4 de marzo de 3019 de la Tercera Edad: Victoria en el Abismo de Helm y camino a Isengard
La luz del alba reveló el desenlace de una de las batallas más decisivas de la guerra. La resistencia en el Abismo de Helm estuvo al borde del colapso, pero la llegada de Gandalf y Erkenbrand con refuerzos de la Marca inclinó la balanza a favor de Rohan. En las primeras horas del día, los ejércitos de Saruman fueron finalmente derrotados y dispersados, dejando tras de sí un campo de batalla cubierto de escombros y cuerpos caídos. "La noche parecía interminable", nos cuenta un soldado sobreviviente. "Las murallas estaban a punto de ceder, pero entonces, entre la niebla de la madrugada, aparecieron los refuerzos y la batalla cambió por completo. Recuerdo mirar a mis compañeros y ver lágrimas de alegría en sus ojos".
Con la fortaleza asegurada, Théoden, acompañado por Gandalf y una escolta de veinte jinetes, partió de inmediato hacia Isengard. En su camino, atravesaron los Vados del Isen, donde los cuerpos de los caídos aún yacían como un sombrío recordatorio de la crueldad de la guerra. "Los enterramos con honor, pero la guerra no ha terminado", dijo un rohirrim que participó en la marcha.
Al mismo tiempo, en las tierras de Isengard, el curso del río Isen fue restaurado por los Ents, borrando los últimos vestigios del dominio de Saruman sobre la región. "Las aguas han vuelto a su cauce", relató un pastor de la zona. "Es como si la tierra misma quisiera limpiar las heridas de la batalla".
Mientras tanto, en los confines de Mordor, Frodo, Sam y Gollum continuaron su difícil travesía. Al atardecer, alcanzaron los montículos de escoria en el borde de la Desolación del Morannon. "Es un lugar donde la esperanza se marchita", nos comenta un viajero que ha visto la región desde lejos. "Nada crece allí, el suelo está quemado y el aire pesa como una losa". Sin más opción que seguir adelante, los hobbits se preparan para enfrentar el siguiente tramo de su peligroso viaje.
Con la caída del ejército de Isengard y la restauración del río Isen, la guerra ha dado un giro, pero el peligro aún acecha. La marcha de Théoden hacia la fortaleza de Saruman podría decidir el destino de Rohan y sus aliados.