Anillo de Thrór

Creación: 1590 SE

Creadores: Gwaith-i-Mírdain y Sauron

Propietarios: Sauron; Durin III; Dáin I; Thrór, Thráin II

De los portadores de los Siete Anillos de Poder entregados a los Enanos, sólo conocemos a los portadores de uno de esos Anillos, el que fue dado a Durin III y que se fue transmitiendo entre sus sucesores durante algunas generaciones: este mismo anillo, pasó a Dáin I, que fue muerto junto con su hijo Grór, por lo que el Anillo pasó a Thrór y de Thrór a Thráin II.

Los Enanos decían que este Anillo había sido el primero de los Siete en ser forjado y que le había sido entregado a Durin III (Rey de Khazad-dûm) por los Herreros Elfos y no por Sauron*. Los Enanos que poseían este Anillo no se lo mostraban a nadie ni hablaban de él y no se lo cedían a nadie hasta que sentían que les llegaba la hora de la muerte.

Es posible que a causa de este anillo, Thráin no dejara de pensar más que en el oro y decidiera regresar a Erebor, junto con balin'>Balin, Dwalin y algunos pocos Enanos más. Pero según intentaba ir hacia el Norte, más infortunios le perseguían: emboscadas de Orcos, persecuciones de lobos, pájaros arrojando sombra sobre su camino... Hasta que Thráin desapareció misteriosamente en el Bosque Negro. Mucho tiempo después se supo que había sido capturado y llevado a las mazmorras de Dol Guldur, donde fue torturado, le arrebataron el Anillo y finalmente murió. Fue así como Sauron recuperó el último Anillo de los Siete que le había dado a los Enanos.


* Es curioso que en este texto publicado en Los Apéndices se afirme que fueron los herreros Elfos los que entregaron el Anillo a Durin III, pues esto se contradice con el verso de Los Anillos de Poder y con lo que se nos dice en El Silmarillion publicado, según los cuales, fue Sauron quien entregó los Siete Anillos a los Enanos. Además, no parece lógico que los Elfos, una vez conocida la existencia del Anillo Único, entreguen Anillos de Poder a los Enanos, para que éstos sean dominados por Sauron. El motivo de esta contradicción, seguramente hay que buscarlo en uno de los famosos “se dice” que encontramos en la obra de Tolkien.