Raza o especie: Elfo Noldo
Muerte: 1170 Edad de los Árboles
Casada con: Finwë
Hijos: Fëanor
Otros nombres: Serindë; Fíriel
Dicen los Maestros en Tradición que el amor entre Finwë y Míriel era grande y dichoso porque se fraguó en el Reino Bendecido en los Días de Bienaventuranza. Pero la sombra del destino se cernía sobre Míriel pues tras el alumbramiento de su hijo, en el año 1169 de la Edad de los Arboles, comenzó a languidecer pues su cuerpo y su espíritu perdieron la vitalidad. Míriel contó a Finwë que nunca más habría de concebir a ningún otro hijo pues la fuerza que habría nutrido a muchos se le había agotado con el alumbramiento de Fëanor (de ahí su nombre materno: Quenya “Espíritu de Fuego”)
Finwë estaba desesperado al ver el estado de su esposa y buscó el consejo de Manwë. Este entregó a Míriel a los cuidados de Irmo en Lórien, donde se dice que incluso los Valar encontraban reposo y reparo. Mas no fue ésta la solución del problema pues no era éste el destino que le estaba decretado a Míriel, y un año más tarde, en el año 1170 de la Edad de los Arboles, su espíritu se separó del cuerpo y se trasladó a las Estancias de Mandos si bien Finwë no supo esto hasta más tarde ya que el cuerpo de su esposa (que estaba al cuidado de las Doncellas de Estë para que permaneciera incorrupto) parecía dormido. Desde entonces Finwë vivió atormentado y a menudo visitaba los jardines de Lórien donde llamaba a su esposa por todos sus nombres, pero nunca obtuvo respuesta y con el paso del tiempo ya no volvió a Lórien.
Sólo Finwë vivía en soledad y tristeza en todo el Reino Bendecido, y como deseaba tener más hijos pidió a Manwë que solucionara su terrible situación (puesto que Finwë intuía que Míriel no habría de volver jamás y por tanto deseaba tomar una nueva esposa) Fue entonces, en el año 1172 de la Edad de los Arboles, cuando se pronunció el Juicio de Manwë sobre los Esponsales de los Noldor, que también se conoció como Ley de Finwë y Míriel (porque el suyo fue el primer caso) El Rey Mayor pronunció su resolución a través del Juez Mandos, y dictaminó que el matrimonio de los Eldar habría de durar toda la vida puesto que su naturaleza era inmortal en tanto que Arda existiera. Sin embargo determinó que si la vida se interrumpía también lo hacía el matrimonio de manera temporal, y en este caso sólo se lo consideraba definitivamente interrumpido cuando el muerto no deseaba volver jamás a la vida en el cuerpo. De este modo la voluntad del muerto había de ser ratificada por Mandos tras la intervención de Manwë, y el muerto no podía volver de nuevo a la vida una vez tomada su decisión (en algunos escritos se menciona un periodo de reflexión de diez años, si bien no se sabe con certeza) Esto era así porque se consideraba que el matrimonio no acababa hasta que fuera interrumpido por una muerte sin retorno posible, y por ello si al vivo se le permitía volver a casarse era porque Mandos había acordado con el muerto su no regreso al cuerpo de manera definitiva. Por tanto se preguntó al espíritu de Míriel si quería volver a la vida pues existía la posibilidad de que con el tiempo encontrara reparo tras su estancia en Mandos. Pero Míriel no deseaba volver entre los vivos y aceptó las consecuencias de su decisión conforme a la Ley y con esta acción dio luz verde a la posibilidad de que Finwë tomara una nueva esposa (tal y como más tarde haría al desposarse con Indis de los Vanyar), y pasado un tiempo se pronunció el decreto de separación definitiva (que condenaba a Míriel a permanecer descarnada para siempre).
Las consecuencias de la decisión de Míriel fueron de gran importancia ya que se dice en los escritos que Fëanor echó en falta la presencia de su madre en una edad muy temprana y crítica para el posterior desarrollo de un Elda, y que ello condicionó su posterior carácter y temperamento.
Tras la muerte de Finwë en el año 1495 de la Edad de los Arboles a manos de Morgoth Míriel se reencontró con su amado en las Estancias de Mandos, y se dice que la madre de Fëanor se alegró de volver a verlo y que su pena se mitigó, rompiéndose en ese momento la voluntad que allí la ataba. Finwë contó a Míriel todo lo sucedido desde su partida y ésta se sintió muy conmovida, dándose cuenta de que cometió un error al abandonar a su marido y a su hijo Fëanor ya que de haber estado presente durante su crianza éste hubiera sido más sabio por las enseñanzas que su madre le podría haber transmitido, habiendo evitado de este modo muchos de los males que más tarde sucedieron. Míriel expresó entonces su deseo de contar la historia de su familia y la de todo su pueblo en un tapiz de muchos y bellos colores, y aunque aceptaba la pena que se le había impuesto (y que voluntariamente había aceptado) tuvo deseos de volver a tomar de nuevo su cuerpo. Ante tales palabras Finwë habló con Vairë y con Mandos y les expuso que a cambio de que Míriel retornara a la vida él mismo se quedaría confinado en Mandos hasta el Fin de los Días. Narra la leyenda que Nienna suplicó por Míriel ante Mandos, y que el Juez de los Valar aceptó el ofrecimiento de Finwë como pago del rescate de Míriel pues pensó que ésta sería una buena acción para ambos y que así se curarían sus males definitivamente. El espíritu de Míriel fue liberado de Mandos y tras ser bendecido por Manwë volvió a Lórien y entró en su cuerpo, despertando de nuevo a la vida.
Tras meditar durante algún tiempo en los jardines de Lórien seguía estando triste a causa de las noticias que había oído, y ya no deseaba volver con su pueblo. Míriel se encaminó a la casa de Vairë (donde no habitaba ninguno de los vivos y donde no había nadie que hubiera regresado de entre los muertos) y ésta la aceptó en su hogar convirtiéndola en su sirviente principal. Allí vive Míriel todavía, hasta que llegue el Gran Final, y teje todas las historias de los Noldor desde el principio, usando telas tan hermosas que parecen estar vivas, y desde entonces fue llamada Fíriel, y nunca nadie la volvió a ver entre los vivos o los muertos.
Fuentes:
- Los Pueblos de la Tierra Media.