¿Qué hay al sur y al este de la Tierra Media en la Tercera Edad?</br>
Esta es sin lugar a dudas una pregunta de difícil respuesta. Disponemos de muy poca información sobre las regiones que se extendían tanto al sur como al este de la Tierra Media, y ocurre que, en el mejor de los casos, tan sólo podemos imaginarnos cómo serían tales regiones basándonos en la naturaleza de sus pobladores y en los escasos fragmentos que encontramos dispersos a lo largo de la obra de Tolkien.

     En muchas ocasiones nos damos cuenta de que tenemos más información de las gentes que vivían en estas regiones que de las regiones propiamente dichas, incluso hay veces en las que nos tendremos que basar en relatos antiguos, donde las referencias geográficas están envueltas en un halo mítico que muchas veces es difícil desenmarañar; y lo que es todavía más difícil: realizar una traslación de tal información a la Tercera Edad es, en muchas ocasiones, prácticamente imposible.

     Esta falta de información, por otro lado, es lógica, pues hemos de tener en cuenta que Tolkien nos describió con detalle las regiones de la Tierra Media en las cuales tenían lugar los principales acontecimientos narrados en El Señor de los Anillos, dejándonos tan sólo pequeñas pinceladas de las regiones más alejadas del núcleo principal de la historia.
     Del mismo modo, también podemos decir que esta escasez de información es “ilógica”, pues resulta que nuestra carencia de datos afecta a ciertas regiones muy importantes, principalmente del este, como son Cuiviénen, donde despertaron tanto los Elfos, e Hildórien, donde lo hicieron los Hombres. Sería normal, incluso necesario, que hubiera llegado hasta nosotros más información acerca de estos dos lugares tan importantes en la historia de Arda.

     El posible emplazamiento de estas dos regiones, Cuiviénen e Hildórien, conlleva un problema añadido: grandes cataclismos alteraron de forma radical la fisonomía de Arda; esto, añadido a la escasez de información al respecto, hace que sea harto difícil dar una ubicación correcta de ambos emplazamientos en la Tercera Edad.

“En los cambios del mundo, las formas de las tierras y de los mares se han destruido y reconstruido; los ríos no han conservado su curso, ni las montañas se han mantenido firmes; y no hay retorno a Cuiviénen.”
(El Silmarillion, “De la llegada de los Elfos y el Cautiverio de Melkor”)
     De todos modos, se intentará hacer un breve esbozo sobre estas desconocidas y enigmáticas regiones, a las que se sabe que se desplazaron tanto Aragorn como los Magos Azules para emprender su cruzada contra Sauron.


¿Qué hay al sur de la Tierra Media?

“Las cosas se mueven en el lejano Este, más allá del Mar Interior, según las noticias; y en el Norte y en el Bosque Negro y más lejos aún; y en el Sur en Harad.”
(El Señor de los Anillos, “Minas Tirith)
     En el sur encontramos una amplia región llamada Harad, que en Sindarin significa “Sur”, y que estaba dividida en dos regiones principales: el Cercano Harad y el Lejano Harad.

     Estas tierras estaban situadas por debajo de la región conocida como Harondor, “Gondor del Sur” en Sindarin, que se extendía entre los ríos Poros y Harnen, siendo este último la frontera natural con las extensas regiones del sur. La parte sur de Gondor era una región con mucha actividad bélica, ya que por ella era por donde se producían las invasiones de los pueblos de Harad; como referentes más notables tenemos la batalla en la que Eärnil, el Capitán del Ejército del Sur, derrotó a los Haradrim en Ithilien del Sur después de que cruzaran el río Poros a través de sus vados, o los continuos conflictos bélicos relacionados con Umbar:

“Umbar estuvo en guerra con Gondor durante el transcurso de muchas vidas humanas, amenazando las costas y todo el tráfico por mar. No fue nunca otra vez completamente sometida hasta los días de Elessar; y la región del Sur de Gondor se convirtió en tierra disputada entre los Corsarios y los Reyes.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion)
     Según el Atlas de la Tierra Media (de Karen Wynn Fonstad), el Harad, tenía una extensión de poco más de 1.200.000 kilómetros cuadrados; sin embargo, esta estimación nos parece un tanto exigua. Si la comparamos con las estimaciones de otros reinos que podemos encontrar en el libro de la mencionada autora, podemos comprobar que el Harad sería unas tres veces más grande que la isla de Númenor, y por consiguiente es lógico pensar que su extensión debería ser mucho mayor, puesto que el Harad comprendía también las tierras situadas por debajo de la Cintura de Arda (el ecuador).

“Este pasaje es el único testimonio conservado de que prolongara sus viajes más hacia el Sur. Aragorn declara haber penetrado en las ‘lejanas [llanuras] de Rhûn y Harad, donde las estrellas son extrañas’ (La Comunidad del Anillo, II, 2).”
(Cuentos Inconclusos, “Los Istari)
     Algo que fundamenta esta apreciación es que, como acabamos de ver, sabemos que Aragorn, en sus viajes por el Lejano Sur (otro de los nombres dados al Lejano Harad) llegó a lejanas tierras, a llanuras donde “las estrellas eran diferentes”, lo cual nos podría indicar, según el comentario del propio ChristopherTolkien, que llegó a atravesar el ecuador internándose en el Hemisferio Sur (aunque es cierto que no es estrictamente necesario cruzar el ecuador para ver estrellas diferentes):

“Las ‘estrellas extrañas’ corresponden exclusivamente al Harad, y esto debe significar que Aragorn llegó en sus viajes al hemisferio sur. [Nota del autor].”
(Cuentos Inconclusos, “Los Istari”, nota 10)
     Se sabe que de estas regiones procedían los Haradrim, que son tristemente famosos por sus constantes guerras con Gondor y por sus alianzas con toda clase de oponentes que tuviera el Reino de Gondor, y que no era más que la consecuencia directa de su servilismo hacia Sauron.

“Pero las regiones meridionales en contacto con Gondor (y llamadas por los hombres de Gondor simplemente Harad, ‘Sur’, Cercano o Lejano) eran probablemente más propicias a la “Resistencia”, habiendo sido tierras en las que Sauron se había mostrado muy activo en la Tercera Edad, pues eran una fuente de potencial humano que podía utilizarse fácilmente en contra de Gondor.”
(Cuentos Inconclusos, “Los Istari”)

“Se dice que antiguamente hubo tratos entre Gondor y los Reinos de Harad, en el Lejano Sur; pero nunca amistad…Y ahora, recientemente, hemos sabido que el Enemigo ha estado entre ellos y que se han sometido o se han vuelto a El (siempre estuvieron prontos a obedecer), como lo hicieron tantos otros en el Este.”
(El Señor de los Anillos, “Hierbas aromáticas y guiso de conejo”)

“Y en el sur y en el lejano este los Hombres se multiplicaron; y la mayor parte de ellos se inclinó al mal, pues Sauron trabajaba ahora. Al ver la desolación del mundo, Sauron se dijo que los Valar, después de haber derrocado a Morgoth, habían olvidado otra vez la Tierra Media; y su orgullo creció deprisa.”
(El Silmarillion, “De los Anillos del Poder y la Tercera Edad”)
     Estos hombres, herederos de la corrupción de Morgoth, fueron seducidos por Sauron principalmente en la Segunda Edad, y usados para los maléficos propósitos del Señor Oscuro durante toda la Tercera Edad. Los Haradrim se agrupaban principalmente en tribus, y estas a su vez formaban los diferentes reinos; los conflictos entre las distintas tribus y los reinos, movidos sobre todo por intereses territoriales, debían ser frecuentes, y sin embargo, cuando llegaban los tiempos de guerra, se unían todos en una gran coalición y acudían a los conflictos bélicos unidos bajo la misma bandera, haciéndoles olvidar sus anteriores disputas y convirtiéndoles en temibles rivales en combate.

