Aunque no se especifica en el Silmarillion, es bastante probable que Finwë se encontrara entre los primeros nacidos que encontró Oromë, el Vala Cazador, viajando por las montañas Orocarni.

El nombre de Finwë no tiene una traducción clara. Fin- se traduce como "pelo" junto con Phin- traducido como "ágil" "habilidoso". Luego el sufijo –Wë proviene de -Weg, "Vigor Masculino".

Los Valar, temiendo por los Elfos, (a causa de Melkor), decidieron trasladar a los primeros Hijos de Ilúvatar a Valinor, pero éstos se mostraron un poco reticentes ante esta llamada. Fue así como Oromë seleccionó a tres elfos para que lo siguieran hasta Aman y después volvieran con los suyos e informaran de lo que habían visto, con la esperanza de que ellos pudieran diezmar los miedos que fueron sembrados en los corazones de los Elfos por Melkor. Los tres Elfos eran Finwë, Ingwë y Elwë, quienes más tarde serían los reyes de las tres facciones en las cuales la raza de los Elfos se dividiría: Noldor, Vanyar y Teleri.

Asombrado por las maravillas de Valinor, Finwë y sus otros dos compañeros al volver a la Tierra Media intentaron convencer a su raza para que los siguieran hasta Aman. Los que estuvieron de acuerdo con seguir a Oromë recibieron el nombre de Eldar. El pueblo que siguió a Finwë a Valinor fue luego conocido como los Noldor, los Elfos Profundos, que más tarde se hicieron los estudiantes de Aulë el Vala Herrero. Finwë es considerado el primer Rey Supremo de los Noldor en Aman.

Los Noldor se asentaron en la Colina de Túna, levantada para ellos por los Valar y, conducidos por Finwë, vivieron en la ciudad de Tirion, compartiéndola en un principio con los Vanyar. Más tarde, Ingwë y su gente, dejaron la ciudad de Tirion y Finwë fue el único rey en gobernar sobre la Colina de Túna.

Su primera esposa fue Míriel Serindë. De su amor nació un hijo, Curufinwë, quien más tarde sería conocido como Fëanor. Al ser traído al mundo, ´Fëanor agotó toda la fuerza y el entusiasmo por la vida de Míriel y ella solicitó descansar en los jardines de Lórien.

Finwë quedó turbado por este acontecimiento, ya que, él no deseaba dejar a su hijo sin una madre, y tampoco quería que su único hijo fuera el último. Pero como su esposa le explicó que con lo que habría alimentado a muchos hijos, fue todo invertido en Fëanor, Finwë no tuvo más opción que aceptar su petición. Y así Míriel, con el consejo de Manwë, fue colocada dormida en los jardines de Irmo. Más tarde, su alma se marchó de su cuerpo y ella nunca volvió a la vida.

Esto fue un acontecimiento terrible para todo aquel presente en Valinor, ya que nunca nadie había muerto por propia voluntad. Finwë quedó profundamente entristecido por este acontecimiento y durante algún tiempo, visitaba el cuerpo Míriel, pero como su soledad y tristeza aumentaban, dejó de hacerlo. Todo su amor estaba ahora con su hijo, Fëanor, que creció para ser poderoso y experto en todas las cosas de manos y mente.

Al casarse Feänor, Finwë tomó como segunda esposa a Indis la Bella, una Vanya de cabellos dorados, con la cual tuvo otros 2 hijos: Fingolfin y Finarfin, hermanastros de Fëanor, y aunque él era ahora dichoso otra vez, la sombra de Míriel nunca dejó la Casa, sobre todo por causa de Fëanor, el cual se opuso a este segundo matrimonio de su padre. Los hijos de Finwë nunca vivieron juntos y nunca compartieron estrechos lazos. (En otras versiones se incluyen otras dos hijas, Findis y Lalwen, hermanas de Fingolfin y Finarfin)

Después de tres edades de encarcelamiento, Melkor fue liberado de Las Estancias de Mandos y, como volvió a ganarse la confianza de los Valar, le permitieron vagar libremente en Valinor. El traicionero Melkor codició los Silmarils, aquellas tres grandes joyas hechas por las manos de Fëanor en la cúspide de su habilidad, y buscó un modo de robarlos. De modo que empezó a introducir mentiras para que los Noldor dudaran y se enemistaran con todos en Valinor, incluido ellos mismos.

Había ya multitud de argumentos para la enemistad entre sus hijos, y estos acontecimientos sólo sirvieron para ahondarlos aun más. En un intento por arreglar la situación en la que se encontraban, Finwë convocó a los Noldor a un consejo y trató de apaciguarlos. Esto no funciono, ya que Fingolfin incluso fue amenazado con la espada por Fëanor. Después de esto, los Valar llamaron a Fëanor para interrogarle sobre sus últimas acciones y su descontento. Entonces la raíz del mal fue expuesta y las acciones de Melkor reveladas. Sin embargo, Fëanor también fue condenado a doce años fuera de Tirion, en la fortaleza de Formenos. Debido al gran amor de Finwë para con su hijo mayor, siguió a Fëanor en su destierro a Formenos.

En su fijación por poseer los Silmarils, Melkor incluso fue a reclamarlos a las puertas de Formenos. Fue rechazado con ferocidad por Fëanor, mientras Finwë envío mensajeros a Manwë, informándole.

Pero Melkor volvió durante la celebración de un festival en Valinor y aprovechando que todos los Elfos estaban fuera participando de los festejos excepto Finwë, quien, por devoción hacia Fëanor y su amargura por el exilio de sus hijos, decidió permanecer en Formenos. Después de que Melkor y Ungoliant robaran la luz de los Dos Árboles de Valinor, se dirigieron hacia Formenos, donde solo Finwë tuvo el coraje de mantenerse en pie ante el horror de la Oscuridad. Allí, ante las puertas de Formenos, el Rey Supremo de los Noldor fue asesinado y su sangre fue la primera en ser derramada en el reino de Aman. Y entonces Melkor entró en la fortaleza y robó los Silmarils, provocando El Oscurecimiento de Valinor y la marcha de los Noldor de Valinor.

Finwë era un Elda de alto porte y como era común entre los Noldor tenía el pelo de color negro. De blanca frente tenía el rostro animoso, y sus pensativos ojos eran brillantes, como los de su hijo Fëanor, y eran de un gris azulado.

Después de la muerte de Finwë, el titulo de Rey Supremo de los Noldor fue a parar brevemente a su hijo Fëanor en la Tierra Media, mientras que en Valinor su sucesor fue su otro hijo Finarfin.