Devastadora epidemia de peste que en el año 1636 de la Tercera Edad se extiende por todo el noroeste de la Tierra Media, y que extermina a millares de sus habitantes. La epidemia empieza el invierno de 1635, cuando unos vientos oscuros traen el mal desde el Este a Gondor y Rhovanion. Algunos especulan que es el propio Sauron quien la provoca inicialmente.

En Gondor, las poblaciones de Ithilien y Osgiliath son las más perjudicadas, muriendo la mayor parte de sus habitantes. También perecen el Rey Telemnar y sus hijos, pasando la sucesión a su sobrino Tarondor. A partir de este momento, las fronteras con Mordor dejan de vigilarse. La epidemia corre veloz hacia el norte, asolando Calenardhon. Los supervivientes de esta región van a abandonarla en los años sucesivos, exponiendo Gondor a los ataques desde el norte.

En el este, arruina Rhovanion matando (se estima) a la mitad de los Hombres del Norte y sus caballos. Al este del Bosque Negro, donde existen numerosas aldeas dispersas, la peste coge desprevenidas a las poblaciones locales que se refugian de un duro invierno en cobertizos y establos. Sin embargo, la epidemia también se instala en Rhûn, afectando de esta forma a los Orientales y retrasando en decenios sus ataques a Gondor.

Por el oeste, la peste remonta hacia Eriador. Las poblaciones dispersas de Dunlendinos se ven menos afectadas, pero la epidemia coge fuerza en Cardolan. La mayor parte de los Dúnedain y del resto de los habitantes muere, especialmente en Minhiriath. El Reino se derrumba, y el Rey Brujo de Angmar aprovecha para ocupar las Tyrn Gorthad con espíritus malignos, por lo que pasa a conocerse como Quebradas de los Túmulos. Finalmente, la peste cruza el Brandivino, y se extiende por la recién fundada La Comarca. Los Hobbits sufren, aunque en menor medida, ya que el virus llega muy debilitado. Afortunadamente, el reino de Arthedain apenas se ve afectado.