Este personaje comenzó llamándose Ingilmo, nombre que posteriormente es modificado por el de Ingil, para finalmente, convertirse en Gil.
Ingilmo es, en los primeros escritos de Tolkien publicados en El Libro de los Cuentos Perdidos, el hijo de Inwë (precursor de Ingwë, que en estos primeros momentos era un Teler y que luego se convertiría en el Rey de los Vanyar).
Gil se marcha junto con otros Eldar a la Isla de Eressëa, en la cual construye la ciudad de Koromas ("El Reposo de los Exiliados de Kôr") y una gran torre, alta y gris, que daría nombre a la ciudad: Kortirion.
Según le cuenta Meril-i-Turinqi a Eriol, Ingil había vuelto hacía tiempo a Valinor, donde se encontró con Manwë.
Sin embargo, en estos antiguos escritos podemos encontrar otro final para Gil: como es el caso de "El Cuento del Sol y la Luna". Según este texto, tras herir a Melko, Gil y Telimektar le siguen y ascienden a los cielos, donde se encargan de vigilarle. Desde entonces, a Gil se le puede ver como una abeja portadora de miel llameante, también llamado Abeja Azul o Nielluin, es decir Sirius (llamada Helluin en El Silmarillion).