendo el resto al viento. La semilla de mallorn que venía en la caja la plantó en el Campo de la Fiesta de Bolsón Cerrado, donde creció un maravilloso árbol que fue la admiración de toda La Comarca.

El 1 de mayo de 1420 C.C., Sam se casó con Rosita Coto. Juntos tuvieron trece hijos. Su familia fue conocida como los Jardner en honor a la restauración de La Comarca. Tras la partida de Frodo a las Tierras Imperecederas, Sam heredó Bolsón Cerrado, donde vivió con su familia, y se convirtió en un personaje famoso y respetado. Frodo también le confió el Libro Rojo de la Frontera del Oeste para que lo concluyera.

Gracias a su popularidad, en el año 1427 C.C. (año 6 de la Cuarta Edad, C.E.), Sam fue elegido Alcalde de Cavada Grande. Mantuvo el cargo durante siete mandatos consecutivos de siete años cada uno, hasta 1476 C.C.. Durante su servicio, el Rey Elessar lo nombró consejero del Reino del Norte. En 1434 C.C. (año 15 C.E.), el Rey Elessar visitó la Comarca y se reunió con Sam en el Puente del Brandivino, donde lo condecoró con la Estrella de los Dúnedain, y su hija Elanor fue designada Doncella de Honor de la Reina Arwen. En el año 21 C.E. (1442 C.C.), Sam, Rosa y Elanor viajaron a Gondor, donde permanecieron durante un año.

Tras la muerte de su esposa el 22 de septiembre del año 61 C.E., Sam partió de Bolsón Cerrado hacia las Colinas de la Torre, donde vio a Elanor por última vez y le entregó el Libro Rojo, que quedó luego en manos de los Belinfantes, la familia de Elanor. Según la tradición contada por Elanor, en el año 82 C.E., Samsagaz dejó atrás las Torres y fue a los Puertos Grises. Allí se hizo a la mar en un barco élfico, siendo el último de los Portadores del Anillo en hacerlo, rumbo a las Tierras Imperecederas para reunirse con Frodo.


*En un principio, Sam y Rosa iban a ser padres de catorce hijos, la última de ellos, era Azucena Gamyi, nacida cuatro años después de Tolman (Tom) Gamyi. Sin embargo, Tolkien eliminó a Azucena al revisar las primeras galeradas.


En las películas de New Line dirigidas por Peter Jackson, es Sean Astin el encargado de dar vida a Samsagaz Gamyi.


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