¿Por qué JRR Tolkien no vio publicado El Silmarillion en vida?

El Silmarillion... el libro que tendría que haber sido el más importante de Tolkien, el que él más amaba, en el que más trabajó... ¿por qué entonces no lo publicó en vida?
     Lo cierto es que no hubo un único motivo: problemas de tiempo, diferencias con los editores y, sobre todo, la peculiar forma de ser y de trabajar de Tolkien, hicieron que el libro no viese la luz antes de su muerte.

     Tolkien comenzó a escribir El Libro de los Cuentos Perdidos (el germen de El Silmarillion) en 1916-17, durante la Primera Guerra Mundial, aunque ya antes, en 1915, había escrito un poema titulado "Kortirion entre los árboles". El primero de los Cuentos fue "La Caída de Gondolin" y el segundo el "Cuento de Tinúviel"; pero luego se dedicó a escribir largos poemas, como la "Balada de Leithian" y "Los hijos de Húrin".
     Tras un periodo de tiempo durante el cual dejó de trabajar en El Libro de los Cuentos Perdidos, en 1926 elaboró una breve sinopsis, un "Esbozo", que sirviese de marco y referencia a todos los escritos. Durante los años siguientes trabajó simultáneamente en los Cuentos y en El Hobbit, que empezó a escribir alrededor de 1930. En noviembre de 1937 (sólo dos meses después de la publicación de El Hobbit) Tolkien envió a Allen & Unwin el "Quenta Silmarillion", junto el largo poema de Beren y Lúthien.
     Los textos le fueron entregados a Edward Crankshaw, uno de los "lectores externos" (una persona que lee los libros antes de su edición para valorar si vale la pena su publicación) de la editorial. El informe de Crankshaw fue desfavorable, aunque alababa la prosa de Tolkien por su "brevedad y dignidad", y los escritos fueron rechazados. Cuando Tolkien leyó aquel informe escribió:

"Lo que más me alegra es que el Silmarillion no haya sido rechazado con desprecio.
...por cierto, ¡ahora tengo esperanzas de poder, o poder permitirme, publicar el Silmarillion! El comentario de su lector me procura deleite."

(Carta nº 19)
     Pero en esa misma época, antes de que terminase 1937, otro suceso hizo que la revisión de El Silmarillion fuese de nuevo aplazada: el éxito de El Hobbit había sido tal que Stanley Unwin, su editor, le escribió una carta en la que, entre otras cosas, le decía que gran parte del público quería "nuevas noticias acerca de los Hobbits"; Tolkien comenzó a escribir una continuación... El Señor de los Anillos empezaba a ver la luz.
     De todas formas, y aunque el trabajo en El Señor de los Anillos absorbía la mayor parte de su tiempo, Tolkien nunca abandonó El Silmarillion. Tal es así que algo más de siete años más tarde, en abril de 1945, le decía a Stanley Unwin en una carta:

"Por supuesto, mi único verdadero interés es publicar El Silmarillion, al que su lector, como posiblemente recuerde, concede cierta belleza..."
(Carta nº 98)
     Pero los años pasaban, y no recibía ninguna respuesta de Allen & Unwin respecto a El Silmarillion. A principios de 1950, cuando El Señor de los Anillos ya estaba casi acabado, se puso en contacto con Tolkien un miembro directivo de la editorial londinense Collins, Arthur Waldman, expresándole su interés por ambos libros. Tolkien, en una carta enviada el 5 de febrero, le hizo partícipe de sus problemas editoriales:

"Se ha dado siempre por supuesto que estoy escribiendo una continuación de El Hobbit. Rayner ha leído la mayor parte de El Señor de los Anillos y le ha gustado; cuando niño leyó el manuscrito de El Hobbit. Hace mucho que sir Stanley ha cobrado conciencia de que El Señor de los Anillos ha superado su cometido, y no está satisfecho, pues no ve en él dinero para nadie (así lo dijo al menos); pero de cualquier modo, está ansioso por ver el resultado final."
(Carta nº 123)
     Tolkien estaba en pleno dilema moral: por un lado se sentía comprometido con Stanley Unwin, pero por otro contaba con el interés de la editorial Collins por El Silmarillion. En apenas un mes envió varias cartas: por un lado presionando a Unwin, al que solicitaba una respuesta definitiva, y por otro defendiendo abiertamente ante ambas editoriales que las dos obras eran inseparables:

