18 de enero de 3019 de la Tercera Edad. La Compañía descansa en Lothlórien mientras la sombra de Saruman se cierne

Tras jornadas de tensión y peligros constantes, la Compañía del Anillo pudo hallar unas horas de reposo en los serenos bosques de Lothlórien. Sin embargo, la amenaza no cesa, pues en Isengard, Saruman ha tenido noticias de su misión y ha enviado a Uglúk y sus uruk-hai para darles caza.

En el corazón de Lothlórien, los viajeros encontraron un respiro bajo la protección de los elfos. Los árboles de mallorn, con sus hojas doradas, ofrecieron cobijo a los miembros de la Compañía. "Es como si el bosque nos hablara con voz amable," declaró Frodo Bolsón. "Por un instante, el peso del Anillo parece menos oneroso."

Sam Gamyi, maravillado por lo que veía, exclamó: "Nunca he conocido un lugar tan hermoso. Hasta el pan de los elfos tiene un sabor especial."

Legolas compartió su aprecio por estas tierras. "Lothlórien es un refugio como pocos quedan. Mientras sus árboles se alcen, la sombra no prevalecerá."

Mientras tanto, en Isengard, Saruman actuó con rapidez. Según informes, ha recibido noticias sobre la Compañía y ha ordenado a Uglúk liderar a sus uruk-hai para interceptarlos. "Saruman no subestima la importancia de esta misión," comentó una fuente cercana a sus operaciones. "Su fuerza está diseñada para capturar y destruir."

Aragorn, consciente del peligro, advirtió a sus compañeros: "Lothlórien nos brinda un respiro, pero debemos estar preparados para lo que vendrá."

Este descanso permitió a la Compañía pensar en los desafíos que les aguardan. "Cada paso nos acerca a lo incierto," reflexionó Aragorn. "Pero mientras nos mantengamos unidos, la esperanza seguirá viva."

Aunque Lothlórien ofrece una breve tregua, el camino que queda por recorrer sigue plagado de peligros. Seguiremos informando sobre los movimientos de la Compañía y las sombras que los acechan.