Situación: Beleriand Oeste
Época: mediados s. I PE - 496 PE
Otros nombres: gran fortaleza subterránea sobre el río Narog
Las cavernas y gargantas naturales del río Narog, situadas al suroeste de la confluencia de éste con el río Ringwil, se encontraban en las tierras altas del centro del reino de Nargothrond y sobre ellas crecía el Taur-en-Faroth, el Bosque de los Cazadores. Hasta estas formaciones llegaba el extremo occidental del murallón rocoso de la Andram. Al norte del Taur-en-Faroth se alzaba la Colina de los Espías, Amon Ethir, desde donde se vigilaba la Planicie Guardada (Talath Dirnen). Más hacia el noreste, se extendían las tierras agrestes de Dor-Cúarthol y los Páramos del Nibin-noeg, donde se erguía solitaria Amon Rûdh, en los lindes del Bosque de Brethil. En los dominios de Nargothrond se extendían, en el norte, el bosque de Núath; en el centro, el misterioso Bosque de los Cazadores; en el sur el Nan Tathren (en la desembocadura del Narog en el Sirion) y, en la región de Arvenien, el bosque de abedules de Nimbrethil. El principal río del reino era, por supuesto, el Narog (que nacía en Eithel Ivrin, entre estribaciones centrales de las Ered Wethrin), que contaba con los afluentes del Ginglith (procedente de las espesuras del bosque de Núath y enmarcando la llanura de Tumhalad) y el Ringwil (de las cavernas septentrionales del bajo el Taur-en-Faroth).
La fortaleza de Nargothrond contaba con tres puertas principales, las llamadas Puertas de Felagund, frente a las cuales se extendía un amplio patio sobre el insalvable acantilado del río Narog que obligaba a los habitantes de Nargothrond a un rodeo de varias millas para vadear el río. Tras la llegada de Túrin Turambar fue construido un gran puente no levadizo sobre el río con el fin de evitar el gran rodeo, obviando el peligro que esto suponía. Estas puertas daban a amplias estancias: armerías, salones del consejo, mazmorras…
Las cavernas del río Narog ya habían sido morada de los Enanos Mezquinos antes del retorno de los Noldor a la Tierra Media, quienes le dieron el nombre de Nulukkizdîn. Fue aproximadamente a mediados del primer siglo de la Primera Edad del Sol cuando el Vala Ulmo inspiró en sueños a Finrod (ya instalado en Minas Tirith de Tol Sirion) y a Turgon para que construyeran un refugio oculto. Poco después, en una visita a Menegroth con su hermana Galadriel, Finrod se enteró por el rey Thingol de la existencia de las cavernas ocultas del río Narog e inspirado por magnificencia de las Mil Cavernas decidió marchar allí y construir su propio reino (52 PE).
Con la ayuda de los Enanos de las Ered Luin, las cavernas, ya excavadas por los Noegyth Nibin, fueron ampliadas y restauradas. Constituyendo estas estancias la fortaleza y palacios principales, Finrod Felagund (sobrenombre que le dieron los Enanos por esta obra y que en Khuzdul viene a decir “excavador de cavernas”) se hizo con el que llegó a ser el más extenso de todos los reinos élficos de Beleriand, que abarcaba todas las tierras de Beleriand Oeste a ambos lados del río Narog desde el sur de la Ered Wethrin, salvo las Falas y el bosque de Brethil. Se dice que los palacios de Nargothrond fueron terminados en torno a un siglo después del inicio de su construcción, antes de que Turgon viera finalizada Gondolin.
El reino de Nargothrond creció y prosperó bajo el reinado de Finrod Felagund, manteniendo buenas relacionas comerciales con los Enanos de las Montañas Azules y prestando apoyo a los Elfos de las Falas (con la fortificación de Brithombar y Eglarest) y a los Haladin de Haleth (a los que consiguió otorgar las tierras de Brethil, consideradas desde antaño del reino de Doriath, ca. 370 PE). Así Nargothrond permaneció oculto y a salvo gracias a la sabiduría de Felagund y las fuerzas de los Elfos de Nargothrond y, más tarde, también de los Hombres de Brethil.