     De ellos sabemos que tenían el cabello negro, y que su piel era oscura, sus ropajes solían ser coloridos y les gustaba engalanarse con adornos de oro. En El Señor de los Anillos, Sméagol nos da una descripción de los Haradrim:

“-Más Hombres que van a Mordor -dijo en voz baja-. Caras oscuras. Nunca vimos Hombres como éstos hasta ahora. No, Sméagol nunca los vio. Parecen feroces. Tienen los ojos negros, largos cabellos negros, y aros de oro en las orejas: sí, montones de oro muy bello. Y algunos tienen pintura roja en las mejillas, y mantos rojos; y los estandartes son rojos, y también las puntas de las lanzas; y llevan escudos redondos, amarillos y negros con grandes clavijas. No buenos: Hombres malos muy crueles, parecen. Casi tan malvados como los orcos, y mucho más grandes. Sméagol piensa que vienen del Sur, de más allá del extremo del Río Grande: llegaban por ese camino. Iban todos hacia la Puerta Negra; pero otros podían venir detrás. Siempre más gente llegando a Mordor. Un día todos estarán dentro.”
(El Señor de los Anillos, “La Puerta Negra está cerrada”)
     Y sobre el armamento que utilizaban se vuelve a hablar un poco más adelante, cuando entran en combate ante la ciudadela de Minas Tirith:

“Poseído por una furia roja, lanzó un grito de guerra y desplegó el estandarte -una serpiente negra sobre fondo escarlata- y se precipitó con una gran horda sobre el corcel blanco en campo verde, y las cimitarras desnudas de los Hombres del Sur centellearon como estrellas.”
(El Señor de los Anillos, “La Batalla de los Campos del Pelennor)
     La descripción que se nos da de estos Hombres del Sur y de su armamento (pieles oscuras, gusto por los adornos de oro, uso de cimitarras, etc.), nos recuerda sin duda a una heterogénea mezcla de diferentes pueblos del África de tiempos históricos.
     Este paralelismo Harad/África no es circunstancial; en La formación de la Tierra Media se incluye un primitivo mapa dibujado por Tolkien (el “famoso” Mapa V, del que se hablará más adelante) en el que es innegable el gran parecido entre las tierras del sur y el continente africano. El comentario que hace Christopher Tolkien sobre este mapa incide en esto mismo:

“En relación con Beleriand en el Noroeste, y teniendo en cuenta toda la historia implícita de Eriol/Ælfwine y Leithien (Inglaterra), la parte meridional de las Tierras de Aquende, debajo del Gran Golfo, tiene una semejanza obvia con el continente de Africa; y de una manera más vaga, el Mar Interior se podría interpretar como los Mares Mediterráneo y Negro. Pero no puedo ofrecer nada sobre esta cuestión fuera de la más pura especulación.”
(La formación de la Tierra Media, “El Ambarkanta”)
     Lo que cuenta Gollum sobre lo que ha oído acerca de esas lejanas tierras, en cuanto a clima y habitantes, también nos recuerda a África:

“Continúa, continúa y continúa -dijo Gollum-. Nunca fuimos por ese camino, pero dicen que continúa así un centenar de leguas hasta que se ven las Grandes Aguas que nunca están quietas. Hay muchos peces allí, y grandes pájaros que se comen los peces: pájaros buenos; pero nosotros nunca estuvimos allí, ¡ay, no! Nunca tuvimos la oportunidad. Y más lejos aún hay otras tierras, dicen, dicen, pero allí la Cara Amarilla es muy caliente, y casi nunca hay nubes, y los hombres son feroces y tienen la cara negra. Nosotros no queremos ver esa región.”
(El Señor de los Anillos, “La Puerta Negra está cerrada”)
     Un sol ardiente en un cielo casi sin nubes, tribus salvajes de hombres de piel oscura... una visión tópica de África; pero África sin lugar a dudas.

     Algo que también fundamenta el hecho de la existencia de un clima árido en muchas zonas es que en la Historia de “El Señor de los Anillos” se habla de la existencia de un desierto al norte de Harad:

“El borrador inicial dice aquí: ‘y todos los enemigos que no fueron muertos o se ahogaron huían por el Poros hacia el desierto de Lothland’. Este nombre no resulta perfectamente claro, pero lo doy por seguro en vista de la aparición de Lothland en el Primer Mapa (T1 363, 365); la forma Lothland se encuentra en el Quenta Silmarillion (vol. V). En el Segundo Mapa (p.495) la región al sur de Mordor es nombrada, aunque ahora a lápiz tan tenue que es difícil estar seguro del nombre: la interpretación más probable es ‘Desierto de Lostladen’ (cf. Etimologías, vol. V, raíz LUS).”
(La Guerra del Anillo, “La última deliberación”, nota 35)
     En la versión final no aparece este desierto; aunque la concepción inicial de Tolkien sobre el Harad era la de una región eminentemente desértica, la idea fue evolucionando y enriqueciéndose: el propio desarrollo de la narración obliga a suponer que en el Harad tenía que haber diferentes climas, básicamente calurosos, seguramente, pero no obligatoriamente desérticos. De una región que fuese toda ella un desierto no podría proceder una de las criaturas más magníficas y mejor descritas por Tolkien:

“Asombrado y aterrorizado, pero con una felicidad que nunca olvidaría, Sam vio una mole enorme que irrumpía entre los árboles y se precipitaba como una tromba pendiente abajo. Grande como una casa, mucho más grande que una casa le pareció, una montaña gris en movimiento. El miedo y el asombro quizá la agrandaban a los ojos del Hobbit, pero el Mûmak de Harad era en verdad una bestia de vastas proporciones, y ninguna que se le parezca se pasea en estos tiempos por la Tierra Media, y los congéneres que viven hoy no son más que una sombra de aquella corpulencia y aquella majestad. Y venía, corría en línea recta hacia los aterrorizados espectadores, y de pronto, justo a tiempo, se desvió, y pasó a pocos metros, estremeciendo la tierra: las patas grandes como árboles, las orejas enormes tendidas como velas, la larga trompa erguida como una serpiente lista para atacar, furibundos los ojillos rojos. Los colmillos retorcidos como cuernos estaban envueltos en bandas de oro y goteaban sangre. Los arreos de púrpura y oro le flotaban alrededor del cuerpo en desordenados andrajos. Sobre la grupa bamboleante llevaba las ruinas de lo que parecía ser una verdadera torre de guerra, destrozada en furiosa carrera a través de los bosques; y en lo alto, aferrado aún desesperadamente al pescuezo de la bestia, una figura diminuta, el cuerpo de un poderoso guerrero, un gigante de los Endrinos.”
(El Señor de los Anillos, “Hierbas aromáticas y guiso de conejo”)
     Así eran los Mûmakil, a los que los Hobbits de la Comarca llaman Olifantes, parientes de nuestros elefantes actuales; pero aquellos eran mucho más grandes, tanto que podían transportar enormes torres de guerra en sus lomos, convirtiéndose en formidables elementos ofensivos cuando eran empleados en una contienda:

“Ciega de cólera, la gran bestia se precipitó con un ruido de trueno a través del agua y la espesura. Las flechas rebotaban y se quebraban contra el cuero triple de los flancos. Los hombres de ambos bandos huían despavoridos, pero la bestia alcanzaba a muchos y los aplastaba contra el suelo.”
(El Señor de los Anillos, “Hierbas aromáticas y guiso de conejo”)

