¿Quién era Glorund?
"Cuando estuvo a solas, Tinúviel cogió el agua y el vino y, sin dejar de cantar una canción muy hechicera, los mezcló y, tras verter la sustancia en el cuenco de oro, comenzó a cantar una canción para el crecimiento y, después de trasvasarla al cuenco de plata, cantó otra canción y en esta canción iba diciendo los nombres de las cosas más altas y más grandes que había en la Tierra: las barbas de los Indravangs, la cola de Krakaras, el cuerpo de Glorund, el tronco de Hirilorn y la espada de Nan, y no olvidó tampoco la cadena Angainu hecha por Aulë y Tulkas ni el cuello del gigante Gilim, y, por último, habló de los más grande y lo más largo, el cabello de Uinen, la dama del mar, que se extiende sobre todas las aguas."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "El cuento de Tinúviel")
En "El cuento de Tinúviel", que podemos encontrar en El Libro de los Cuentos Perdidos, mientras ésta mezcla vino con agua, canta una canción en la cual va enumerando las cosas más grandes que había en la Tierra, y entre ellas, hace mención a "el cuerpo de Glorund".
¿Quién era Glorund?
"Glorund es el nombre del dragón en El cuento de Turambar (Glaurung en El Silmarillion)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "El cuento de Tinúviel")
En los primeros escritos de Tolkien, el gran gusano al que se enfrenta Turambar, que conocemos como Glaurung según El Silmarillion publicado, es llamado en primer lugar Glorund en los Cuentos Perdidos II, nombre que será sustituido posteriormente por Glorung y en el "Quenta" y en los "Anales de Beleriand" por Glómund, hasta llegar finalmente a Glaurung, que será su nombre definitivo:
"En la primera versión de E, el Dragón se llamaba Glórung, una variante de Glórund de los Cuentos Perdidos; así pues, la sucesión fue Glórund> Glórung > Glómund> Glaurung."
(La formación de la Tierra Media, "El primer Silmarillion")
[Nota: la tilde en los nombres de Glórund y Glórung aparece y desaparece según en el texto en el que se citen, aunque parece que lo normal es que no la llevasen].
Como exponente máximo de los grandes gusanos y padre de los dragones, sin lugar a dudas, hay que referirse a Glaurung:
"(...) y también marchaba con ellos un enorme dragón con escamas de bronce bruñido, cuyo aliento era una mezcla de fuego y humo y que se llamaba Glorund."
(El Libro de Los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
Nos encontramos aquí ante la primera descripción que tenemos de Glorund. Normalmente, cuando Tolkien se refiere a Glorund (o Glaurung) lo hace denominándolo como ‘gran gusano’, por lo que nos llama la atención que en este texto se le mencione como un ‘dragón’. La explicación a este hecho, la encontramos al acudir al texto original, en el cual se puede leer lo siguiente:
"(…) and a great worm was with them whose scales were polished bronze and whose breath was a mingled fire and smoke, and his name was Glorund."
(Una traducción literal de este texto sería la siguiente: "y un gran gusano estaba con ellos, cuyas escamas eran bronce pulido y cuyo aliento era una mezcla de fuego y humo, y su nombre era Glorund.")
En el texto original, por lo tanto, se denomina a Glorund como un gran gusano (‘great worm’), y no un como un dragón.
Por otro lado, tal y como se puede leer en esta misma cita, se nos aporta el dato acerca del color de sus escamas, descritas como "de bronce bruñido", lo que le valió a este gran gusano para que recibiese el apelativo de "el dorado".
Glorund, como también hemos visto, tiene un aliento de fuego y humo, y es una criatura enorme y muy poderosa, por lo tanto, no es de extrañar que a su paso vaya sembrando la desolación:
"En esa misma época el Foalókë se arrastra por lo espesos bosques dejando a su paso una huella de desolación y así transcurre mucho tiempo, hasta que de pronto un grupo de habitantes de los bosques se cruza con él, que duerme desprevenido entre árboles despedazados. Algunos cayeron abrumados por el venenoso aliento de la bestia y después de eso les dio muerte."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
En este fragmento también podemos comprobar que el aliento de Glorund es venenoso, algo que, como se verá más adelante, también está presente en otros dragones, como sería el Guivre de la tradición francesa.
