Cuando Smaug expulsó a los Enanos de la Montaña Solitaria en el año 2770 de la Tercera Edad, la piedra del Arca pasó a formar parte de su tesoro. Y cuando Bilbo entró en la guarida del dragón, encontró la piedra y con el pretexto de que se podía quedar con lo que quisiera, la guardó sin decir nada a nadie. Tampoco dijo nada cuando Thorin ordenó buscar la gema (que reclamaba para sí).

Los hombres de Ciudad del Lago dirigidos por Bardo y los Elfos del Bosque Negro encabezados por Thranduil llegaron a la Montaña Solitaria y reclamaron una parte del tesoro del dragón, pero Thorin se negó a escuchar sus demandas. Sin embargo, a Bilbo las alegaciones de Bardo le parecieron razonables y con la intención de evitar una batalla, le entregó la piedra del arca al hombre para que la usara en la negociación con los Enanos. Al enterarse de esto, Thorin se puso furioso, aunque finalmente acordó pagar una catorceava parte del tesoro en plata y oro a cambio de la gema. Pero su intención no era realmente la de pagar: pensaba recuperar la piedra por la fuerza, con la ayuda del ejército de su pariente Dain, que estaba de camino. Sin embargo, sus planes se vieron alterados, pues llegó un ejército de Orcos y huargos dirigido por Bolgo y los Hombres, Enanos y Elfos tuvieron que unir sus fuerzas para conseguir la victoria en la que después fue conocida como la Batalla de los Cinco Ejércitos.

Thorin Escudo de Roble finalmente perdió la vida en esta batalla, y fue enterrado bajo la Montaña Solitaria. Y Bardo puso la Piedra del Arca sobre el pecho de Thorin para que le acompañara en su descanso eterno.

Fuentes:

El Hobbit

El Señor de los Anillos: Apéndices