“Unas bestias enormes, que a la luz trémula y roja parecían verdaderas casas ambulantes, los mûmakil de los Harad, arrastraban enormes torres y máquinas de guerra a lo largo de los senderos y entre las llamas.”
(El Señor de los Anillos, “El sitio de Gondor”)

“Pero en presencia de los mûmakil los caballos se plantaban negándose a avanzar; nadie atacaba a los grandes monstruos, erguidos como torres de defensa, y en torno se atrincheraban los Haradrim.”
(El Señor de los Anillos, “La Batalla de los Campos del Pelennor”)

“Las hachas enemigas habían decapitado a Forlong mientras combatía desmontado y a solas; y Duilin de Morthond y su hermano habían perecido pisoteados por los mûmakil cuando al frente de los arqueros se acercaban para disparar a los ojos de los monstruos.”
(El Señor de los Anillos, “La Batalla de los Campos del Pelennor”)
     Estas increíbles criaturas, estas formidables “máquinas de guerra”, tenían que proceder de un lugar donde hubiese bosques, extensas superficies de sabana, zonas, en suma, con una vegetación lo suficientemente abundante como para proporcionar las ingentes cantidades de alimento que sin duda necesitaban. Es evidente que lejos (o quizá no tan lejos), en el sur, había algo más que mares de arena.

     Se sabe que existían varios caminos que llevaban hacia el sur; fueron construidos por los Gondorianos, cuando los antiguos Reinos de Harad reconocían la autoridad de Gondor, allá por el año 1050 T.E., cuando el Rey Ciryaher recibió el sobrenombre de Hyarmendacil (“Vencedor del Sur”). En esta época Gondor se extendía hacia el sur hasta el río Harnen, y desde allí por toda la costa de Harad hasta la península y el puerto de Umbar:

“Ningún enemigo se atrevió a retar el poder de Hyarmendacil durante el resto de su prolongado reinado. Fue rey por ciento treinta y cuatro años, el más largo reinado de la Línea de Anárion con una sola excepción. En ese entonces el reino de Gondor alcanzó la cima de su poder. El reino se extendía hacia el norte hasta Celebrant y los bordes australes del Bosque Negro; al oeste hasta el Aguada Gris; al este hasta el mar interior de Rhûn, al sur hasta el Río Harnen, y desde allí a lo largo de la costa hasta la península y el puerto de Umbar. Los Hombres de los Valles del Anduin reconocieron su autoridad; y los reyes de Harad rendían homenaje a Gondor, y sus hijos vivían como rehenes en la corte.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)
     Es muy probable que el principal de estos caminos, conocido como Camino de Harad (y que aparece en el mapa de El Señor de los Anillos), atravesara el Cercano Harad dirigiéndose hacia Umbar y hacia las regiones más al sur del Lejano Harad. Este camino fue luego usado por los ejércitos de los Haradrim para acudir a las guerras contra Gondor, ya que por el norte, y tras cruzar el río Poros, se bifurcaba en dos direcciones: una que se dirigía hacia Pelargir y otra hacia Ithilien.

“Sin embargo, nosotros no vamos a quedarnos ociosos y permitirle que hagan lo que quiera -dijo Mablung-. Esos malditos Sureños vienen ahora por los caminos antiguos a engrosar los ejércitos de la Torre Oscura. Sí, por los mismos caminos que creó el arte de Gondor…”
(El Señor de los Anillos, “Hierbas aromáticas y guiso de conejo”)
     Es posible que este camino tuviera las mismas características que el que se nos describe en El Señor de los Anillos:

“El camino, construido en tiempos muy remotos, había sido recientemente reparado a lo largo de unas treinta millas bajo el Morannon, pero a medida que avanzaba hacia el sur cobraba un aspecto cada vez más salvaje. La mano de los Hombres de antaño era aún visible en la rectitud y la seguridad del recorrido y en la uniformidad de los niveles: de tanto en tanto se abría paso a través de las laderas de las colinas, o en un arco armonioso de sólida mampostería atravesaba un río; pero al cabo todo signo de arquitectura desaparecía, excepto una que otra columna rota que emergía aquí y allá entre los matorrales, o algunos desgastados adoquines que asomaban aún entre el musgo y las malezas. Brezos, árboles y helechos invadían en espesa maraña las orillas o se extendían por la superficie. El camino parecía al fin un sendero rural poco frecuentado; pero no serpeaba: iba siempre en la misma dirección por la vía más corta.”
(El Señor de los Anillos, “Hierbas aromáticas y guiso de conejo”)
     Se trataría, por tanto, de un camino trazado en línea recta, con una calzada de adoquines y con ocasionales columnas y arcos de sólida mampostería, usados como elementos embellecedores o bien para indicar las rutas; pero seguramente los Haradrim no eran tan cuidadosos como los Gondorianos, y por consiguiente estos caminos estarían en peores condiciones que los originales.

     Como ya se ha visto, las vastas tierras del sur se dividían en dos grandes regiones: el Cercano Harad y el Lejano Harad, cada una con sus especiales características.

     El Cercano Harad es, de las dos, la región situada más al norte, y por tanto la región más cercana a Gondor. Por los “Apéndices” se sabe que esta región se hallaba dividida en varios reinos que incluían a diferentes tribus. Estas tribus poseían un carácter más belicoso que las del Lejano Harad, y se sabe, por las múltiples referencias a lo largo de la obra de Tolkien, que se vieron involucradas en prácticamente todos los conflictos bélicos, seguramente por la proximidad geográfica con el reino de Gondor y por la influencia directa que sobre ellos podía ejercer Sauron.

     Pese a que la información de la que se dispone es dispersa, y en ocasiones incompleta, el que se citen esos caminos que llevaban desde Gondor hacia el sur, o la existencia de diferentes tribus y reinos, lleva a pensar que el Cercano Harad era una región considerablemente poblada. Eso, a su vez, sugiere una necesaria presencia de ríos, e incluso bosques, que permitieran la ubicación de asentamientos estables, en forma de ciudades o de poblados, siempre cercanos a los cauces de agua y de las zonas boscosas que permitieran la subsistencia de sus habitantes y la implantación de diferentes formas de cultivo y ganado. Los Haradrim, además, también criaban caballos, lo que nos indica la necesaria presencia de praderas y de pastos propicios para su cría.

“Pero la flota llegó por último a ese sitio llamado Umbar, donde los Númenóreanos tenían un puerto poderoso, que no era obra de ninguna mano.”
(El Silmarillion, “Akallabêth”)
     El puerto-fortaleza de Umbar, ya citado con anterioridad, pertenecía geográficamente al Cercano Harad; pero los permanentes vaivenes de la historia hicieron que en muchas ocasiones fuese considerado un reino independiente, claramente diferenciado de los otros reinos que componían el Cercano Harad:

“Cuando hubieron reunido allí todas las fuerzas que pudieron (porque Eldacar no tenía barcos para atacarlos por mar), se hicieron a la vela y se establecieron en Umbar. Levantaron allí un refugio para todos los enemigos del rey, y un señorío independiente.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)
     Umbar fue fundado por los Númenóreanos en la Segunda Edad, seguramente con el mismo propósito que otros puertos como el de Lond Daer: para abastecerse de la madera y los víveres con que poder realizar sus largos viajes marítimos:

“La devastación producida por los Númenóreanos era incalculable. Durante largos años esas tierras fueron una inagotable fuente de madera, no sólo para los astilleros de Lond Daer y otros sitios, sino también para la misma Númenor.”
(Cuentos Inconclusos, “La historia de Galadriel y Celeborn”, apéndice D)
     En el año 2280 de la Segunda Edad, Umbar se convirtió en la principal fortaleza de Númenor en la Tierra Media, y fue siempre fue una región de frecuentes enfrentamientos, habida cuenta de la importancia estratégica que otorgaba a quien la tuviera bajo su dominio.