En algunos de los textos más tardíos de Tolkien, recopilados en La Guerra de las Joyas, la destrucción que acompaña el paso de Glaurung, como se puede leer en el siguiente fragmento, sigue siendo evidente:
"495 (...) Glaurung el Urolókë [entró en Hithlum e hizo allí mucho daño, y abandonó Dorlómin atravesando las Erydwethrin>] atravesó Anfauglith, y desde allí fue a los valles septentrionales del Sirion e hizo mucho daño, y luego pasó a las sombras de las Erydwethrin / acompañado de un gran ejército de Orcos, y contaminó el Eithil Ivrin. Entonces se dirigió al reino de Nargothrond y quemó la Talath Dirnen, la Planicie Guardada, entre el Narog y el Sirion."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
Glorund posee, además, tal y como se dice en la historia de Turambar, la facultad de sumir en un hechizo a otros, para lo cual le bastaba sólo con mirar fijamente a los ojos a su víctima; así le sucedió, por ejemplo, a Turambar:
"...pero Túrin era víctima del maleficio del dragón, porque la mirada de la bestia poseía una magia funesta, como la de muchas otras de su especie, y había hecho petrificarse los tendones de Túrin, porque sus ojos no se apartaban de los ojos de Túrin, de modo que su voluntad lo abandonó y no podía moverse si deseaba hacerlo, aunque podía ver y oír."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
En El Simarillion publicado nos encontramos una versión posterior de esta historia, en la cual, además, se nos describen de forma mucho más concreta los ojos de Glaurung: ojos de serpiente, sin duda, capaces de someter a cualquiera ante su voluntad:
"Entonces saltó Túrin y avanzó sobre él, y los filos de Gurthang brillaban como una llama; pero Glaurung paró el golpe y abrió muy grandes los ojos de serpiente y los clavó en Túrin. Sin temor los miró Túrin mientras lanzaba la espada, y enseguida cayó bajo el hechizo de atadura que venía de los ojos sin párpados del dragón y se detuvo inmovilizado."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
Por lo tanto, Glaurung tiene ojos de serpiente, sin párpados, a través de los cuales puede "hechizar" a quien mire fijamente, haciendo que esta persona quede paralizada, que crea las mentiras que el dragón le cuenta y que olvide, incluso, quién es y cuál es su pasado, como ocurre con Nienor, la hermana de Túrin:
"(...) y al mirar hacia el oeste clavó los ojos en los de Glaurung, cuya cabeza se apoyaba en lo alto de la colina.
La voluntad de Nienor luchó por un rato con el dragón, pero él mostró el poder que tenía, y enterado de quién era ella la obligó a que fijara los ojos en los suyos, y le impuso un hechizo de completa oscuridad y olvido, de modo que no pudiera recordar nada de lo que le había pasado, ni su propio nombre, ni el nombre de cosa alguna; y por muchos días no le fue posible oír, ni ver, ni moverse libremente. Entonces Glaurung la dejó de pie y sola en Amon Ethir, y regresó a Nargothrond."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
Como se puede ver en el trágico desenlace de esta historia, el "hechizo" lanzado por Glaurung tanto a Túrin como a Nienor, sólo se rompe con la muerte del gran gusano:
"Pero Nienóri se quedó como aturdida y Glorund murió después de decir eso y, con su muerte, el velo de sus maleficios dejó de rodearla y Nienóri volvió a recordar todo nítidamente, incluso lo que había sucedido después de caer presa de la magia del dragón; y su cuerpo se estremeció de horror y de angustia."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
Lo dicho en El Libro de los Cuentos Perdidos II, aparece también, con mínimos cambios, en El Silmarillion publicado:
"Entonces Glaurung murió, y el velo de su malicia le fue quitado a Níniel, y recordó los días del pasado."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
Otro dato que puede resultar interesante acerca de este gran gusano lo podemos encontrar en los Cuentos Inconclusos, donde se nos dice que Glaurung, además de todo lo que hemos podido saber hasta ahora, tenía muy buena vista:
"Pero la mirada de sus ojos fieros era más aguda que las de las águilas, y superaba el largo alcance de la vista de los Elfos."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
Los textos de los Cuentos Inconclusos nos aportan, así mismo, algunos datos más:
"Así pues, mientras Mablung se deslizaba entre las rocas, tratando de ver si podría cruzar el río que corría alborotado entre las piedras caídas del puente, Glaurung avanzó de pronto con una gran bocanada de fuego, y descendió arrastrándose por la corriente. Hubo entonces un prolongado siseo, y se levantaron unos vastos vapores, y Mablung y los que lo seguían quedaron envueltos en una nube y un hedor inmundo."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
