2 de marzo de 3019 de la Tercera Edad: La liberación de Edoras y la marcha de los Ents
En Edoras, en el corazón de Rohan, la historia daba un vuelco. La llegada de Gandalf sacudió los cimientos de Meduseld. El rey Théoden, hasta entonces encorvado y dominado por las palabras venenosas de Gríma Lengua de Serpiente, fue sanado por el mago. "Fue como si la luz volviera a sus ojos de repente", nos relató un testigo que estuvo presente en la sala del trono. "Alzó la cabeza y tomó su espada con firmeza. En ese momento, supimos que el rey de Rohan había regresado".
Con su mente despejada, Théoden liberó a Éomer, injustamente encarcelado, y expulsó a Lengua de Serpiente de Edoras. No se marchó solo: más tarde fue avistado en compañía de un grupo de orcos que marchaban al norte. "No tardará en buscar venganza", advirtió un jinete que presenció la escena desde la distancia.
La respuesta del rey no se hizo esperar. Antes del atardecer, los estandartes de Rohan ondeaban en la brisa cuando los jinetes partieron hacia el oeste. La guerra contra Saruman ya no podía esperar más. "Cabalgamos sin miedo, pues ahora nuestro señor ha vuelto a guiarnos", afirmó un joven jinete antes de partir.
Mientras tanto, en los Vados del Isen, la batalla se desató una vez más. Erkenbrand y sus hombres intentaron resistir el asalto de las fuerzas de Isengard, pero la presión de los enemigos fue demasiado. "Nunca vi tantos orcos juntos, era como una marea negra sin fin", nos contó un soldado que logró escapar. La derrota fue amarga, y los restos del ejército de Rohan se dispersaron en retirada.
En otro evento que seguramente cambiará el curso de la historia, en Fangorn, la Cámara de los Ents llegó a su fin al caer la tarde. La deliberación, aunque pausada, concluyó con una decisión clara: la paciencia había terminado. Con el anochecer, la tierra tembló bajo el peso de los Ents, que marcharon sobre Isengard. Para quien los vimos pasar, fue una visión sobrecogedora. Se sintió como un ejército casi sobrenatural, como si la misma Arda cobrase vida y se alzase contra la oscuridad.
Mucho más lejos al este y al sur, Frodo, Sam y Gollum dejaron atrás las Ciénagas de los Muertos, avanzando con cautela por los desolados páramos que conducen a las Puertas Negras de Mordor. "Ese lugar es un cementerio sin descanso", comentó un viajero que ha pasado cerca de la zona. "Dicen que los que caen en sus aguas nunca encuentran la paz". Los hobbits y su guía continúan su camino, cada vez más cerca de la sombra del Enemigo.
Así concluye una jornada decisiva. Edoras es libre, pero Rohan sigue en guerra. Los Ents han despertado y marchan a la batalla. La historia avanza, y con cada paso, la sombra se alza más amenazante sobre la Tierra Media.