“Desiertas y en silencio estaban todas las tierras en derredor cuando el Rey del Mar avanzó sobre la Tierra Media. Durante siete días marchó con trompetas y estandartes, y llegó a una colina y subió a ella, y levantó allí su pabellón y su trono; y se sentó en medio, y las tiendas de las huestes se ordenaron alrededor, doradas y blancas, y azules como un prado de flores altas. Entonces envió heraldos, y ordenó a Sauron que se presentara ante él y le jurara fidelidad. Y Sauron acudió. Desde su poderosa torre de Barad-dûr acudió, pero no a combatir. Porque advirtió que el poder y la majestad de los Reyes del Mar sobrepasaban todos los rumores, y que ni siquiera los más grandes vasallos de Angband podrían hacerles frente; y entendió que no había llegado el momento de que se impusiese a los Dúnedain.”
(El Silmarillion, “Akallabêth”)
     Fue en el puerto de Umbar donde Ar-Pharazôn el Dorado desembarcó con un ejército tan poderoso que el propio Sauron se humilló ante él, y donde fue tomado como prisionero. Su puerto, por tanto, debía de ser inmenso, con numerosos muelles de atraque que permitieran el amarre de un elevado número de barcos de todo tipo. Las palabras de Gimli no hacen más que confirmar este hecho:

“-Yo en cambio no les presté atención -dijo Gimli-; pues en ese mismo momento comenzó por fin la batalla. Allí, en Pelargir se encontraba la flota principal de Umbar, cincuenta navíos de gran envergadura y una infinidad de embarcaciones más pequeñas.”
(El Señor de los Anillos, “La última deliberación”)
     En Pelargir estaba la “flota principal” de Umbar, lo cual nos indica la existencia de otras flotas que, si bien serían menores, sumarían un número elevado de embarcaciones, lo que nos hacen pensar en un puerto de enormes dimensiones.

“El gran cabo y el estuario cercado de Umbar había pertenecido a Númenor desde los días de antaño; pero era una fortaleza de los Hombres del Rey, que se llamaron después Númenóreanos Negros, corrompidos por Sauron, que odiaban sobre todo a los seguidores de Elendil.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)
     Umbar estaba situada en una bahía dominada por un gran cabo y con un estuario cercado por tierra. Los estuarios constituyen una defensa natural contra las inclemencias meteorológicas, y es lógico que lo aprovecharan como refugio natural para sus barcos, existiendo en su interior numerosos muelles. La existencia de este estuario lleva aparejada, casi con total seguridad, la existencia de un río que lo forme. Es muy probable que este río fuera navegable, y que comunicase Umbar con otras regiones de Harad. El gran cabo que dominaba la bahía ofrecía también una protección natural para los barcos contra los temporales que asolaban la zona, y que en algunas ocasiones provocaban grandes pérdidas a quienes se atrevían a enfrentar a sus embravecidas aguas.

“La pérdida de Umbar resultó penosa para Gondor, no sólo porque el reino quedaba disminuido al sur, y el dominio de los Hombres de los Harad se debilitaba, sino porque fue allí donde Ar-Pharazôn el Dorado, último Rey de Númenor, había desembarcado y había humillado el poderío de Sauron. Aunque grandes daños sobrevinieron después, aun los seguidores de Elendil recordaron con orgullo la llegada del gran ejército de Ar-Pharazôn desde las profundidades del Mar; y en la más alta colina del promontorio que dominaba el Puerto, habían levantado un gran pilar blanco. Estaba coronado por un globo de cristal que recibía los rayos del Sol y de la Luna y resplandecía como una estrella brillante que podía verse con tiempo despejado aun desde las costas de Gondor o muy lejos en le mar occidental. Así se erguía, hasta que después de la segunda aparición de Sauron, Umbar cayó bajo el dominio de sus servidores, y el monumento recordatorio de aquella humillación fue derribado.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)
     El Puerto de Umbar estaba dominado por un promontorio, en cuyo punto más alto se había levantado un gran pilar blanco coronado por un globo de cristal que fue derribado durante el segundo levantamiento del Señor Oscuro, pues era conmemorativo de su derrota a manos de Ar-Pharazôn. En los puertos había grandes astilleros, y seguramente una industria maderera para reparar y fabricar barcos en la que eran obligados a trabajar los esclavos capturados en las guerras, que también eran usados como remeros para sus embarcaciones:

“Trepaban a todas las naves que estaban en los diques, y pasaban por encima de las aguas a las que se encontraban ancladas; y los marineros enloquecidos de terror se arrojaban por la borda, excepto los esclavos, que estaban encadenados a los remos… “
“…Porque muchos de los cautivos y esclavos liberados eran antiguos habitantes de Gondor, capturados por el Enemigo en correrías; y no tardó en congregarse una gran multitud, formada por hombres que llegaban de Lebennin y del Ethir, y Angbor de Lamedor vino con todos los caballeros que pudo reunir.”

(El Señor de los Anillos, “La última deliberación”)
     Sobre el puerto se levantaba una colina, y sobre ella se edificó una inexpugnable fortaleza (en el año 2280 S.E.) que dominaba toda la bahía. Fueron muchas las guerras y los asedios que en esta ciudad se libraron y sus pobladores fueron cambiando según el momento histórico en que nos encontremos. Los pobladores originales fueron los Númenóreanos, y posteriormente se fueron sucediendo los Haradrim, los Corsarios o los Númenóreanos Negros, hasta que fue finalmente recuperada por el Rey Elessar en la Cuarta Edad.

     Umbar debía ser una ciudad con una doble funcionalidad, ya que era un enclave militar y comercial, pero también la capital de un reino de gran relieve, aunque de reducidas dimensiones. En el Atlas de la Tierra Media se otorga a Umbar, no como ciudad, sino como región, una extensión total de unos 100.000 kilómetros cuadrados, extensión lo suficientemente grande como para imaginarnos a una gran población; y con seguridad habría grandes bosques capaces de proporcionar toda la madera que sin duda necesitarían los astilleros, y ríos de los que pudiesen abastecerse de agua las flotas que se internaban en el Gran Mar.

