Según podemos leer en Las Aventuras de Tom Bombadil, Baya de Oro moraba, originalmente, con su madre en una profunda caverna del Río Tornasauce. Un día, mientras daba uno de sus paseos, la barba de Tom Bombadil tocó el agua del río, y Baya de Oro le tiró de los cabellos y Tom cayó al agua. Tras una breve conversación, Baya de Oro regresó a su morada y Tom continuó con sus andanzas. Pero un día, Tom decidió capturar a la Hija del Río para casarse con ella. Y así lo hicieron, y el día de la boda Baya de Oro lucía sobre su hermosa cabellera dorada una guirnalda de nomeolvides y lirios y un vestido en verde y plata.

Tal y como se nos cuenta en El Señor de los Anillos, al final de cada verano Tom recogía lirios de agua para Baya de Oro, que ella preservaba del invierno. Pero el 26 de septiembre del año 3018 de la Tercera Edad, mientras llevaba a cabo esta tarea, Tom Bombadil se encontró con los cuatro Hobbits, y después de rescatarlos de la trampa mortal tendida por el Viejo Hombre Sauce, los invitó a su casa. Y así fue como Frodo, Sam, Merry y Pippin conocieron también a la Hija del Río, que parecía una reina élfica, vestida con flores frescas. Frodo se quedó prendado de la belleza y sencillez de Baya de Oro, y ésta le llamó Amigo de los Elfos, tras las dulces palabras que le dedicó el Hobbit.

Cuando, después de reemprender su viaje, los cuatro Hobbits son capturados por los Tumularios, Tom Bombadil los vuelve a rescatar, y se lleva consigo de los tesoros de los túmulos, como regalo para su querida Baya de Oro, un broche adornado con piedras azules.