"Pero la totalidad de la Saga de las Tres Joyas y los Anillos del Poder tiene sólo una división natural en dos partes (cada una de ellas de unas 600.000 palabras): El Silmarillion y las demás leyendas; y El Señor de los Anillos."
(Carta nº 125)
     A Rayner Unwin le gustaba El Señor de los Anillos, pero también dijo que nunca había sentido "la falta de un Silmarillion cuando lo leía". Ante la insistencia de Tolkien, la respuesta de Stanley Unwin fue un "no", las dos obras no se publicarían juntas. Eso le dejaba libertad para entregar los libros a Collins; pero también éstos empezaron a darle largas.
     En la primavera de 1952 Tolkien perdió la paciencia, y amenazó a Collins con que si no se publicaba inmediatamente El Señor de los Anillos daría el trato por roto y retiraría ambos manuscritos. La editorial, temerosa ante el gran desafío que representaba editar el libro, abandonó las negociaciones. Pero poco después, en junio, Rayner Unwin escribió a Tolkien una carta en la que, entre otros asuntos, le preguntaba por los avances en la publicación de ambos libros. En su respuesta Tolkien decía:

"En cuanto a El Señor de los Anillos y a El Silmarillion, están donde estaban. El uno terminado (y el final revisado) y el otro todavía sin terminar (o sin revisar), y los dos acumulando polvo...
...¿Puede hacerse algo para abrir las puertas que yo mismo cerré?"

(Carta nº 133)
     El 29 de julio de 1954 el primer libro de El Señor de los Anillos fue por fin publicado por Allen & Unwin. El éxito fue tan grande que Tolkien, en una carta a un lector no identificado a principios de 1956, decía:

"Sin embargo, tal ha sido el éxito... de El Señor de los Anillos que el patito feo se ha convertido en el cisne del editor, y sencillamente se me está intimidando para que dé forma definitiva a El Silmarillion ¡o a cualquier otra cosa!"
(Carta nº 180)
     ¿Sería cierto que Unwin estaba finalmente interesado en publicarlo?, ¿no sería que era lo que Tolkien quería creer?

     En julio de 1956 estaba trabajando para lograr "hacer publicable" el libro, ordenando los cuentos, leyendas, poemas y anales. Pero el tiempo seguía pasando. Casi tres años más tarde reconocía en una carta que "no he tenido tiempo en absoluto que dedicar al Silmarillion", y tras otros cuatro años, ya en 1963, sus dudas eran cada vez mayores:

"Me temo, de cualquier modo, que la presentación exigiría mucha faena, y yo trabajo muy lentamente...
...Yo mismo tengo dudas sobre la empresa."

(Carta nº 247)
     A finales de 1965 un profesor del Wheaton College de Illinois, Clyde S. Kilby, se ofreció para ayudar a terminar El Silmarillion; la respuesta de Tolkien es una fiel muestra de las dudas que lo atenazaban:

"Nunca he tenido demasiada confianza en mi propio trabajo, y aun ahora que se me asegura (todavía para mi agradecida sorpresa) que tiene valor para otra gente, me siento inseguro, renuente, por así decir, a exponer el mundo de mi imaginación ante ojos y oídos tal vez despectivos."
(Carta nº 282)
     Ya no había marcha atrás, las esperanzas de editar El Silmarillion se desvanecían poco a poco, y la edad era un lastre cada vez mayor. En otra carta escribió:

"...empiezo a sentir que ya no seguiré progresando con El Silmarillion."
(Carta nº 353)
     Y, por desgracia, así fue. La carta está fechada el 4 de agosto de 1973... Tolkien moriría un mes después.

     Después de todo esto cabe preguntarse si Tolkien realmente "quería" no ya publicar, sino acabar El Silmarillion. En aquellas páginas estaba su vida, todo lo que hasta cierto punto le daba sentido... acabarlo habría sido asumir que ya lo había hecho todo, mientras que no terminarlo era mantener una puerta siempre ligeramente entreabierta.
     Seguramente cuando Tolkien escribió esa carta ya sabía que la puerta empezaba a cerrarse.


© Las FAQ de ElFenómeno, 2002