     El Lejano Harad se encontraba situado al sur del Cercano Harad, por debajo de Umbar, y de estas tierras proceden los Hombres Negros, mencionados en El Señor de los Anillos, de horrible apariencia:

“El Capitán había caído; pero Gothmog, el lugarteniente de Morgul, los exhortaba a la contienda: Hombres del Este que empuñaban hachas, Variags que venían de Khand, Hombres del Sur vestidos de escarlata, y Hombres Negros que de algún modo parecían trolls llegados de la Lejana Harad, de ojos blancos y lenguas rojas.”
(El Señor de los Anillos, “La Batalla de los Campos del Pelennor”)
     Es lógico suponer que esta región, que se extiende hacia el lejano sur, era de clima más caluroso, y por tanto la podemos imaginar como una zona desértica, que implicaría la presencia de menos habitantes, los cuales serían de carácter eminentemente nómada, o al menos suscritos al área de influencia de las fuentes de agua, seguramente en asentamientos cerca de las costas. Nos encontramos ante una enorme extensión de continente que se extendía a lo largo y ancho de interminables llanuras, sobrepasando la Cintura de Arda e internándose en las regiones más meridionales de Endor. Es muy probable que las condiciones climatológicas fueran haciéndose más extremas y que conforme nos acerquemos a la Cintura de Arda nos encontremos con una situación inversa, llegando a encontrar zonas con climas más suaves y mayor abundancia de vegetación, de ríos y de bosques, hasta encontrarnos con regiones desconocidas con clima tropical, de donde podrían proceder los Mûmakil. Sería ésta una región casi virgen, con una flora y fauna por desgracia desconocidas, y con una población autóctona, no colonizada por los Númenóreanos, ya que estos tan sólo tenían asentamientos en las zonas costeras que usaban como bases para sus viajes marítimos:

“De todo esto los Amigos de los Elfos participaron muy poco. Sólo ellos iban ahora al norte y a la tierra de Gil-galad, conservando la amistad con los Elfos y ayudando en contra de Sauron; y su puerto era Pelargir, sobre las desembocaduras de Anduin el Grande. Pero los Hombres del Rey avanzaban muy lejos hacia el sur; y los señoríos y las fortalezas que construyeron dejaron muchas huellas en las leyendas de los Hombres.”
(El Silmarillion, “Akallabêth”)
     De todos modos también había reinos en el Lejano Harad, si bien se los puede suponer de menor importancia que los del Cercano Harad. En los ”Apéndices” se puede comprobar que tres flotas de los Haradrim partieron del Harad y de Umbar para atacar a Gondor:

“En los días de Beren, el decimonoveno Senescal, un peligro aún mayor cundió en Gondor. Tres grandes flotas, desde mucho atrás preparadas, vinieron de Umbar y Harad, y atacaron las costas de Gondor con grandes fuerzas; y el enemigo llevó a cabo muchos desembarcos penetrando en el norte hasta la desembocadura del Isen.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Los Senescales”)
     Es fácil darse cuenta de que éste fue un ataque a gran escala y, aunque en esta cita no se mencione, también sabemos que parte de estos enemigos atacaron a los Rohirrim, lo cual nos indica que los puertos de origen tenían que ser puertos de importancia. Se sabe también (como más tarde se verá), que estos puertos eran de origen Númenóreano, y que estaban situados al sur de Umbar, lo cual quiere decir que estaban en el Lejano Harad; de esto se puede deducir que había al menos dos reinos costeros, cada uno de los cuales envió una flota, que sumadas a la enviada desde Umbar nos darían las “tres grandes flotas” que se mencionan en el texto (si en la Guerra del Anillo Umbar envió una sola flota para atacar Pelargir y Minas Tirith es lógico suponer que en esta ocasión también enviara una sola flota).

     La presencia de menos reinos en el Lejano Harad, cubriendo como cubría una extensión tan grande de continente, parece indicar que los reinos eran allí mucho más grandes que los de sus vecinos del norte. De todos modos, el que fuesen más grandes no significaba que fueran más poderosos que los del Cercano Harad, pues, como se ha dicho antes, en esta región había menor número de habitantes que en el norte debido a las condiciones poco favorables para el establecimiento de los asentamientos de los Haradrim.

     Estos reinos estaban localizados sobre todo en la zona costera, por lo que sus habitantes principalmente se dedicaban a la pesca y al comercio; es muy probable que hubiera rutas marítimas de carácter comercial entre estos puertos costeros y la poderosa Umbar, donde se intercambiaban las mercancías y se traficaba con esclavos de distintas procedencias. En la Segunda Edad los Númenóreanos fundaron diferentes puertos a lo largo de la costa, y conquistaron a numerosas poblaciones costeras entrando en conflicto con los Haradrim.

“…y aunque antes de su caída los Hombres de Númenor habían explorado las costas de la Tierra Media hasta muy al sur, las colonias de más allá de Umbar habían sido absorbidas, o bien eran colonias fundadas por hombres que Sauron había corrompido ya en Númenor, y que se habían vuelto hostiles y formaban parte del dominio de Sauron.”
(Cuentos Inconclusos, “Los Istari”)
     En la Tercera Edad, muchos de estos asentamientos, algunos de los cuales fueron fundados por los Númenóreanos Negros, fueron abandonados, mientras que otros fueron recuperados por los Haradrim, siendo usados como bases militares en sus guerras contra Gondor.

“Porque en los días de la estadía de Sauron en esta tierra, el corazón de casi todo ese pueblo se volcó a la oscuridad. Así ocurría con muchos de los que navegaron hacia el este en ese tiempo y levantaron fortalezas y viviendas en las costas y estaban ya sometidos a la voluntad de Sauron, y lo servían de buen grado en la Tierra Media. Pero por causa del poder de Gil-galad, estos renegados, señores a la vez poderosos y malignos, moraron casi todos lejos al sur; dos había, sin embargo, Herumor y Fuinur, que crecieron en poder entre los Haradrim, un pueblo grande y cruel que habitó en las amplias tierras al sur de Mordor más allá de las desembocaduras del Anduin.”
(El Silmarillion, “De los Anillos del Poder y la Tercera Edad”)
     Algunos de los grandes señores de los Númenóreanos Negros se convirtieron en los líderes de los Haradrim, e integraron a estos en sus ejércitos para atacar a sus parientes de Gondor.

     Respecto a los accidentes geográficos se dice en el ”El Ambarkanta”:

“Y el desplazamiento de la tierra hizo que también aparecieran cuatro cadenas montañosas, dos en la Tierra del Norte y dos en la Tierra del Sur; y las del Norte se llamaron Montañas Azules en el lado del Oeste, y Montañas Rojas en el lado del Este; y en el Sur estaban las Montañas Grises y las Amarillas.”
(La formación de la Tierra Media, “El Ambarkanta”)
     En el Harad, por tanto, existían dos cordilleras. Unas eran las Montañas Grises, que se extendía próxima a la costa occidental, y aproximadamente a la misma longitud geográfica que las Montañas Azules en la Tierra Media. Quizá con el paso de las edades, y a causa de los varios cataclismos que modificaron la superficie de Arda, alterasen las posiciones originales de aquellas montañas.

“La simetría casi perfecta de las tierras Orientales y Occidentales tal y como se ha expuesto en el mapa IV resulta sorprendente; la principal desviación de la simetría es la diferencia de forma de los grandes Mares, que se debe al desplazamiento o ‘compresión’ de la Tierra Media hacia el este, ‘de modo que se curvó’, en la época de la creación de Valinor y a la elevación de la cadena montañosa protectora. Éste, más que el estrujamiento titánico del nuevo mundo, fue el origen de las grandes cadenas montañosas de la Tierra Media, las Montañas Azules, Rojas, Amarillas y Grises.”
(La formación de la Tierra Media, “El Ambarkanta”, Comentario)
     Al este del Lejano Harad se extendía otra gran cordillera: las Montañas Amarillas. Es posible que la región conocida como las Tierras Oscuras, situada al sur y al este del continente, sea un “trozo” que se separó de Harad, y que las Montañas Amarillas se encuentren allí. No en vano podemos observar que en el Mapa V de “El Ambarkanta” esa cordillera no aparece en el Harad, lo cual puede llevar a pensar que la separación de las Tierras Oscuras arrastró consigo a las Montañas Amarillas hacia el este, desplazándolas de su ubicación original.
     Pero también es cierto que en el citado mapa, si bien no aparecen en el Harad, tampoco aparecen dibujadas en las Tierras Oscuras. Esto sugiere otras dos posibilidades: la primera es que las Montañas Amarillas se hundieran en los mares tras la separación de los continentes; y la segunda, y quizá la más probable, es que Tolkien olvidase dibujarlas. Incluso Christopher Tolkien hace notar las imperfecciones de ese mapa:

“Me inclino a pensar que el mapa V es un esbozo muy tosco que no ha de interpretarse de manera muy rigurosa.”
(La formación de la Tierra Media, “El Ambarkanta”, Comentario)

¿Qué hay al este de la Tierra Media?

