Con el resurgir de Sauron y la extensión de su poder e influencia, la Lengua Negra volvió a renacer para convertirse en la lengua con la que se gobernaba Mordor y a todos sus esclavos, puesto que era la lengua que se utilizaba en Barad-dûr, y entre los capitanes.
Este resurgimiento de la Lengua Negra se ve claramente reflejado en los muchos nombres propios provenientes de ella que se utilizaban de modo habitual en la Lengua Común; nombres como Nazgûl, los Espectros del Anillos, y también Uruk-hai y Olog-hai, las razas superiores de Orcos y Trolls desarrolladas por Sauron.
Aparte de estos pocos nombres propios sueltos, solo han llegado hasta nosotros dos ejemplos de Lengua Negra. El primero es la inscripción del Anillo Único: Ash nazg durbatulûk, ash nazg gimbatul, ash nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul. El segundo la maldición que Pippin escuchó lanzar a uno de los Orcos de Mordor hacia los Isengardos: Uglúk u bagronk sha pushdug Saruman-glob búbhosh skai; de la que se dice está en una forma corrupta de la Lengua Negra empleada por los soldados de la Torre Oscura.
A oídos de Elfos y los Hombres la Lengua Negra estaba llena de sonidos horribles y palabras viles de difícil pronunciación, de ahí que pocos intentaran alguna vez hablarla. Sirva como ejemplo la reacción de los Elfos en Rivendel cuando Gandalf recitó la inscripción del Anillo Único en su forma original provocando que estos se taparan los oídos y que Elrond le recriminase tal osadía.
Nada se sabe que destino le deparó la historia a la Lengua Negra tras la derrota definitiva de Sauron y la desaparición de los Nazgûl.