Aquí se nos confirma que Glaurung lanzaba fuego por sus fauces, y también que es capaz de meterse en el agua, y que, al hacer esto, desprende vapores y un hedor nauseabundo, con el cual provoca, según podemos leer en otros pasajes escritos por Tolkien, el terror en los animales:
"Pero cuando descendieron de la colina a la planicie, un mal viento sopló los vastos vapores sobre ellos, trayendo un hedor que los caballos no soportaron. Cegados por la niebla, y despavoridos por el inmundo olor del Dragón, los caballos se volvieron ingobernables y se precipitaron frenéticos de aquí para allí."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
Por otro lado, no debemos olvidar otra característica importante relativa a los dragones, tal y como se puede comprobar en el relato acerca de Túrin, Glaurung también habla, y lo hace, según nos comenta Christopher Tolkien en una nota, de una forma especial:
"En las palabras que emplea Glorund ya se puede detectar la extraña manera de expresarse de Glaurung, que en los relatos posteriores habla en tono despectivo, rudo, sagaz, seguro y profundamente perverso, pero la evolución del personaje lo convierte en un ser mucho más maléfico por el hecho de ser más lacónico."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
Todo lo visto hasta ahora relaciona a Glaurung con el cuento de Túrin Turambar, pero el caso es que también participó, como una de las criaturas más poderosas que estaban bajo las órdenes de Morgoth, en algunas batallas:
"Aquí Glaurung, el primero de los Urulóki, los dragones de fuego del Norte, salió una noche de las puertas de Angband. Era joven y aún no se había desarrollado del todo (porque larga y lenta es la vida de estos gusanos), pero los Elfos huyeron acobardados hacia Erydwethrin y Dorthonion, y él corrompió los campos de Ardgalen. Entonces Fingon, príncipe de Hithlum, cabalgó hasta el dragón con arqueros montados y lo rodeó con un anillo de rápidos jinetes. Y Glaurung se acobardó a su vez, porque era todavía débil de armadura y no podía soportar los dardos, y huyó de vuelta al infierno y no volvió a salir en mucho tiempo. Pero a Morgoth le disgustaba que Glaurung se hubiera manifestado demasiado pronto, y a su derrota siguió la larga paz de casi doscientos años."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
Sin embargo, como se ha podido leer en el fragmento anterior, en esta primera salida de Angband, que se produce en el año 260 de la Primera Edad (P.E.), Glaurung aún era demasiado joven, no estaba desarrollado del todo, por lo que tiene que huir ante los arqueros Elfos.
Glaurung participa también en la Nirnaeth Arnoediad (Las Lágrimas Innumerables) en el año 472 P.E. y en el saqueo de Nargothrond, en el año 495 P.E., como se cuenta en la historia de Turambar, además de haber estado presente, ya en la plenitud de su poder, en la Batalla de la Llama Súbita, la Dagor Bragollach (455 P.E.):
"Se la llama la Dagor Bragollach, la Batalla de la Llama Súbita. Ríos de fuego descendieron de Thangorodrim, y Glaurung, Padre de los Dragones, salió en la plenitud de su poder. Las verdes llanuras de Ardgalen se convirtieron en un gran desierto donde nada crecía; y a partir de entonces se las llamó Anfauglith, la Sed Asfixiante."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
Finalmente, en el año 499 P.E., Glaurung muere a consecuencia de las heridas inflingidas por Túrin:
"Entonces Turambar se decidió y cobró coraje, y trepó solo por el acantilado y llegó bajo el dragón. Desenvainó a Gurthang, y con todo el poder de su brazo y de su odio la hundió en el blando vientre del Gusano hasta la empuñadura. Pero cuando Glaurung sintió la angustia mortal, gritó, y en su espantoso dolor extremo, levantó el bulto del cuerpo y se arrojó por el precipicio, y allí quedó revolcándose y retorciéndose en agonía. Y lo abrasó todo alrededor, y lo aplastó dejándolo en ruinas, hasta que sus últimos fuegos se apagaron, y murió, y yació inmóvil."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
Sin embargo, aún después de esto, cuando Túrin se acerca para recuperar su espada, Glorund aún mantiene algo de vida y fuerzas suficientes como para volver a clavar su mirada en Túrin y hacer que éste caiga en un desmayo profundo. Finalmente, el gran gusano morirá después de revelarle la identidad olvidada a Níniel (Nienor).
© Las FAQ de ElFenómeno, 2003