“Se conservaba una declaración suya (o una versión de ella, en todo caso no plenamente comprendida) de que su nombre en su juventud fue Olórin en el Oeste, pero que los Elfos lo llamaban Mithrandir (Peregrino Gris), los Enanos, Tharkûn (que significa ‘Hombre del Cayado’, según se ha dicho), Incánus en el Sur y Gandalf en el Norte, pero ‘al Este nunca voy.”
(Cuentos Inconclusos, “Los Istari”)
     Al este encontramos una región a la que los Dúnedain de Gondor daban el nombre de Rhûn, que en Sindarin significa “Este”. Rhûn comprendía todas las tierras situadas al este del Mar de Rhûn y de la oscura y tenebrosa tierra de Mordor, que se extendían hasta el límite oriental del continente en el extremo este. Era en estas tierras donde el Vala Oröme practicaba su deporte favorito, que era cazar y perseguir sin descanso a los súbditos de Morgoth, siempre a lomos de su caballo Nahar y haciendo sonar su poderoso cuerno, llamado Valaróma, ante cuyo sonido huían las bestias de Morgoth.

“Oromë amaba la Tierra Media, la dejó de mala gana y fue el último en llegar a Valinor; y en otro tiempo volvía a menudo al este por las montañas y regresaba con su ejército a las colinas y las llanuras. Es cazador de monstruos y bestias feroces, y encuentra deleite en los caballos y los perros; y ama a todos los árboles, por lo que recibe el nombre de Aldaron, y los Sindar los llaman Tauron, el Señor de los Bosques. Nahar es el nombre de su caballo, blanco al sol y de plata refulgente por la noche. El gran cuerno que lleva consigo se llama Valaróma, y el sonido de este cuerno es como el ascenso del sol envuelto en una luz escarlata o el rayo que atraviesa las nubes. Por sobre todos los cuernos de su ejército se oyó a Valaróma en los bosques que Yavanna hizo crecer en Valinor; pues allí preparaba Oromë a gente y bestias para perseguir a las criaturas malignas de Melkor.”
(El Silmarillion, “Valaquenta”)
     El accidente geográfico más importante descrito por Tolkien en esta región era la cuarta de las cordilleras citadas anteriormente: las Orocarni, también llamadas Montañas Rojas o Montañas del Este.

“Y una vez sucedió que Oromë cabalgó hacia el este en el transcurso de una cacería, y se volvió al norte junto a las costas del Helcar y pasó bajo las sombras de las Orocarni, las Montañas del Este.”
(El Silmarillion, “De la llegada de los Elfos y el Cautiverio de Melkor”)
     Esta impresionante cordillera se extendía en la parte más oriental de Rhûn, y en sus cercanías estuvieron una vez dos emplazamientos de enorme importancia en la historia de Arda, los lugares donde despertaron los Elfos y los Hombres: Cuiviénen e Hildórien.

“Pero se dice entre los Elfos que Cuiviénen estaba muy lejos al este de la Tierra Media y hacia el norte, y que era una bahía del Mar Interior de Helcar; y ese mar se encontraba donde habían estado las raíces de la montaña de Illuin antes de que Melkor la derribara.”
(El Silmarillion, “De la llegada de los Elfos y el Cautiverio de Melkor”)
     Cuiviénen se encontraba en la costa este del Mar de Helcar, a los pies de las Orocarni. Realmente era una bahía en la parte oriental del Mar Interior de Helcar en la que desembocaba una catarata procedente de un río que nacía en las montañas. Se sabe que los Elfos vivían al lado de la Floresta Salvaje (un bosque situado entre el Mar Interior y las Montañas Rojas). El Mar de Helcar era fruto del cataclismo que se produjo tras el derrumbe de Illuin, la Lámpara de los Valar situada al norte de la Tierra Media. En la Floresta Salvaje, que probablemente era un bosque principalmente de pinos, hayas y abetos, acechaban los espías de Morgoth, y seguramente era allí donde los Elfos eran capturados y llevados a la fortaleza de Morgoth.

“Así se puso fin al poder de Angband en el Norte, y el reino maldito fue reducido a nada; y de las profundas prisiones una multitud desesperanzada de esclavos emergió a la luz del día, y contemplaron un mundo que había cambiado. Porque tan grande era la furia de esos adversarios, que las regiones septentrionales del mundo occidental se habían partido, y el mar entraba rugiendo por múltiples grietas, y había mucho ruido y confusión; y los ríos perecieron o buscaron nuevos cursos, y los valles se levantaron y las colinas se derrumbaron; y ya no había Sirion.”
(El Silmarillion, “Del viaje de Eärendil y la Guerra de la Cólera)
     Sin embargo, tenemos constancia de que el Mar de Helcar “desapareció” durante la Guerra de la Cólera debido a los terribles cataclismos que alteraron para siempre la forma de Arda; y Cuiviénen quizá también fue destruida en ese cataclismo. El Mar de Rhûn quedó como un vestigio del Mar Interior, y es posible que el Mar de Núrnen, situado en la negra tierra de Mordor, fuera otro resto de aquel gran mar.

“Cuando por primera vez se elevó el Sol, los Hijos Menores de Iúvatar despertaron en la Tierra de Hildórien, en las tierras orientales de la Tierra Media; pero el primer Sol se elevó en el oeste, y los ojos de los hombres se abrieron vueltos hacia allí, y cuando anduvieron por la Tierra, hacia allí fueron casi siempre.”
(El Silmarillion, “De los Hombres”)
     En ”El Ambarkanta” se da una posición aproximada de Hildórien:

“Y en la tierra central estaban las Montañas del Viento, pues allí soplaba un viento fuerte procedente del Este delante del Sol; e Hildórien, la tierra donde los Hombres despertaron por primera vez, se extiende entre estas montañas y el Mar Oriental. Pero Kuiviénen, donde Oromë encontró a los Elfos, está al norte junto a las aguas de Helkar.”
(La formación de la Tierra Media, “El Ambarkanta”)
     Originariamente se encontraba entre las Montañas del Viento (una cadena montañosa que en el Mapa IV de “El Ambarkanta” aparece entre las Montañas Rojas y las Amarillas) y el Mar Oriental, ligeramente al sureste de Cuiviénen. Pero Hildórien, al igual que Cuiviénen, también debió de desaparecer, y seguramente en el mismo momento en el que lo hizo el lugar del despertar de los Elfos: durante las grandes conmociones que agitaron el mundo durante la Guerra de la Cólera.
     Estas regiones orientales se pueden considerar, por tanto, como una de las “cunas” de la historia de Arda, ya que, como se ha visto, aquí despertaron por primera vez los Elfos bajo las estrellas, y también allí aparecieron los Hombres con la primera salida del Sol.
     Históricamente, tal y como más tarde se podrá comprobar, Rhûn fue una región de continuas migraciones, pues el poder de Morgoth estaba presente en el norte y ejercía una influencia continua sobre los pueblos que intentaban escapar de su yugo. Sin embargo, muchos hombres cayeron bajo el dominio del Señor Oscuro, y fueron los que en edades posteriores, y bajo el dominio de Sauron, entraron en conflicto con los Pueblos Libres de la Tierra Media:

“En el este y el sur Sauron dominaba a casi todos los Hombres, que se volvieron fuertes por aquellos días y levantaron muchas ciudades y muros de piedra, y eran numerosos y feroces en la guerra y estaban armados de hierro. Para ellos Sauron era rey y dios; y le tenían miedo, porque él ponía a su casa un cerco de llamas.”
(El Silmarillion, “De los Anillos del Poder y la Tercera Edad”)
     Se sabe que Rhûn estaba habitada por multitud de pueblos invasores, y que éstos fueron tradicionalmente enemigos de los Dúnedain. Entre tales pueblos, a los que genéricamente se los denomina Hombres del Este, podemos destacar a los Orientales (que no estaban emparentados con los Orientales de la Primera Edad), a los Aurigas y a los Balchoth, que en diferentes oleadas a lo largo de distintos momentos de la historia pusieron en dificultades a los Pueblos Libres de la Tierra Media.