Sin embargo, no por tratarse de un reino escondido como Doriath o Gondolin dejó de oponerse al Mal del Norte. Su participación en la Dagor Aglareb (ca. 60 PE) no ha sido registrada pero se puede suponer que intervinieron en la derrota de la invasión de hordas Orcas en Beleriand Occidental. Durante la Dagor Bragollach (455 PE) el mismo Finrod Felagund y las huestes de Nargothrond quedaron atrapados en una emboscada en los Marjales de Serech, de la que consiguieron escapar gracias a la ayuda de Barahir y sus Edain. Agradecido, el rey de Nargothrond quedó en deuda con Barahir dejándole como prenda su anillo.
Tras la Dagor Bagrollach las tierras de Nargothrond ya no fueron seguras, infestada Talath Dírnen por las hordas de Morgoth y acosados los Hombres de Brethil tras la caída de Tol Sirion (457 PE). En esta época (466-467 PE) los hijos de Fëanor, Celegorm y Curufin, residían como huéspedes en Nargothrond y fue también en esta época cuando Beren hijo de Barahir reclamó la deuda con el rey de Nargothrond con motivo de la Búsqueda del Silmaril. Arrastrando la Maldición de Mandos, los hermanos no quisieron ayudar a otro que no fuera ellos a conseguir el Silmaril y con un oscuro discurso instaron a no apoyar las demandas de Beren. Ya se habían ganado muchos partidarios entre los elfos de Nargothrond por lo que Finrod y Beren hubieron de partir con algunos pocos noldor fieles al rey, dejando a Orodreth, hermano de Finrod, como regente. Poco pudo hacer Orodreth contra el encarcelamiento de Lúthien la Bella (que acudió a Nargothrond para ayudar a su amado) por Celegorm y Curufin. Felagund finalmente murió en el curso de dicha aventura a manos de Sauron en Tol-in-Gaurhoth. Tras conocer la muerte de su rey y su pérfido comportamiento con Lúthien, los hijos de Fëanor fueron expulsados de Nargothrond, siendo fallido su intento de hacerse con la corona del reino eldarin más grande de la Tierra Media.
Fue entonces Orodreth rey de Nargothrond y a partir de entonces, fruto de las lóbregas palabras de los hijos de Fëanor, hubo miedo en los corazones de los habitantes de Nargothrond, por lo que se negaron a enfrentarse abiertamente a Morgoth, hostigando a los enemigos en una guerra de guerrillas desde fuertes ocultos en Talath Dirnen. En la Nirnaeth Arnoediad (473 PE), Orodreth sólo mandó un reducido destacamento de noldor al mando de Gwindor. El regimiento nunca regresó, los Haladin de Brethil fueron masacrados y su bosque ocupado. Es de la mano de un Gwindor huido de las minas de Thangorodrim por quien entra Túrin Turambar en la historia de Nargothrond (487 TE), aunque desde su exilio de Doriath, Túrin ya había batallado a los Orcos en Amon Rhûd desde Dol Cúarthol. En Nargothrond Túrin, bajo la identidad de Mormegil, acaudilló las fuerzas noldorin (engrosadas con los elfos huidos del Norte tras las Cuarta y Quinta Guerras de las Joyas) contra las hordas orcas. En su orgullo instó a la creación de un gran puente frente a las puertas de la fortaleza sobre el río Narog y a una guerra abierta contra Morgoth. El Señor de Angband se decidió entonces a invadir Beleriand Oeste con un ejército comandado por el mismo Glaurung. Los Haladin fueron definitivamente derrotados y el rey Orodreth y la mayoría de los guerreros de Nargothrond muertos en la Batalla de Tumhalad (496 TE). Aquellos que permanecieron en palacio fueron masacrados o hechos prisioneros por Glaurung y sus Orcos al ser incapaces de contener las fuerzas enemigas.
Tras la caída de Nargothrond, Glaurung se asentó en una profunda cámara sobre el tesoro de los Noldor. El dragón finalmente fue muerto en Cabed-en-Aras tiempo después por el propio Túrin cuando se dirigió a atacar Brethil (501 TE). Poco después de haber acabado con el dragón, Turambar se suicidó tras haber asesinado a Brandir, señor de los Haladin, y conocer la muerte y la verdad sobre su hermana Nienor. Fue enterrado bajo la Piedra de los Desaventurados.
Las estancias abandonadas del antiguo reino de Felagund fueron entonces ocupadas entonces por Mîm, el Enano Mezquino, que fue asesinado por Húrin padre de Túrin en venganza por la traición cometida contra su hijo (502 PE). Desde entonces sus estancias permanecieron desiertas y las tierras del reino invadidas por Morgoth, hasta que al fin fueron inundadas por el Gran Mar con el resto de Beleriand tras la Guerra de la Cólera.