Creador(es) o propietario(s): Danuin, Manwë.
Según se relata en El Libro de los Cuentos Perdidos, 1, tras la llegada de los Hijos del Tiempo, éstos hilaron y tejieron en las estancias de Aulë. Cuando transcurrieron 24 horas, Danuin (que encarna el concepto temporal “día”) ofreció el fruto de su trabajo a Manwë, y cuando volvió el Barco del Sol, el anciano de pequeño tamaño puso su mano sobre el timón y le pidió a Ulmo que lo arrastrara hasta las Puertas de la Noche.
Pero cuando Ulmo comenzó a arrastrar el barco, Danuin dio un paso atrás y Ulmo ya no pudo moverlo, aunque lo intentara con todas sus fuerzas. Entonces, Danuin liberó al Sol y se retiró y no volvió a aparecer hasta que Rána hubiera crecido y menguado 13 veces. Fue en este momento cuando ofreció a Manwë una cuerda delgada invisible (Cuerda de Danuin), con la que el Vala podría gobernar las idas y venidas del Sol.
Es por ellos, los Hijos del Tiempo, de quienes proviene el trazado de los cursos inalterables del Sol y de la Luna, y el sometimiento de todas las cosas del mundo al tiempo y al cambio.