“Los Aurigas eran un pueblo, o una confederación de múltiples pueblos, que venían del Este; pero eran más fuertes y estaban mejor armados que ningún otro que hubiera aparecido antes. Viajaban en grandes carromatos, y sus capitanes luchaban en cuadrigas.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)
     Estos pueblos eran de carácter eminentemente nómada, y quizá su máximo exponente estaba representado por los Aurigas. Estos estaban caracterizados porque sus gentes viajaban en grandes carretas, y sus capitanes combatían en veloces y ligeras cuadrigas. Sus ejércitos estaban mejor armados que los anteriores invasores, los Orientales, y principalmente usaban la caballería.

“Así fue que solamente cuando hubo transcurrido el año 2509 se enteró Cirion de que se preparaba un gran movimiento contra Gondor: huestes de hombres se reunían a lo largo de las lindes meridionales del Bosque Negro. Contaban sólo con armas rudimentarias y no disponían de muchos caballos para cabalgar, pues los utilizaban sobre todo como animales de tiro por tener muchos grandes carros al igual que los Aurigas (con quienes sin duda estaban emparentados) que atacaron Gondor en los últimos días de los Reyes. Pero lo que les faltaba en pertrechos de guerra lo compensaban en número, en la medida en que puede conjeturarse.”
(Cuentos Inconclusos, “Cirion y Eorl y la amistad de Gondor y Rohan”)
     De los que se habla aquí es de los Balchoth (éste era al menos el nombre que daban en Gondor a este pueblo), parientes de los Aurigas y que, al igual que ellos, viajaban en grandes carros. Pero sabemos que estaban peor armados y que disponiendo de pocos caballos para la guerra suplían estas carencias con un gran número de guerreros.

     Los desplazamientos de los pueblos nómadas están, generalmente, motivados y regulados por los cambios de las condiciones climáticas y por sus consecuencias en la vida animal y vegetal. Esto nos indica que las tierras de las que procedían debían tener unas peores condiciones para establecer asentamientos permanentes que las regiones del oeste de la Tierra Media. Seguramente que la región al este del Mar de Rhûn estaba caracterizada por el dominio de las praderas, o quizá grandes estepas, por la escasez de bosques frondosos, y por tener un suelo de baja calidad para la agricultura, factores todos ellos que favorecerían el comportamiento nómada de estas poblaciones (aparte de la negativa influencia que sobre esta región ejercía Sauron) Este tipo de terreno explicaría también la facilidad que tenían para hacer los masivos y rápidos desplazamientos de sus ejércitos, ya que un terreno eminentemente llano favorecería el avance o la retirada de sus huestes. No en vano sabemos por Aragorn que en el este se extendían interminables llanuras, dato que nos confirma lo anteriormente comentado:

“He cruzado muchas montañas y ríos, y he recorrido muchas llanuras, hasta las lejanas de Rhûn y Harad donde las estrellas son extrañas.”
(El Señor de los Anillos, “El Concilio de Elrond”)
     Sin embargo es muy probable que en el lejano este los factores medioambientales fueran más favorables para el desarrollo de asentamientos estables ya que en Los pueblos de la Tierra Media podemos encontrar una mención bastante reveladora sobre este aspecto:

“Su tarea era burlar a Sauron: ayudar a las pocas tribus de los Hombres que se habían revelado contra la adoración de Melkor, provocar una revuelta… y después de su primera caída buscar su escondite (en lo que fracasaron) y causar [¿?disensión y desorden] entre el oscuro Este… Debieron de tener una gran influencia en la historia de la Segunda y la Tercera Edad al debilitar y desordenar las fuerzas del Este… que de otro modo en la Segunda y la Tercera Edad habrían… superado al Oeste.”
(Los Pueblos de la Tierra Media, “Ultimos escritos: Los Cinco Magos”)
     Como se puede comprobar, parece que fue (al menos en principio) gracias a los Magos Azules que se evitó que las poblaciones del este, que superaban en número a las del oeste, invadieran a los Pueblos Libres. Así pues, se puede entender que la población de Rhûn era mayor que la de la Tierra Media, lo cual implicaría la existencia de grandes asentamientos, e incluso de grandes ciudades, en el lejano este, de las cuales Tolkien nunca nos hizo mención alguna.

     Gracias al texto de El Señor de los Anillos, se sabe que en esta región también existían caminos que habrían rutas entre Mordor y sus “países tributarios”:

“…ni de las grandes carreteras que corrían hacia el este y el sur a los países tributarios, de donde los soldados de la Torre venían con largas caravanas de víveres y botines y nuevas legiones de esclavos.”
(El Señor de los Anillos, “El País de la Sombra”)
     Es de suponer que, aparte de los que se extendían desde Mordor, habría más vías de comunicación de importancia que conectasen las distintas regiones de Rhûn con la Tierra Media. Tales caminos eran usados para los desplazamientos de las poblaciones invasoras y para el traslado de los grandes ejércitos que solían acompañar a tales migraciones. Es probable que alguno de estos caminos fueran usados en las migraciones de Elfos durante el Gran Viaje y posteriormente por los Hombres que se encaminaron hacia Beleriand.

     No se debe olvidar aquí a la enigmática región de Dorwinion, famosa por la calidad de sus vinos, y cuya ubicación exacta, a juzgar por la nota de la página 37 que podemos leer en Las Baladas de Beleriand, se situaría en la costa noroccidental del Mar de Rhûn:

“En el mapa decorado por Pauline Baynes Dorwinion está marcado como una región en las costas noroccidentales del Mar de Rhûn. Hay que pensar que éste, como otros nombres del mapa, le fue comunicado por mi padre (véase Cuentos Inconclusos, p. 331, nota al pie), pero su ubicación resulta más bien sorprendente.”
(Las Baladas de Beleriand, “La Balada de los Hijos de Húrin”, nota a pie de página”)
     La ubicación de este misterioso reino siempre ha sido objeto de numerosas discusiones, ya que en otros textos se sugieren otras ubicaciones diferentes:

“Aquí acaba El Silmarillion, resumen de las canciones e historias que todavía se cantan entre los elfos disminuidos, y (más clara y extensamente) entre los elfos desaparecidos que ahora viven en la Isla Solitaria, Tol Eressëa, a donde pocos marineros de los Hombres han llegado, salvo una o dos veces en una larga edad en que alguno de los hombres de la raza de Eärendel atravesaron las tierras de visión mortal y contemplaron el brillo de las lámparas en los muelles de Avallon, y olieron las flores inmortales en las praderas de Dorwinion.”
(El Camino Perdido, “Quenta Silmarillion”)

“Las praderas de Dorwinion deben estar en Tol Eressëa. El nombre ha aparecido antes como una tierra de vinos situada en ‘el ardiente Sur’ en la Balada de los Hijos de Húrin, en el vino de Dorwinion de El Hobbit, y en el mapa realizado por Pauline Baynes; véase III. 37, donde habría que añadir una referencia a este pasaje.”
(El Camino Perdido, “Quenta Silmarillion”, comentario 33)

“Entonces les pidió que bebieran,      y de su correa sacó
una bolsa de cuero     llena a rebosar de vino
hecho con bayas     del Sur ardiente;
el pueblo de los Gnomos lo conoce,      y la nación de los Elfos,
y por largos caminos lo llevan     a las tierras del Norte.
Allí, carne asada     y pan de su zurrón tuvieron
para gozo de sus corazones;      pero sus mentes quedaron aturdidas
por el vino de Dor-Winion     que penetró en sus venas,
y durmieron a pierna suelta     sobre las blandas agujas
de los altos pinos     que se alzaban al cielo.”

