Thrór fue Rey del Pueblo de Durin entre los años 2589 y 2790 de la Tercera Edad. Debido a la presencia de dragones en la región, en el año 2590 de la Tercera Edad parte de los Enanos instalados en las Montañas Grises retornaron al reino de Erebor, conducidos por Thrór y Borin (hermano de su padre), mientras que su hermano Grór se encaminó con muchos seguidores a las Colinas de Hierro.

Según se cuenta en los Apéndices, Thrór llevó la Piedra del Arca a la gran Estancia de Thráin y él y su pueblo del Reino bajo la Montaña prosperaron y se enriquecieron y obtuvieron la amistad de los Hombres de Valle. Sin embargo, en el año 2770 de la Tercera Edad se produjo la llegada de Smaug a Erebor, atraido por las enormes riquezas de los Enanos. Y por este motivo, Thrór y su pueblo tuvieron que huir, considerándose desde entonces el Rey en el Exilio.

Con el paso de los años, Thrór acabó cediendo el Anillo de Poder (conocido como Anillo de Thrór) a su hijo Thráin II. Y entonces, acompañado tan sólo de Nár, se dirigió hacia Moria. Encontraron las Puertas abiertas y Thrór, desoyendo los consejos de Nár, entró orgullosamente, como un heredero que retorna a su reino. Pero no regresó. El orco Azog mató y decapitó a Thrór grabando en la parte posterior de su cabeza su nombre en runas de los Enanos. Cuando Nár contó esta historia a Thráin provocó la indignación y el levantamiento del pueblo de Durin, provocando la famosa Batalla de Azanulbizar.