(Las Baladas de Beleriand, “La Balada de los Hijos de Húrin”)
     Sin embargo, es lógico pensar que si de Dorwinion procedían los vinos que se servían en el Reino de Thranduil, necesariamente tendría que estar situada en una región accesible a la Tierra Media, y por tanto no tendrían lógica otros emplazamientos como Tol Eressëa o el sur de Beleriand, pues de tales regiones no podría proceder el preciado vino, ya que su transporte sería imposible en la Tercera Edad.

“Tiene que ser un vino muy poderoso el que ponga somnoliento a un elfo del bosque; pero este vino, parecía, era de la embriagadora cosecha de los grandes jardines de Dorwinion, no destinado a soldados o sirvientes, sino solo a los banquetes del rey, y para ser servido en cuencos más pequeños, no en los grandes jarros del mayordomo.”
(El Hobbit, “Barriles de contrabando”)
     De Dorwinion se debe suponer que era una región soleada, de fértiles tierras, y que tenía buenas rutas de acceso para asegurar el comercio de sus famosos y cotizados vinos con las distintas regiones de la Tierra Media, siendo muy probable que usaran el cauce del río Carnen, al que se unía el río Celduin, como vía de transporte de sus mercaderías.

“Véase III, 790. Las blancas vacas salvajes que todavía se encontraban cerca del Mar de Rhûn, según se decía, descendían de las Vacas de Araw el cazador, único de los Valar que visitaba a menudo la Tierra Media en los Días Antiguos. Oromë es la forma en Alto Élfico de este nombre (III, 880).”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Los reinos en exilio”)
     También se sabe que en los alrededores del Mar de Rhûn se encontraban las codiciadas vacas blancas salvajes de Araw que, según se decía, descendían de las Vacas de Araw (que no es otro que el nombre de Oröme en Sindarin), y que fueron cazadas por Vorondil de Gondor en la Tercera Edad:

“Así es -dijo Denethor-. Y yo lo llevé en mis tiempos como todos los primogénitos de esta casa, hasta los años ya olvidados anteriores a la caída de los reyes, desde que Vorondil padre de Mardil cazaba las vacas salvajes de Araw en las tierras lejanas de Rhûn.”
(El Señor de los Anillos, “Minas Tirith”)
     Del cuerno de una de estas vacas, abatida por Vorondil, se fabricó el Gran Cuerno que llevaban los herederos de los Senescales de Gondor.

     Por último, queda hablar de una región que no se puede ubicar ni al este ni al sur de la Tierra Media: Khand, que se encontraba adyacente a Mordor, al sudeste de la Tierra Media.

     Esta región era el hogar de los Variags, también llamados Hombres de Khand, que eran aliados naturales de Sauron, y que participaron en numerosas guerras durante la Tercera Edad.

“Muchos de los Aurigas se encaminaron al sur de Mordor y se aliaron con los hombres de Khand y del Cercano Sur, y en medio de este gran ataque que llegaba a la vez desde el norte y el sur, Gondor estuvo a punto de sucumbir.”
(El Señor de los Anillos, “Apéndice A: Gondor y los herederos de Anárion”)

“Los Aurigas habían reunido una gran hueste en las costas meridionales del mar mediterráneo de Rhûn, fortalecidas por gentes de Rhovanion, emparentadas con ellos, y por los nuevos aliados de Khand.”
(Cuentos Inconclusos, “Cirion y Eorl y la amistad de Gondor y Rohan”)
     Estos hombres se aliaron principalmente con los Aurigas y con los hombres del Cercano Harad en las contiendas que mantuvieron sobre todo en la Tercera Edad contra el Imperio de Gondor, hasta que tras la Guerra del Anillo se vieron obligados a aceptar la paz propuesta por el Rey Elessar, y que se hizo extensible a todos los Hombres del Este, a quienes dejó marchar en libertad.

     Los conflictos con los pueblos vecinos eran una tónica habitual, si bien, y tal y como vimos con los Haradrim, no dudaban en aliarse con el resto de enemigos de Gondor para hacerles la guerra:

“Por otra parte, los Aurigas del este habían estado expandiéndose hacia el sur, más allá de Mordor, y estaban en conflicto con los pueblos de Khand y sus vecinos del sur. Por fin se acordó una paz y una alianza entre estos enemigos de Gondor, y se preparó un ataque simultáneo desde el norte y el sur.”
(Cuentos Inconclusos, “Cirion y Eorl y la amistad de Gondor y Rohan”)
     Si bien sabemos que los Variags eran parientes de los Aurigas, quizá fueran el menos nómada y más asentado de todos los pueblos del este, ya que es bastante probable que en sus tierras se produjera una continuidad de la fertilidad que encontramos en la zona sudeste de Mordor, y por tanto nos hallaríamos con unas condiciones favorables para la construcción de asentamientos estables:

“Ni él ni Frodo sabían nada de los extensos campos cultivados por esclavos en el extremo Sur del reino, más allá de las emanaciones de la Montaña y en las cercanías de las aguas sombrías y tristes del Lago Núrnen...”
(El Señor de los Anillos, “El País de la Sombra”)

El mapa

El mapa que acompaña a esta FAQ ha de tomarse como una simple interpretación de la forma que podrían haber tenido las tierras al este y al sur de la Tierra Media en la Tercera Edad.

     Este mapa está directamente inspirado en el “famoso” Mapa V que figura en “El Ambarkanta”, ya citado anteriormente, y del que Christopher Tolkien dijo que es “...un esbozo muy tosco que no ha de interpretarse de manera muy rigurosa”. A las limitaciones del mapa original de Tolkien hay que añadir aquí algunas de cosecha propia:

Mapa del Sur y el Este de la Tierra Media
     - Se contemplan algunos de los grandes cambios que alteraron la forma de las tierras, como la desaparición de Beleriand o el Mar Interior de Helcar; pero el resto se mantiene más fiel al dibujo original de Tolkien, por la simple razón de que no se sabe de qué manera afectaron esos cambios a las tierras del sur y el este.

     - La situación de las Montañas Amarillas es puramente especulativa. De las tres posibilidades que se dan en el texto de la FAQ (que estuviesen en el Lejano Harad, que hubiesen desaparecido, o que se encontrasen en las Tierras Oscuras), se ha escogido esta última por ser la que todavía guarda algo de la simetría que antaño tuvo Arda.

     - Cuiviénen e Hildórien se han colocado a título orientativo, y en ningún momento se debe suponer que realmente estaban allí en la Tercera Edad.

     - Para Dorwinion se ha elegido la situación que da Pauline Baynes en su mapa de la Tierra Media, y que según Christopher Tolkien le fue comunicado por el propio Tolkien.


© Las FAQ de ElFenómeno, 2002